Los nuevos datos de ingresos y gastos de los hogares de Inegi (#ENIGH2024) confirman que el trabajo digno, con derechos laborales (“formal”) y con remuneración suficiente es la vía frente a la pobreza. Los ingresos aumentaron, pero los hogares de menores ingresos aún viven en condición inaceptable. Se puede estar mejor y al mismo tiempo seguir mal.
Primero, dos aclaraciones: a) Promedio no equivale a “punto medio”. El promedio del ingreso corriente de los hogares son casi 26 mil pesos al mes, el ingreso medio (mediana) es menos de 18 mil. La diferencia es sustantiva. b) Los promedios ocultan la desigualdad: los hogares de menor ingreso (decil I) perciben 5,600 pesos al mes, los de mayor ingreso, 78,700.
Para analizar la mejora del ingreso tampoco bastan los porcentajes. Veamos:
Los hogares con menor ingreso (decil I) tienen 36% más que hace 6 años, esto es casi $1,500 más. Los de mayor ingreso (decil X) subieron solo 4%, pero esto es $3,275 pesos más. En porcentaje, el decil I sube 9 veces más que el X. En cantidad, el decil X sube más del doble que el decil I.
La buena noticia es que la mejora proviene del aumento de los ingresos por trabajo. Es falso que la gente viva de las transferencias de programas gubernamentales. Llamarlas dádivas refleja además una mirada clasista.
La principal fuente de ingreso líquido de los hogares es el trabajo. De cada $100 de ingreso líquido, $74 vienen del trabajo y otros 9 de pensiones, es decir, del trabajo realizado en el pasado. No hay duda: 83 de cada 100 pesos son producto del esfuerzo y laboriosidad de la gente. Lo restante proviene de transferencias de particulares: 7 pesos; de renta de la propiedad: 6 pesos; y de programas gubernamentales, poco menos de 4 pesos.
(Nota: Prefiero y recomiendo analizar ingreso líquido de los hogares descontando el rubro de “estimación del alquiler de la vivienda” al gasto corriente. Ese rubro de ingreso imputado o “imaginario” equivale a 3 mil pesos al mes o sea 12% del ingreso corriente.)
Regreso a la mejora del ingreso por trabajo, para no ver sólo el promedio, hay que verlo por niveles:
Los deciles “bajos” (I, II y III), perciben 68 de cada 100 pesos de ingreso líquido, por trabajo (63 por trabajo presente y 5 por pensiones).
Los deciles “medios” (IV, V y VI), perciben 83 pesos de cada 100 por trabajo (presente y pasado).
Los deciles “altos” (VII, VIII y IX) 88 de cada 100, (9 de pensiones y 79 de trabajo presente).
El decil más alto (X) percibe 81 de cada 100 pesos por trabajo, porque tiene 12 pesos por renta y ganancias de la propiedad (concentran el 69% de ese rubro).
Conclusión: Incluso quienes menos tienen, viven del trabajo. (Clarificación: los deciles no son clases sociales).
El aumento de ingreso los hogares que menos ganan es mayor en porcentaje, como vimos antes. Los hogares de menor ingreso (deciles I a III) subieron 29% su ingreso por trabajo en 6 años, ganan $1,128 más en 2024 que en 2018. Ganaban casi $3,900 al mes, ahora ganan casi $5,000 (todas las comparaciones monetarias son en pesos de valor real, constante).
Sí es buena noticia, pero el ingreso laboral de los hogares del decil I apenas alcanza para una canasta alimentaria: la línea de pobreza extrema de una persona. El decil II rebasa un poquito el monto de una canasta básica, la línea de pobreza de una persona. El ingreso por trabajo de los hogares del decil III no llega, ni de cerca, al monto para dos canastas básicas.
La ruta frente a la pobreza es incrementar el trabajo en condiciones dignas para que quien menos gane, pueda vivir dignamente. Esa es la agenda del colectivo Vida Digna.






