Más que el mensaje que dirigió el presidente desde Palacio Nacional, lo que más atrajo la atención del mundillo político el pasado 1 de julio, en relación a la celebración de los tres años del triunfo electoral de López Obrador, fue la celebración del partido Morena que se organizó un gran festejo en el Auditorio Nacional. Convocado y organizado por el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, el jolgorio morenista se convirtió, a querer o no, en una suerte de pasarela política y futurista para la clase política de la 4T.

Si bien al mensaje de Palacio acudieron todos los integrantes del gabinete, su actitud en el Patio de Honor del vetusto edificio fue de total sumisión y de aplausos fáciles –que tampoco fueron muchos, apenas cuatro— para el muy breve discurso del Presidente, que en 39 minutos resumió el “venturoso” estado del país y de su gobierno que, tres años después de su triunfo electoral, percibe el mandatario nacional que no ve prácticamente ningún problema en la realidad nacional y sólo advierte logros y avances en sus tres años desde que ganó la Presidencia de la República.

En donde en realidad se soltaron el pelo los integrantes del gabinete, gobernadores, funcionarios y miliantes de la 4T, fue en el Auditorio Nacional. Tal vez fue el escenario o la noche húmeda del jueves en la Ciudad de México, pero el ambiente político en el inmueble del Paseo de la Reforma se calentó con el ánimo festivo del morenismo. En el “aplausómetro” que tuvo lugar durante la fiesta del triunfo electoral se mandaron mensajes claros sobre cómo anda la popularidad de los principales integrantes de la actual clase gobernantes entre la militancia y también entre las élites de la 4T.

A juzgar por la aclamación del auditorio, Claudia Sheinbaum se llevó la noche con la algarabía y los gritos de “¡Presidenta, Presidenta!” que surgieron de la butaquería cuando la Jefa de Gobierno fue presentada por el líder nacional morenista, Mario Delgado. Con el “destape” por aclamación de Sheinbaum habría que ser muy cuidadoso, pues lo primero a tomar en cuenta es que la mayor parte de la audiencia en el evento morenista eran militantes de la CDMX y sus colonias. Eso le daba una segura “cálida recepción” a la gobernante capitalina, que sin duda fue la integrante de la 4T más aclamada de la noche.

Pero a pesar de que los reflectores y “la nota” se la llevó Claudia, el más aplaudido ese 1 de julio en el Auditorio fue el director de la UIF, Santiago Nieto. El tamaño del aplauso que se escuchó cuando fue anunciado por el sonido local no lo igualó ningún otro miembro del gabinete o gobernador morenista presente. Santiago, como el “apóstol”, fue reconocido por los morenistas como el “justiciero” de López Obrador y de la 4T.

El gatillero que siempre está listo, y con el revólver de la investigación financiera listo y apuntando, sobre cualquier “objetivo” que se le antoje o se le atore al Presidente. No importa si es un empresario, un ministro de la Corte, un periodista o un consejero del INE, Nieto Castillo está siempre listo para disparar a la orden del Presidente, y eso es algo que entienden bien las bases morenistas que aplaudieron al apóstol mata-moros (aunque en este caso más bien “mata-conservadores o “fifís”) para agradecerle sus eficientes servicios a la causa del Presidente.

No todos los asistentes del gabinete en el Auditorio tuvieron la misma suerte. Cuando por el sonido sonó el nombre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, la reacción del público guinda monerista fue más bien tranquila, pero subió un poco de intensidad cuando presentaron al director del IMSS, Zoé Robledo. El gran ausente sin duda fue Marcelo Ebrard que, quizás muy convenientemente, no estuvo presente en el festejo partidista de la 4T y buscaba rescatar piezas arqueológicas precolombinas en París, con lo que se evitó lo que pudo ser una humillación al escuchar los gritos de “¡Presidenta, Presidenta!”, que resonaron en el coloso de Reforma.

Y si no todos los integrantes del gabinete brillaron, todavía más opacos se vieron los gobernadores asistentes al evento. Salvo la Jefa de Gobierno de la CDMX, el resto de los mandatarios estatales morenistas pasaron de noche en la noche morenista. Al gobernador de Veracruz se le vio en la primera fila muy solícito el jueves 1 de julio con Claudia Sheinbaum, su vecina de butaca. Luego, al veracruzano se le vio bailando salsa, tratando de llamar la atención que no logra llamar políticamente.

Hace cuatro meses, dicen integrantes del gabinete, Cuitláhuac García se confrontó con el presidente López Obrador cuando, desde Palacio Nacional, le reprocharon al veracruzano el desorden y caos que se percibe en su estado. Dicen que Cuitláhuac tuvo la osadía de desafiar al gran Tlatoani y eso hizo que el mandatario lo mandara a visitar su rancho de Palenque. Incluso, quien fue su principal promotor para ser candidato, Julio Scherer, después de que lo ayudó en su campaña como responsable de la elección veracruzana en 2018, tuvo que aguantar el desaire del gobernador cuando éste decidió acercarse a los radicales de Morena.

