El gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició con una política salarial diferente. En 2019, su primer año de gobierno, otorgó un aumento a los salarios mínimos de 16 por ciento; en 2020 de 20 y en 2021 de 15. Sin duda contrasta con la política con los gobiernos anteriores cuyos aumentos sólo cubrían el aumento de inflación que oscilaba entre tres y cuatro por ciento. Esto significó un estancamiento de los salarios cuya pérdida del poder adquisitivo representó un 70 por ciento en los últimos treinta años.

El 17 de diciembre de 2020, día que anunció el aumento de 15 por ciento para el año 2021, el discurso del presidente señala que: “Es un acto importante, histórico porque iniciamos juntos una nueva etapa en la política salarial del país”. Más adelante agrega “Nos vamos a beneficiar todos: ayudará al crecimiento de la economía y se fortalecerá al mercado interno”, (17 de diciembre de 2020, https://lopezobrador.org.mx › temas › salario-minimo).

La idea que expresa el presidente es que este aumento a los salarios mínimos es un cambio sustancial en la política salarial y que será de beneficio para todos los trabajadores y en consecuencia propiciará crecimiento en el país. Sin embargo, ante esta visión, es necesario hacernos varias preguntas. ¿A cuántos trabajadores realmente beneficia este aumento? ¿Cuál es el impacto real del aumento de los mínimos en los salarios de los trabajadores? ¿Cuál es el impacto de este aumento a las revisiones contractuales? ¿Realmente es un cambio sustancial en la política salarial cuyo resultado es un crecimiento de la economía del país?.

Veamos algunas estadísticas:

El 1 de enero de 2021, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) emitieron el comunicado “La Nueva Política de Salarios Mínimos beneficiará a los que menos ganan”, del cual extraemos la siguiente información. El aumento al salario mínimo beneficiará a 4 millones 552 mil 626 trabajadores tomando en cuenta la información del IMSS. Sabemos que muchos patrones registran a trabajadores con un salario mínimo, pero en la realidad les pagan un salario mayor, lo cual indicaría que el número de trabajadores que se benefician con el aumento al salario mínimo es mucho menor. De hecho, otros autores, señalan que el número de beneficiarios por el aumento al salario mínimo es el cuatro por ciento de la población económicamente activa, lo cual, representa aproximadamente dos millones de trabajadores. (Gabriel Casillas, El financiero, 22 de dic. 2020). Con esta información, se muestra que sólo una mínima parte de los trabajadores se beneficia de este aumento.

Un segundo elemento es el impacto de los salarios mínimos en las revisiones contractuales. En el documento citado anteriormente se menciona que el impacto fue de 2.79% por ciento en términos reales en las jurisdicciones locales y 1.70 por ciento en las federales. Esto significa que en las revisiones contractuales el impacto es menor.

El problema es más grave, dado que en las revisiones contractuales el aumento salarial oscila entre el tres o cuatro por ciento, lo que significa que en términos reales, los salarios de las revisiones contractuales, se encuentran estancados con este gobierno.

Un tercer elemento, es el costo que representará a las empresas el aumento a los salarios mínimos. El costo adicional de las empresas es de 0.44 por ciento del total de los salarios que ya pagaban. En la Zona Libre de la Frontera Norte, 0.72 por ciento y en el resto del país 0.41 por ciento.

En conclusión. La política salarial de la cuarta transformación no representa un cambio sustancial en los ingresos de los trabajadores. En consecuencia, mejorar los salarios y las condiciones de vida, es una tarea pendiente que sólo puede ser obra de la propia organización y lucha de los trabajadores.

Prof. Salvador Ferrer Ramírez. Universidad Autónoma Metropolitana. Xochimilco.

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