La propuesta que Estados Unidos negocia con México y con otros países de Latinoamérica, para desactivar el intento de boicot hacia la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, plantea la posibilidad de invitar a una “representación técnica” de Cuba para que la isla participe en la discusión de temas sobre la pandemia del Covid en el continente; considera “muy difícil” la presencia del gobierno de Nicolás Maduro, en todo caso podrían invitar a Juan Guaidó y sus colaboradores, y en el caso de Nicaragua ya ni siquiera se le considera tras el anuncio de la administración de Daniel Ortega de que su país no asistirá a la Cumbre.

Lo que es un hecho, nos dicen fuentes diplomáticas de México, es que el presidente Joe Biden no va a matizar su posición de restringir o negar la invitación a países “cuyos gobiernos no respetan la Carta Democrática de la Américas” y no accederá a la petición del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para cambiar su política exterior en contra de gobiernos y gobernantes que considera antidemocráticos o de plano dictaduras.

Eso ya lo sabe el presidente López Obrador, porque se lo expuso el lunes el embajador Ken Salazar , pero el mandatario mexicano pidió tiempo para analizar la propuesta y aún no les responde si está o no de acuerdo en lo que Washington considera una “salida alterna” y lo único que va a aceptar la administración Biden. Por eso, ayer que le preguntaron los reporteros en su conferencia mañanera sobre el tema de la Cumbre y su asistencia o no al encuentro continental el próximo 6 y 7 de junio, el presidente respondió con una risa evasiva: “Lo de la Cumbre lo comentamos mañana o pasado”.

Lo que sigue siendo una incógnita es cómo va a responder López Obrador al planteamiento de la diplomacia estadounidense: si acepta la presencia sólo técnica de Cuba y limitada a ciertos temas, además de la exclusión de Maduro y la autoexclusión de Nicaragua, y se presenta personalmente en la Cumbre para cuestionar en su discurso la “política antigua de Estados Unidos” que ha calificado de “excluyente y unilateral” o si, aun con los esfuerzos de Washington por tomarlo en cuenta y proponerle “salidas alternas”, el gobernante mexicano cumple su amenaza de no asistir a Los Ángeles y mandar como su representante al canciller Marcelo Ebrard.

La primera opción, una presencia personal del Presidente con un discurso crítico y que defienda su bandera de inclusión y unidad del continente, es algo que le han recomendado sus asesores en política exterior y que sugieren también diplomáticos y analistas como la más positiva y menos costosa para los enormes intereses de México con Estados Unidos; la segunda posición, de hacer berrinche y desairar la Cumbre, con el envío de un representante, es lo que le sugieren y le piden los sectores más radicales de su gobierno.

El problema, si el presidente hace caso a su instinto radical, es que quedaría muy bien con el bloque de las dictaduras y con otros países de la izquierda latinoamericana, pero no así con el país anfitrión al que ya le había confirmado su asistencia y de pronto cambió para defender, con la retórica de la “inclusión, la unidad y la no división” de los países de América, la participación de tres personajes cuestionados por sus actos de represión y rompimiento del orden democrático y constitucional en sus países.

López Obrador ha dicho y repetido que “no va a pasar nada” en la relación entre México y Estados Unidos si él decidiera no acudir personalmente a la Cumbre en Los Ángeles ; pero la realidad es que, sumado a otros temas que han causado fricciones y diferencias con la Casa Blanca, como la Ley de la Industria Eléctrica, la rechazada reforma constitucional en la materia, sus acusaciones de “financiamiento a los opositores” de su gobierno a través de los fondos y programas de la USAID y más recientemente la embestida legal contra la empresa Calica, filial de la estadounidense Vulcan Materials, que ayer motivó una reunión de emergencia en Palacio Nacional, a la que asistió el CEO de esa empresa J. Thomas Hill, el embajador Ken Salazar, y del lado mexicano el Presidente, junto con el embajador Esteban Moctezuma.

AMLO ha dicho en repetidas ocasiones que “el presidente Biden es un buen hombre y una buena persona”, pero claramente sus actitudes y posiciones hacia el mandatario del país vecino son mucho más desafiantes y críticas de lo que nunca lo fueron hacia el gobierno de Donald Trump, a quien, aun fuera de la Presidencia, se niega a responderle cuando el magnate asegura que el presidente de México y su canciller, Marcelo Ebrard, “se doblaron a la primera” cuando los amenazó con imponerle aranceles a las importaciones mexicanas.

Puede que Biden no sea Trump , pero a fuerza de tanto desaire y desplante, un manotazo podría llegar en cualquier momento y de las formas menos esperadas si el inquilino de Palacio Nacional sigue estirando la cuerda en su relación con su vecino de la Casa Blanca.

NOTAS INDISCRETAS…

Para documentar el optimismo sobre la guerra total que vive Tamaulipas en vísperas de las elecciones del 5 de junio, ayer se anunció que la Suprema Corte discutirá el 1 de junio, es decir cuatro días antes de las votaciones para gobernador, las dos controversias constitucionales sobre el desafuero del gobernador Cabeza de Vaca. O sea que los ministros definirán si el panista tiene o no fuero constitucional y si puede o no ser detenido por la FGR por los delitos federales de los que lo acusan. ¿Se imaginan que detengan a Cabeza de Vaca antes de las votaciones? Si a eso se añade la cacería de la Fiscalía de Tamaulipas contra los alcaldes morenistas de Reynosa, Nuevo Laredo y Ciudad Victoria y los señalamientos contra el hijo del candidato de Morena, Américo Villarreal, de haber recibido financiamiento ilegal del empresario Sergio Carmona, la cosa en Tamaulipas se va a poner que arde. Por eso vino Américo al Senado, donde lo arroparon ante el embate de Cabeza de Vaca en su contra, y por eso no parece casualidad que la Corte decida entrarle al tema del desafuero del gobernador panista, justo antes de las elecciones. Los que tengan paraguas en Tamaulipas que lo saquen, porque se pronostican lluvias y no precisamente de agua… Los dados insisten con Serpiente Doble. Mala racha.