En medio de la fatiga pandémica ocurre el dolor por la tragedia impredecible. De cara al 10 de mayo, algunas madres enfrentan escenarios de dolor o cansancio emocional.

El país y las madres están de luto. La dramática búsqueda de Brandon por parte de su mamá, tras el accidente del Metro de la Línea 12 la noche del lunes, tuvo un desenlace fatal.

"Sirenas cantan en el vecindario Por aquí la muerte visita sin horario”.

Con el rap Somos de Barrio, de C-Kan, despiden a Brandon; era su favorito. Esa noche el niño de 12 años regresaba del Centro Histórico con la pareja sentimental de su mamá Marisol; habían ido a comprar lo necesario para el festejo del 10 de mayo.

El duelo por la pérdida inesperada, irreparable. Ninguna madre debería soportar el dolor de perder a un hijo.

La solidaridad que salió de sus casas para llevar algo de beber o de comer a quienes esperan afuera de hospitales para tener noticias de sus familiares, reconforta, da esperanza.

Es tiempo de unión, de crear redes de apoyo entre la comunidad, en la familia. Es la ecología de la seguridad que se apoya en voluntades y compromisos de ciudadanos, organismos civiles, empresarios, autoridades, para crear entornos seguros en todos los sentidos.

La pandemia transformó la vida de muchas personas, visibilizó las violencias que ocurren en el hogar y multiplicó las tareas de las mujeres, en particular las de las madres.

Las mamás son quienes enfrentaron los cambios más radicales. La casa se convirtió, en unas semanas y, hasta el momento durante 14 meses, en un salón de clases, un espacio para el cuidado de adultos mayores, una zona de trabajo.

Quedarse en casa, como consecuencia del COVID-19, estableció demandas concretas para las madres, que vinieron a sumarse a las ya fijadas dentro de la familia. Y con ello, el excedente de trabajo con el consecuente desgaste físico, mental y emocional.

En los primeros meses de la contingencia sanitaria repuntaron —como ya lo habíamos previsto en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX — los reportes y peticiones de apoyo psicológico y jurídico por violencia familiar.

Después, la fatiga pandémica y la necesidad de atender la salud mental se hizo evidente. Los registros de la Línea Mujer y Familia y el Chat de Confianza (55 5533 5533) indican que el 58% de las madres que expresaron agotamiento emocional fue por el cuidado de las y los hijos.

El 17% por la atención que tuvieron que dedicar a otros adultos, principalmente mayores, y un 16% por las labores del hogar. Los datos abarcan el periodo de pandemia, es decir, entre marzo de 2020 y abril de este año.

Ahora, más que nunca, en el hogar y en la familia es necesario establecer redes de apoyo y colaboración, promover un entorno de crianza y educación compartida.

@guerrerochipres

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