La jefa de Gobierno de la Ciudad de México ha decidido, junto con su equipo de asesores y estrategas de campaña, que es momento de dejar el cargo “para poder recorrer el país libremente”, aumentar sus niveles de conocimiento a nivel nacional y terminar de construir su proyecto presidencial rumbo a 2024. Para ello, Claudia Sheinbaum Pardo prepara una “licencia” que enviará al Congreso de la Ciudad de México en julio próximo y ya tiene en marcha una estrategia política para buscar la dirigencia nacional de Morena y, desde ahí, fortalecer su imagen y construir su candidatura presidencial.

De acuerdo con fuentes muy cercanas al Palacio del Ayuntamiento, la doctora ha comentado a sus colaboradores de más confianza que la jefatura de Gobierno “ya le está provocando demasiado desgaste” y representa una limitante para poder moverse y visitar otros estados, sin que la cuestionen o la critiquen por descuidar su encargo. “Ella siente que Marcelo tiene un cargo mucho más tranquilo en el que puede moverse a nivel nacional e internacional, mientras que ella está siempre en el ojo público y cualquier movimiento o promoción de su imagen se cuestiona y no surte el mismo efecto”, comentó un colaborador que pidió el anonimato.

Pero la decisión de separarse del cargo no es para nada un salto al vacío. Sheinbaum ha puesto la mira en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, que actualmente ocupa Mario Delgado, y cuyo periodo termina en noviembre del 2023. La doctora empezaría desde su separación del cargo una campaña para postularse como candidata a la dirigencia nacional y sustituir a Delgado, para lo cual cuenta con el apoyo de buena parte de la estructura nacional morenista, desde la secretaria general, Citlalli Hernández, hasta la presidenta del Consejo Nacional del partido gobernante, Bertha Luján.

Las fuentes consultadas no confirman si la decisión de la jefa de Gobierno está avalada y comentada con el presidente López Obrador, pero lo que sí aseguran es que sin duda tendría el apoyo del mandatario y de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, para realizar un movimiento con el que busca fortalecer su candidatura presidencial. Porque desde la presidencia de Morena, Claudia Sheinbaum podría recorrer toda la República y hacer trabajo de tierra con la estructura nacional morenista, para cimentar desde abajo su proyecto con miras a la encuesta que definirá el candidato oficialista a la Presidencia de la República en 2024.

En la ruta que se ha trazado el equipo de Sheinbaum para los próximos meses se incluye la intensa campaña de promoción de “logros y resultados” de su administración.

Sheinbaum busca cerrar “a tambor batiente” durante las próximas semanas para, a partir de julio, mandar su solicitud de licencia (que no nos dicen si será “definitiva” o “temporal” por aquello de que no resulte ser la candidata) al Congreso local y comenzar su campaña por la dirigencia nacional de Morena para, desde ahí, intentar lograr el crecimiento de su imagen, nivel de conocimiento e intención de voto, que hasta ahora no ha podido crecer como ella quisiera.

Habrá que ver qué tanto funciona la estrategia y la ruta que ha elegido tomar la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, una vez que ya no tenga ese cargo y esa plataforma política que cambiará por la presidencia de Morena. Sin duda Sheinbaum tiene que meter el acelerador si quiere llegar a noviembre de 2023 como la “corcholata” puntera y favorita; y sin duda también, le urge dejar atrás los muchos problemas, presiones y hasta riesgos que significa gobernar a una ciudad ingobernable como es la CDMX. Y de paso también enterrar fantasmas y muertos, como los 26 de la Línea 12.

