El drama boliviano parece que continuará aún por un largo tiempo. La renuncia de Evo Morales a al presidencia del país andino dejó un vacío de poder durante casi 3 días. Como lo conversábamos en este mismo espacio el martes pasado, la Constitución de Bolivia establece claramente un orden de prelación en caso de falta absoluta del Presidente. En este caso, el primero en la línea sería el Vicepresidente, seguido de la Presidenta del Senado y del Presidente de la Cámara de Diputados.

Luego de que el Vicepresidente Álvaro García Linera y la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el Presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda también anunciaran sus respectivas renuncias la responsabilidad recaería en quien ocupara la segunda vicepresidencia del Senado que, de acuerdo al Reglamento estaría facultada para ocupar la presidencia vacante de la Cámara alta y por ende, la Presidencia del país de acuerdo con el artículo 169 constitucional.

Así, el día de ayer, la segunda vicepresidenta, Jeanin Añez, ocupó la presidencia del Senado y en ese sentido tomó protesta como Presidenta interina de Bolivia con el mandato constitucional de organizar elecciones en un plazo no mayor a 90 días.

Si bien la interpretación constitucional es correcta, la aplicación no lo ha sido. Me explico. El Reglamento del Senado de Bolivia estipula en la fracción f) del artículo 31 que la pérdida del mandato senatorial solo puede darse a través de una renuncia expresada de forma escrita ante el Pleno de la Cámara.

Tal situación no ocurrió. Adriana Salvatierra nunca presentó una carta de renuncia expresa al Senado y por tanto no existe una formalización de ella y no se cumple con lo señalado arriba. ¿Qué impacto tiene esto? Uno muy grande. La presidencia de Jeanine Añez es, claramente, anticonstitucional.

Asimismo, la Constitución boliviana señala que la elección del Presidente del Senado (y los demás miembros de la Directiva) exige obtener mayoría absoluta (cincuenta por ciento más uno) de los senadores presentes en la sesión algo que no se dio pues la mayoría de los legisladores son del MAS, el partido de Evo Morales. Sumado a esto está el hecho de que estando la propia Senadora Salvatierra afuera de las instalaciones del Senado no se le permitió ingresar al recinto justo en el momento en el que la segunda vicepresidenta ocupaba su lugar en un acto absolutamente contrario al Estado de Derecho.

Ayer el Tribunal Constitucional emitió un comunicado señalando que la Presidencia de Añez es legal. Sin embargo, llama la atención que el Tribunal sustenta su resolución en jurisprudencia constitucional basada en la Constitución de 2001, un texto constitucional que fue abrogado, es decir, eliminado en su totalidad para ser sustituido por una nueva Constitución que hoy está vigente. Bizarro.

En su resolución el Tribunal Constitucional asegura que es posible hacer a un lado los requisitos de formalización de las renuncias presentadas, que es posible omitir los postulados constitucionales y los requisitos formales de votación en el Senado todo sobre una Carta Magna que ya no está vigente.

La imagen del militar colocando la banda presidencial sobre el hombro de la ahora presidenta Jeanine Añez, cierra con broche de oro una semana en extremo triste para los bolivianos.

Doctora en Derecho
Twitter: @solange_  

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