El día que esos dos hombres llegaron a su comunidad rural, Juan vio la oportunidad de alcanzar el sueño americano. La oferta era buena y parecía seria. Buscaban personas para trabajar en la frontera en campos agrícolas con un salario en dólares.

No lo dudó. Tomó sus cosas y con otros vecinos de su comunidad subió a una camioneta de redilas. Al llegar a su destino supo entonces que no iba a trabajar junto a sus compañeros ni en el campo.

Fue llevado a una fábrica, donde lo pusieron a laborar 16 horas diarias, toda la semana; para dormir lo hacinaron en un cuarto con otros diez en las mismas condiciones. Su patrón le descontaba de su sueldo la comida y el alojamiento.

Juan fue una víctima de Trata de Personas en su modalidad de explotación laboral, una de las formas que repuntó en el año pasado ante las necesidades económicas desatadas por la pandemia de Covid-19.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México elaboró el Informe Trata de Personas México 2019-2020, el primero en su tipo en Latinoamérica, que revela cambios sustanciales en la forma de operar de los delincuentes.

La contingencia sanitaria modificó las dinámicas cotidianas de la gente, con una presencia disminuida en las calles y negocios o comercios que acostumbraban frecuentar. Los delincuentes y los grupos delictivos vieron limitados sus puntos y formas de operación y debieron ajustarse a la nueva realidad.

De las once modalidades de Trata, dos son las más comunes: la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual y la explotación laboral. Aunque el volumen está registrado en ese orden, el Informe —basado en el análisis de 4 mil 445 reportes a la Línea Nacional contra la Trata de Personas— indica un aumento en los casos relacionados con el trabajo.

Las personas dedicadas a delitos como la extorsión, fraude o Trata ubican la necesidad o circunstancia que genera temor para ofrecer a sus víctimas la forma de solventarlas. El amor y el empleo son factores constantes.

Al no encontrar gente en parques o plazas —puntos tradicionales de enganche—, los tratantes desplazaron su búsqueda a las redes sociales o sitios web, al tiempo que aumentaron la falsa oferta laboral como método de atracción.

El Informe confirmó la transnacionalidad de este delito, al recibir reportes de víctimas América Latina, Estados Unidos e incluso de Dubái o la isla de Malta.

Combatir a los delincuentes y erradicar la impunidad requiere de esfuerzos coordinados entre organismos civiles y autoridades. El Consejo Ciudadano comparte datos con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), encabezada por Santiago Nieto, con el fin de cercar la actividad financiera de los tratantes.

Con la Oficina de las Naciones Unidas contra Droga y Delito (UNODC), representado en México por Kristian Hölge, hay un importante intercambio de información que permite conocer la forma como se desarrolla el delito a nivel mundial.

El trabajo conjunto es clave, así como la información es central en todos los niveles.

Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. @guerrerochipres

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