Cuando despertó de la operación, Sarah estaba eufórica. Le habían implantado en el cráneo un dispositivo electrónico conectado con cables a su cerebro para detectar el momento en que entra en depresión y controlarla.

Ya había intentado todo tipo de tratamientos y terapias y nada le había funcionado. La mujer de 36 años se convirtió en la primera persona en ser operada bajo este método experimental. A las pocas semanas, los pensamientos suicidas desaparecieron.

Los investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, que participaron en el estudio dicen que es muy pronto para saber si el implante puede ayudar a otros pacientes con depresiones difíciles de tratar.

Este tratamiento y datos de organismos civiles revelan que la salud mental se ha colocado en el centro de las atenciones necesarias para las personas, desde lo individual hasta lo institucional.

Este domingo se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, implementado desde 1995 por la Federación Mundial para la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud. Esta segunda estima que en el mundo cerca de mil millones de personas enfrentan algún trastorno emocional.

Estos padecimientos han existido siempre, aunque la vergüenza o el miedo a la discriminación impidieron —y en algunos casos aún lo hacen— que se visibilizaran y atendieran. Los prejuicios han llevado a sortearlos en silencio.

La pandemia impulsó varias acciones en materia de salud. Tras 19 meses de contingencia, las y los ciudadanos, organismos civiles y autoridades impulsan el mismo nivel de importancia a los cuidados físicos y los emocionales.

Entre 2020 y lo que va de este año, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ha dado atención emocional a 66 mil 786 personas, con un incremento del 121% en los meses de enero-septiembre de un año a otro.

Sobre el tema todavía quedan muchos prejuicios que eliminar, pero el camino ya está trazado. Las mujeres y los jóvenes demuestran, de acuerdo con el análisis de los datos, ser los sectores más proclives a pedir apoyo, mientras que la demanda disminuye, en una proporción de dos a uno, con relación a los hombres.

La salud mental es un derecho de todas y todos los integrantes de una sociedad. Reivindicarlo es labor colectiva, a partir de acciones encaminadas a la búsqueda de ayuda o a la conformación de redes de apoyo familiares, vecinales, comunitarias o institucionales.

Aún estamos lejos de poder implantar un dispositivo a cada una de las personas que registren trastornos depresivos severos, pero estamos muy cerca de acabar con los mitos y prejuicios que los envuelven.

Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
@guerrerochipres

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