En ciertos segmentos y sectores de la población mundial, existe la duda sobre los alcances y beneficios que puede traer consigo el uso de la Inteligencia Artificial (IA). No es para menos: desde años atrás, a través de elementos culturales como las películas, series y libros de ciencia ficción, hemos sido bombardeados con datos aterradores y siniestros sobre el riesgo de usar máquinas en actividades que se estiman propiamente humanas y se vaticina que al final seremos remplazados.
Este panorama me recuerda una idea que el jurista Juan Cianciardo hace, apelando sobre una idea del pensamiento de J. Raz: no es lo mismo un bisturí en la mano de un doctor –que salva vidas– que en la de un asesino. Esta metáfora sirve para ejemplificar una cuestión de nuestro tiempo vinculada con la IA: su uso para beneficiar o afectar a las personas.
Si lleva a cabo un buen uso de la IA como herramienta en beneficio de las personas, sin duda alguna encontraremos beneficios directos para toda la ciudadanía. Desde el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) hemos planteado como una línea de acción el valernos de todos los medios disponibles para potencializar nuestro trabajo en aras de garantizar no sólo la protección a patentes y marcas, sino también para contribuir a mejorar la calidad de vida de las y los mexicanos. Uno de esos medios es, como podrá deducirse ya, el uso de la IA.
A mediados de noviembre del presente año, con la presencia de Gastón Zambrano como representante de British American Tobacco, el IMPI celebró un convenio específico de colaboración con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) por conducto de su presidente Francisco Rivas, organización que donó al Instituto el asistente virtual que lleva por nombre IMPIBot, el cual nos ayudará a prevenir y combatir conductas que son especialmente negativas para la sociedad mexicana como la falsificación (popularmente conocida como piratería) y los fraudes vinculados con la propiedad industrial.
El primer campo que abarcará las funciones de IMPIBot es el relativo al mercado ilegal e ilícito de tabaco. Esta decisión se debe al incremento del comercio ilícito de tabaco que implica una afectación directa en la salud y seguridad de las personas. Al respecto, el Colegio de México, como producto del Seminario sobre violencia y paz, publicó a principios del año 2025 el estudio Cigarros ilegales y crimen organizado, en donde podemos leer que: “De acuerdo con estudios del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) el comercio ilícito de cigarros en ocho ciudades mexicanas ha crecido 240% en menos de una década, pasando de 8.5% del consumo nacional en 2017 a 20.4% en 2023. Estamos hablando de una problemática de alcance nacional, cuyas ocho ciudades más afectadas se encuentran distribuidas en distintas regiones. La siguiente tabla presenta las cifras con más claridad”.
En México, también con cifras del INSP, 14.3 millones de personas consumen tabaco, siendo éstas potenciales víctimas de la introducción y comercio ilegal de cigarros piratas o que no cubren con los estándares de calidad exigidos por las autoridades sanitarias del país. Retomando el estudio de El Colegio de México, en la nación mexicana “los cigarros ilegales representan 20% del mercado nacional, lo que supone un incremento en relación con el año 2021, cuando esta cifra alcanzaba solamente 18%”.
Así, esta herramienta que resulta el IMPIBot, que parece sencilla, es una acción concreta y medible que se está tomando en México para combatir el tráfico ilegal y la falsificación de mercancías, iniciando con el tabaco, que constituye una forma de delincuencia organizada y para lo cual se requieren nuevas herramientas a efecto de combatirlo desde todos los frentes posibles.
Es menester atender las problemáticas y fenómenos que aquejan a nuestro país con medidas eficaces y decisivas. Desde el IMPI, ponemos nuestro granito de arena porque sabemos que juntas y juntos, lograremos una mejor sociedad.