Por motivos muy diferentes, pero al final relacionados con su parentesco familiar, Ricardo y David Monreal Ávila enfrentan en estos momentos tensiones y presiones fuertes en su ejercicio político. El primero como líder del Senado, en donde sus aspiraciones presidenciales y el papel de candidato rebelde que le ha tocado jugar al interior de Morena le han valido el golpeteo y el desgaste por parte de los grupos más radicales de la 4T, junto con un notorio enfriamiento de su relación con el presidente López Obrador; y el segundo en su arranque como gobernador de Zacatecas que se ha visto empañado por la violencia, las balaceras y el incremento de los asesinatos por narcotráfico en su estado.
 
En apariencia las causas y los orígenes de las tensiones que enfrentan los dos hermanos Monreal serían distintas y los jaloneos y golpeteos de la adelantada sucesión en la que se mueve el senador no tendrían ninguna relación con el “calentamiento” del estado de Zacatecas que enfrenta el gobernador. Pero, como bien dice el dicho, las apariencias a menudo engañan y las casualidades difícilmente existen en la política, por lo que no es nada descabellado ni remoto pensar que la dinámica política en la que se mueve Ricardo, uno de los contendientes más claros en la lucha ya abierta y feroz por el 2024, esté impactando —como efecto colateral, diría el clásico— a la situación de aumento notorio de la violencia que impacta al ejercicio de gobierno de David.
 
A Ricardo Monreal, por ejemplo, con todo y los buenos oficios políticos y los resultados que le dio al presidente con la aprobación de sus iniciativas y reformas los primeros tres años de gobierno, López Obrador no le perdona lo sucedido en la Ciudad de México y que, según lo acusaron cercanos a la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, fuera responsable de “actos de traición” a los que cómodamente atribuyeron la estrepitosa derrota que sufrió Morena en la capital en los comicios del 6 de junio.
 
A pesar de los esfuerzos del líder del Senado, que apenas el viernes se encontró en Guerrero con Sheinbaum y se dieron un abrazo a la vista de todos, con la promesa de que se verán para dialogar, está claro que más allá de las formas políticas —en las que Monreal es maestro— el zacatecano ha incomodado con sus posiciones de exigir “piso parejo” y que “no haya favoritismos” en la carrera presidencial y hasta proponer que el candidato de Morena surja de una votación directa y no de encuestas que cada vez son más dudosas. Eso le ha valido ya que las “jaurías” de los sectores más radicales de la 4T le enderecen campañas en redes sociales para etiquetarlo de “traidor” y pedir su salida del movimiento lopezobradorista, a lo que el senador responde que él no piensa renunciar al partido que fundó junto con el presidente.
 
¿Qué tanta relación tiene todo eso con lo que está enfrentando David Monreal Ávila en Zacatecas? Un dato que puede ayudar a entender esa relación es que dese que asumió la gubernatura el actual gobernador morenista, el pasado 12 de octubre, la violencia del narcotráfico se incrementó exponencialmente en varios municipios del estado. Aunque la pugna que sostienen por el territorio zacatecano el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación no es nueva y ya había comenzado en el anterior gobierno del priista Alejandro Tello, el dato de que a un mes exacto de que empezó el gobierno de David Monreal se hayan registrado 220 asesinatos, un promedio diario de 7 homicidios diarios, no parece ser totalmente casual.
 
Un indicador claro de eso es que hasta ahora la violencia por el enfrentamiento de cárteles se había mantenido presente en municipios del estado que limitan más con el estado de Jalisco y hace tiempo no había escenas de balaceras o asesinatos en la capital del estado. El pasado 9 de octubre, a unos cuantos metros del C5 estatal, en la ciudad de Zacatecas, cuatro policías metropolitanos fueron asesinados a balazos y el hecho se volvió viral porque a unas cuadras del lugar donde les dispararon a los uniformados, en unas canchas de futbol se jugaban un partido de una liga infantil. Las escenas de niños y sus padres tirados al piso, pecho tierra, aterrorizados por los disparos de armas de fuego, le dieron la vuelta no sólo al país sino al mundo.
 
Hoy, a un mes de iniciado el gobierno de David Monreal, Zacatecas tiene la mayor tasa de homicidios dolosos a nivel nacional con 61.51 víctimas por cada 100 mil habitantes, lo que lo convierte en la entidad más violenta del país, superando a estados como Colima, Baja California y Chihuahua, que venían liderando en asesinatos violentos; además es el tercer estado donde asesinan a más policías con 29 uniformados muertos en lo que va de este año. Tanto en su toma de protesta, el 12 de septiembre pasado, como en su mensaje con motivo de las fiestas patrias, el gobernador Monreal Ávila reiteró que para atender la emergencia de seguridad en su estado, su administración se acogerá a la Estrategia Nacional de Seguridad; sin embargo hasta ahora no ha habido respuesta ni del presidente ni de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, quien nada ha dicho de la situación que está viviendo Zacatecas ni de enviar apoyo de las fuerzas federales al estado.
 
Así que, con distintos temas y con distintos apremios, los apuros de los hermanos Monreal en este momento son sin duda coincidentes. Y, como ya dijimos, es difícil creer en las coincidencias cuando se trata de política, hace unas semanas, el 15 de septiembre para ser exactos, una fuente de seguridad federal se acercó a esta columna con un mensaje por el que nos pedía guardar su anonimato, pero que aseguraba venía “del alto mando militar y de seguridad” en el gobierno federal. El mensaje venía escrito en una tarjeta de la que conservamos una copia y textualmente dice: “Hay mucho enojo por lo que pasó en la CDMX. No sólo como traición sino como afrenta. La instrucción es calentar el estado (Zacatecas) para restarle operatividad, debilitarlo (a Ricardo Monreal), porque saben que de forma real él gobierna, no su hermano. Habrá más actos de violencia para pararlo con miras a la elección”. Que cada quien saque sus conclusiones.
 
NOTAS INDISCRETAS… Hablando de la jefa de Gobierno, la misma que ya dijo el presidente que no es su favorita, aunque lo parezca, el sábado anduvo de gira por Iztapalapa en donde inauguró un nuevo parque llamado “Cuitláhuac” que se construyó en un antiguo tiradero de basura. El esfuerzo por el rescate ambiental en esa zona de la ciudad es notorio con las dimensiones y características del parque que sin duda será un espacio de recreación y ecológico en la sobrepoblada Iztapalapa. Pero la nota política la dio la misma Claudia Sheinbaum cuando, entre los atractivos del parque, además de una pista de go-kart, en la que se subió a un cochecito, también se puso la casaca del equipo local de los Gigantes de Iztapalapa para inaugurar el estadio de beisbol que, faltaba más, también construyeron en el nuevo espacio. Y para que no queden dudas de a quién iba dirigida esa bola que llevaba efectos, la “no favorita” jefa de Gobierno se puso la cachucha, agarró vuelo y lanzó la pelota del deporte que tanto ama el presidente. ¿Será que esa bola caliente llegó desde el Parque Cuitláhuac hasta Palacio Nacional?... Se baten los dados. Escalera Doble. La semana promete.