La tragedia revela solidaridad ciudadana e institucional, establece lazos invisibles de sentido comunitario y elimina las diferencias entre personas y gobiernos.

México es un país que ha sabido superar sus tragedias, principalmente las de carácter natural. Los sismos son una muestra clara de la empatía entre la gente, lo vivimos en septiembre de 1985 y en el mismo mes de 2017 (el día, en ambos casos, es por todos conocido).

Las inundaciones y daños causados en estos días en Tula, Hidalgo, y Ecatepec, Estado de México, refieren nuevos pasajes de fraternidad, ciudadanos que tienden la mano por otros ciudadanos que lo necesitan.

Por supuesto debe establecerse claramente la responsabilidad de las autoridades y administradores en relación con la tragedia de quienes quedaron sin oxígeno en el hospital. Al mismo tiempo destacar el rol asertivo y solidario de otras autoridades.

El actuar solidario, señala la socióloga alemana Ursula Dallinger, limita el interés propio en consideración del interés ajeno, sin tener en cuenta una posible reciprocidad. En estos casos, la actuación ciudadana está dada por la conciencia de pertenencia a un grupo.

En la tragedia, las diferencias de clases, las ideologías o las rivalidades políticas se diluyen. No hay derechas ni izquierdas, solo ciudadanos lastimados y otros preocupados por ayudar. Las fronteras se desdibujan y los gobiernos trabajan en un solo objetivo: salir del momento de crisis.

El desbordamiento del río Tula, tras las intensas lluvias registradas desde el domingo, provocó que se inundara el Hospital General de Zona No. 5 del IMSS, donde 16 pacientes fallecieron, entre otras causas por la interrupción del suministro de oxígeno. Más de 30 mil habitantes de nueve colonias resultaron afectados.

Las muestras de apoyo ciudadano en primera línea. Videos muestran a un grupo de personas al momento en que ayudan a descolgar por una barda una incubadora, con bebé adentro. El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, cae de una lancha y queda con el agua a la cintura.

La respuesta desinteresada que se pone por encima del interés superior de la ciudadanía.

Desde la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, envió buzos, helicópteros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, paramédicos del ERUM, y trabajadores de Sacmex, en apoyo a Tula y Ecatepec.

Es el signo de los nuevos tiempos, la construcción de una ciudadanía solidaria, tolerante, participativa, que sabe tomar los espacios en los momentos de mayor necesidad y coadyuvar con las autoridades e instituciones en una labor que debe ser conjunta.

@guerrerochipres

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