Uno de los objetivos prioritarios para el gobierno de López Obrador, en la segunda reunión bilateral que hoy tendrá con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, será la de tratar de restaurar la confianza del gobierno de Estados Unidos, pero sobre todo de sus empresas, fondos e inversionistas, para que vengan a invertir en México y generen empleos que permitan reactivar la economía y superar la grave crisis económica y enfrentar la amenaza de una recesión que se cierne sobre la economía de los dos países.

En ese objetivo, el presidente mexicano va dispuesto a todo y ofrecerá “las perlas de la Virgen” con novedosos “paquetes de incentivos y estímulos fiscales” para que las inversiones estadounidenses, que se alejaron y se frenaron a partir de lo que sucedió con la reforma eléctrica y energética de su gobierno, suspendan sus demandas legales y sus amenazas de controvertir a México ante el TMEC, y en lugar de eso reanuden e incrementen su apuesta por el mercado mexicano en el sector energético, automotriz y en cualquier otro campo que les resulte atractivo.

Eso es parte de lo que estuvo trabajando en las últimas semanas el gobierno lopezobradorista de manera estrecha con el embajador Ken Salazar y de lo que provocó que en Washington comenzaran a circular de nueva cuenta los rumores y versiones sobre una presunta “traición” del diplomático de Colorado hacia los intereses estadounidenses, como lo reclamaba aquel duro editorial de las periodistas Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib en The New York Times el pasado 5 de julio. Salazar conoció y trabajó, junto con los asesores de Palacio Nacional, la propuesta de “apoyos a la inversión”, que presentará el mandatario mexicano a Joe Biden en la Oficina Oval.

Y en ese planteamiento para relanzar la inversión estadounidense en México, que será parte de la agenda del encuentro bilateral, además de los consabidos temas de migración, seguridad y otros, habría una oferta de López Obrador para mejorar las condiciones y la certidumbre para la inversión, sobre todo en el sector energético nacional. Y ese paquete podría incluir algunos cambios en su gabinete para mandar “señales de confianza a los inversionistas”, como por ejemplo la salida de la actual secretaria de Energía, Rocío Nahle, cuya figura es de las más cuestionadas por las empresas estadounidenses en el sector energético.

Eso tendría sentido tras la entrega e inauguración de la “primera fase” de la Refinería Olmeca o de Dos Bocas, tras la cual, se dice en Palacio Nacional, Rocío Nahle habría concluido su primer ciclo en el gobierno de la 4T y se prepararía ya su relevo al frente de la Sener y de la política energética nacional. Los motivos para el cambio serían, precisamente, que Nahle no sea un obstáculo para el plan de inversiones que armaron el presidente, Ken Salazar y el canciller Marcelo Ebrard, y que le presentarán este martes al presidente Biden, a fin de poder reponer los contratos que hoy tienen bloqueadas inversiones estadounidenses y de otros países por cuando menos 30 mil millones de dólares y que colocan a México en la mira de un panel de Estado-Estado por violar el TMEC.

El otro motivo para el relevo en Sener es porque el Presidente quiere poner a Rocío Nahle a operar políticamente y en la Refinería Olmeca ya no tiene mucho qué hacer, después de la faramalla de su inauguración, más que administrar una construcción que va a dar el primer litro de gasolina en cuando menos un año y medio. Junto con Nahle saldría toda la mafia que incrustó en la Comisión Reguladora de Energía, empezando por su titular, Leopoldo Melchi, que ha sido el instrumento para detener las inversiones privadas, pero lo que se quedaría sería la poca transparencia y los señalamientos de favoritismos a empresas vinculadas a ella y a su esposo, a través de su compadre Arturo Quintanila Hayek, del consorcio Huerta-Madre y otras firmas que se beneficiaron de asignaciones millonarias en el oneroso proyecto Dos Bocas.

Si se confirma después del viaje a Washington el movimiento, ¿a dónde iría Nahle, que como todos sabemos ya se promueve también rumbo a las elecciones de gobernador en Veracruz en 2024 con todo y anuncios espectaculares en el estado? Las señales apuntan hacia la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, que encabeza un Jorge Arganis que en dos años en el puesto no ha hecho absolutamente nada y al que se le cayó la inversión en carreteras, se le degradó la aeronáutica y hasta le tuvieron que quitar el control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por el caos que generó y que hoy está en manos de los militares de la Secretaría de Marina.

Veremos qué tanto éxito tiene la propuesta que AMLO le presentará a un Joe Biden que, aunque se sabe desairado, plantado y hasta ofendido por los desplantes y descortesías de su homólogo mexicano, al final lo necesita para resolver la crisis migratoria y, en su debilidad interna por la presiones sociales, políticas y sobre todo económicas, no tendrá más que sonreír, escuchar y analizar los planteamientos de López Obrador, al que volverá a llamar “amigou” y se tomarán la foto sonrientes y elogiosos uno con el otro. ¿Volverán las oscuras golondrinas de los capitales, fondos e inversiones estadounidenses en el balcón mexicano sus dineros a colgar? Ya lo veremos.

 
NOTAS INDISCRETAS…

Apenas ayer comentábamos de las patadas y zancadillas, ya no bajo la mesa sino en público y en plena conferencia en Palacio Nacional, que se están dando los aspirantes presidenciales de Morena y ayer afloró otra fuerte disputa interna en la 4T. El diputado y coordinador morenista en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, hombre de lealtad bartlettista para mayores señas, cumplió ayer su advertencia de demandar penalmente y ante la FGR a quienes le filtraron presuntos expedientes de la UIF que lo involucraban en una investigación por delitos de lavado de dinero y evasión fiscal hasta por 400 mdp. Mier denunció a Santiago Nieto, extitular de la UIF, al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, y al senador poblano, Alejandro Armenta, por “uso faccioso de las instituciones” y de haber difundido información falsa sobre su persona. Ayer mismo le contestaron el gobernador Barbosa, diciendo que “él tiene que explicar las cosas” y el senador Armenta negando tener algo que ver con una campaña en contra del líder parlamentario de Morena. Hasta anoche Santiago Nieto no respondía a estos señalamientos, que parecen ir vinculados también al raspón que le mandó el actual titular de la UIF, Pablo Gómez, desde Palacio Nacional. Y es que, en el caso de Mier y Puebla, hace un mes también intervino Pablo Gómez con un extraño “apercibimiento” que le dirigió al fiscal de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, a quien el funcionario federal acusó de haber “filtrado información de un expediente federal” en poder de la UIF y haber difundido información de una investigación en curso de manera deformada y dolosa, poniendo en riesgo la seguridad nacional. Es decir que tanto en su declaración del jueves pasado, donde acusó, sin mencionarlo a Santiago Nieto de haber sido “parte de la corrupción” y de no haberla combatido desde la UIF, como ahora en la denuncia del diputado Mier, aparece claramente la mano del duro de duros que es Pablo Gómez, haciendo lo que mejor sabe: grillas y política desde la UIF… Se agitan los dados. Escalera y subimos.

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