2020 será un año triste. Habrá más de un millón de muertes en México. Un récord trágico. Serán casi 300 mil más de las “esperadas”. Muchas de ellas son curables y prematuras. La gran mayoría serán por fallas del sistema de salud. Urge convertir a la salud en prioridad nacional.

El Covid será la causa de 120 a 121 mil muertes al 31 de diciembre. El doble de la cantidad que se nos dijo sería una gran tragedia, impensable. Inaceptable. Y además habrá otras 175 mil muertes más, “en exceso” para fin de año.

Estas muertes “en exceso” no son solo producto de malos registros. No son producto de un “engaño”. El problema es más grave. Lo más probable es que en la mayoría de los casos, las causas de esas muertes sean tratables y prevenibles como diabetes, hipertensión y otras enfermedades curables.

Y es que aún entre las 744 mil muertes “esperadas”, entre las causas de la mortalidad “normal” estimada en las proyecciones demográficas, ya hay muchas que son muertes evitables. En 2018, el 43% del total de muertes eran evitables. Y para personas menores a 75 años de edad, es el 70%. (Un análisis más completo en el reporte de Frente a la Pobreza: “La muerte tiene permiso en frentealapobreza.mx)

Se considera “muerte evitable” aquella cuya causa puede ser prevenida o atendida con el conocimiento y tratamientos disponibles en el sistema de salud y se presenta antes de los 75 años de edad.

Es un indicador muy útil y relevante pues permite monitorear el funcionamiento del conjunto del sistema de salud. No refiere sólo a la atención de último momento, pues en muchos casos los padecimientos están ya muy avanzados, con complicaciones y cuando el daño es irreparable.

El indicador “muerte evitable” mide al conjunto del proceso y sobre todo el funcionamiento de la atención primaria en salud. Refiere mucho más a consultorios y centros de salud que a salas de emergencia y de cuidados intensivos. Pues lo evitable depende especialmente de las fases iniciales de prevención, de detección oportuna, de contención de enfermedades en sus fases tempranas.

Las principales causas de muerte en México son atendibles. La diabetes, los padecimientos cardiacos, muchos tumores malignos y otras muchos padecimientos más son curables y tratables. El “control” de estas enfermedades en sus primeras etapas evita muertes prematuras, reduce dolor y también costo económico.

Politizar esta discusión con base en la polarización absurda que hoy domina el debate político es infructuoso. El deterioro, la desigualdad llevan décadas. El abandono del primer nivel de atención y la corrupción se incrementaron en años recientes. Por otra parte, al menos algunas de las medidas adoptadas por el gobierno actual no están resolviendo el problema y en parte lo han complicado. Sobre todo, no modifican la situación estructural de desigualdad y exclusión. Pero lo importante es el futuro.

Todo el dolor de esta pandemia debe dar lugar a una convicción compartida: La salud debe ser la prioridad nacional número uno, más allá de partidos y personas.

La pandemia y un millón de muertes trazan una tarea impostergable: Construyamos un sistema de salud que funcione. Con calidad y con equidad. Con auténtica cobertura universal, sin condiciones, ni distinción. Iniciemos por la atención primaria en salud, es decir por las acciones preventivas y de tratamiento temprano que pueden reducir las muertes evitables.

Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo

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