NOTAS INDISCRETAS…

A pesar de las gestiones del presidente López Obrador y de su insistencia en que Estados Unidos invitara a “todos los países” del continente a la Cumbre de las Américas, los tres gobiernos dictatoriales que el mandatario mexicano defendía con esa posición: Cuba, Venezuela y Nicaragua, terminaron autoexcluyéndose antes de que se conozca la lista oficial de invitados de la Casa Blanca y anunciando que no irían a la Cumbre a la que, por lo demás no habían sido invitados. Primero fue el dictador Daniel Ortega , quien dijo que “no nos interesa ir” a la Cumbre; después fue Nicolás Maduro el que dijo que tampoco iría a Los Ángeles porque “es una pérdida de tiempo”, aunque en realidad no iría porque podría detenerlo el Departamento de Justicia de EU; y finalmente ayer, el presidente Miguel Díaz Canel, en un mensaje en su cuenta de Twitter, dijo que “en ningún caso asistiré” a la Cumbre, porque desde un principio “se sabe que el gobierno de Estados Unidos concibió de un inicio que esa reunión no fuera inclusiva”. En todo caso, los tres países y sus cuestionados gobernantes, por los que tanto abogó el presidente y por los que amenazó incluso al gobierno de Joe Biden con no asistir personalmente a Los Ángeles, ya se autodescartaron, pero llama la atención que tanto Díaz Canel como Maduro dicen en sus mensajes que “la voz de Cuba y de Venezuela se escuchará en la Cumbre de las Américas”. ¿Será acaso que López Obrador hablará a nombre de esos dos países y de los excluidos en su discurso?”, claro que para hacer eso primero tendría que asistir y hasta ahora el presidente mexicano la sigue haciendo cardiaca y se niega a dar su brazo a torcer y a anunciar si asiste o no asiste, aun cuando Washington ya le dijo claramente que “No” a su petición en favor de los dictadores… Ayer, Luis Martín Rosas Navarrete , ex funcionario de la desaparecida Policía Federal Preventiva y de otras instituciones federales, nos mandó esta carta y nos pidió hacer esta aclaración que reproducimos textual: “Por este medio me permito hacer comentarios a su columna publicada el 21 de septiembre de 2019, en el periódico El Universal, titulada “Una fiesta, una grabación y una llamada”, en la cual se hace referencia al suscrito Luis Martín Rosas Navarrete: “Algo raro pasa en la ya casi extinta Policía Federal que se estará quedando sin policías, pero lo que no se acaba es la corrupción. Al menos es lo que señalan dos proveedores que habían ganado una licitación de la PF en marzo pasado para abastecerla de neumáticos, tras haber presentado la mejor propuesta. Pero extrañamente la Dirección General de Recursos Materiales comandada por Raúl Alejandro González Delgado, por medio de la Dirección de Adquisiciones a cargo de Luis Martín Rosas Navarrete y en aparente colusión con el mismo Órgano Interno de Control, cuyo encargado es Manuel Antonio Magaña Moheno, pretenden ahora anularles a la mala la licitación ganada, cuando ya estaban a punto de firmar el contrato. El argumento para cancelar una licitación ya resuelta legalmente es que los proveedores adjudicados “nunca se presentaron a firmar el contrato respectivo”, cuando en realidad a ambos proveedores les negaron el acceso y toda comunicación con los funcionarios encargados de formalizar el proceso de firma, con toda la intención de declarar su supuesta ausencia y favorecer a quien perdió la licitación otorgándole el contrato que no ganó legalmente. Parece que la escoba de la corrupción no ha llegado a esa área de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a juzgar por la actitud de estos funcionarios del área de adquisiciones, que por cierto uno de ellos, y el encargado del despacho del Órgano de Control, vienen desde Pemex, y al parecer no se enteraron que el combate a la corrupción es una prioridad del presidente López Obrador. Ahora los empresarios afectados intentan acudir a la mañanera a presentarle su caso al presidente…” sic. Al respecto, le comento que la mención a mí persona es totalmente fuera del contexto real de lo ocurrido, por lo siguiente: El entonces Titular del Órgano Interno de Control en la Policía Federal NUNCA laboró en PEMEX con el suscrito. Fui designado en el mes de marzo de 2019 en la Dirección de Adquisiciones de la Policía Federal, con la finalidad de frenar los procesos de licitación “a modo” como se venían realizando desde hacía años, esto con motivo de mi experiencia y trayectoria como titular de las áreas de Quejas, Denuncias e Investigaciones, de Responsabilidades y de Órganos Internos de Control. Efectivamente en el ejercicio fiscal 2019 se llevó a cabo un proceso de licitación en el cual el objeto era la adquisición de neumáticos para las patrullas y vehículos de la entonces Policía Federal, esto es, uno de los contratos más grandes que tenía la dependencia, por lo que como es obligatorio el suscrito solicitó la intervención del Órgano Interno de Control en la Policía Federal, por lo cual en las etapas del procedimiento estuvo presente tanto el TITULAR DEL ÓRGANO INTERNO DE CONTROL como EL TITULAR DE AUDITORÍA INTERNA EN LA POLICÍA FEDERAL. En el proceso de revisión el personal del área a mi cargo se percató de que existían elementos que podrían presumir una falta de transparencia y equidad para favorecer a proveedores, situación que notifiqué de inmediato a mi superior jerárquico y a la Contraloría (OIC), quien inició un la intervención respectiva y determinó suspender de manera provisional la licitación lo que generó molestia entre los proveedores así como entre miembros de la Policía Federal que tenían muchos años en estos contratos y serían quienes administrarían el contrato de referencia. Desconozco el proceso final del asunto en virtud a que fui comisionado a la Unidad de Transición de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en el mes de octubre del 2019, motivo por el cual el señalamiento de que no permití el acceso al proveedor y demás supuestos actos de corrupción citados hacia mi persona en el desempeño de mis funciones son TOTALMENTE FALSOS ya que para el mes de septiembre (fecha de la nota) ya no estaba adscrito a la Policía Federal, ni a la Guarida Nacional. El señalamiento hecho a mi persona me está perjudicando mi imagen, ética profesional y generando un daño moral ya que se etiquetó mi nombre y se relacionó con un tema de corrupción, cuando mí trayectoria de más de 20 años es pulcra. Solo por mencionar durante mi gestión como contralor en PEMEX fui el primero en aplicar sanciones a proveedores mediante la Ley Federal Anticorrupción en Contrataciones Públicas, entre las que destacan las sanciones a la empresa Oceanografía, entre otras, logrando además la mayor recuperación por pagos en exceso a proveedores en la historia de los Órganos Internos de Control en Pemex, la cual ascendió a la cantidad de $ 4,500,000,000.00 (cuatro mil quinientos millones de pesos), he participado en investigaciones en el exterior del país consideradas como casos de éxito en administraciones anteriores por citar algunas, motivo por el cual le solcito atentamente se haga la aclaración respectiva, aclarando que el suscrito no tiene ni ha tenido alguna sanción o investigación por el tema referido ya que los hechos manifestados es la verdad jurídica de los mismos. Atte. Luis Martín Rosas Navarrete”. Hasta ahí su carta y aclaración que publicamos en atención a su derecho de réplica… Los dados mandan Escalera Doble. Subida.

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