Hoy ese mismo promotor que ayudó e impulsó al profesor universitario que era Cuitláhuac, piensa que el académico metido a gobernador es uno de los “focos rojos” para el Presidente y un pen…itente que se quedó en el purgatorio de los gobernadores.
De hecho la opacidad y la instrascendencia de Cuitláhuac García en el festín morenista no fue la única. Ninguno de los gobernadores morenistas que acudieron al evento logró llamar, ni siquiera un poco, la atención ni el relector político de las bases de la 4T. Al “perdedor” Rutilio Escandón, de Chiapas, nadie le puso atención, mientras que al tabasqueño Adán Augusto le hicieron poco caso en la noche de fiesta del partido guinda.

Así que mientras algunos aprovecharon la noche de fiesta para brillar y recibir aclamaciones sucesorias, como Claudia Sheinbaum, que un día después diría que ella está ocupada en “atender a la Ciudad de México” y no piensa todavía en aspiraciones sucesorias, otros como Santiago Nieto cosechaban los frutos de tantas investigaciones y congelamientos de cuentas, mientras el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado tenía por un lado un logro por la organización del festejo y su discurso grandilocuente sobre las herencias de la 4T, y por el otro una rechifla momentánea que surgió durante su mensaje.

Lo más interesante de lo que pasó la noche del jueves en el Auditorio Nacional es que, quizás sin advertirlo, el eclipsamiento presidencial de cada sexenio dio comienzo con las aclamaciones y gritos de “¡Presidenta!” a Claudia Sheinbaum, que se llevó más reflectores y atención ese 1 de julio, que el mismo discurso de aniversario del Presidente, que pasó prácticamente desapercibido. Quizás, sin quererlo y sin buscarlo, las ansias sucesorias en Morena ya lograron adelantar el cambio de foco y la sucesión presidencial.

NOTAS INDISCRETAS…

Dicen que aún en las peores épocas las familias mexicanas se dan tiempo para celebrar. Y eso es lo que ocurrirá este fin de semana con una boda en la familia Cabeza de Vaca. La sobrina del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, hija de su hermano José Manuel, contraerá hoy nupcias en McAllen, Texas, donde celebrará en el lujoso lugar Monarca Event Center. Esta boda se iba a realizar originalmente en abril pasado, pero ante la amenaza del desafuero del tío gobernador, la cambiaron de fecha, lugar y país. Se iba a realizar en San Miguel de Allende, Guanajuato, en el rancho vitivinícola “Tres Raíces”, en donde se presume una sociedad accionaria de la familia Cabeza de Vaca. La captura y entrega del empresario Baltazar Resendez Cantú el pasado jueves, de quien la UIF supone es prestanombres del gobernador tamaulipeco, y quien además era vecino del senador Ismael Cabeza de Vaca, en el exclusivo fraccionamiento Woodlands de McAllen, generó zozobra entre varios de los selectos invitados a la boda de mañana, por aquello de que la fiesta pudiera terminar en una redada binacional y que se aparecieran de pronto en la boda agentes con chalecos con siglas como FBI-ICE-FGR-UIF. Y es que mientras la familia se prepara para la boda, otra mala noticia llegó en las últimas horas para el ejecutivo tamaulipeco: la UIF investiga una estafa maestra en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde el secretario administrativo es primo hermano del gobernador. Hay un océano de incertidumbre en este momento en Tamaulipas y en el condado de Mc Allen por una boda que ocurre en un momento de crisis para la familia…Por cierto, Baltazar Resendez Cantú fue capturado al momento de ingresar a un conocido centro comercial de Mission, Texas; de allí lo llevaron a la oficina del Sheriff del Condado de McAllen, donde declaró por más de doce horas.  Después de lo llevaron al puente internacional donde lo entregaron a la FGR de México. ¿Qué declaró? ¿Qué información proporcionó? ¿Qué negoció? Por cierto, era uno de los invitados a la boda de hoy y no llegó. Ni siquiera alcanzó a disculparse. Y es que, según las investigaciones de la UIF, Baltazar Resendez era el encargado de recibir en sus empresas dinero del gobierno del estado de Tamaulipas y él a su vez, con los recursos que recibió del erario estatal, le compró a un empresario de apellido Tamez un rancho; y con lo que cobró del rancho el tal Tamez compra un departamento y ese es el movimiento que llamó la atención de la UIF. Por eso Resendez es una de las 9 personas físicas y 2 morales que aparecen mencionadas en la denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera en contra del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca…Lanzamos los dados. Tocó Escalera doble. La semana fue redonda.