Uno por uno, los aspirantes de Morena derrotados en la elección para alcaldías en la Ciudad de México fueron recibidos por la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, apenas unos días después de la jornada que trajo el mayor descalabro para la izquierda desde 1997, año en que los capitalinos recuperaron el derecho a elegir a sus gobernantes.

“Nos faltó más trabajo, una mayor operación”, expresó la gobernante, palabras más o menos, a cada uno de sus interlocutores, quienes horas antes se imaginaban bajo una de las ya famosas reprimendas que la doctora Sheinbaum no escatima cuando se trata de señalar a sus colaboradores falta de resultados.

Desde las primeras horas posteriores al cierre de casillas, los reportes sobre lo ocurrido indicaban fallas que se han empezado a traducir en ceses, como el de ayer con Florencia Serranía, directora del Metro, insostenible pese al halo protector que la había acompañado.

Un balance sobre ese día de pesadilla para el Presidente, su partido y su movimiento incluye factores externos —alta votación en colonias de clase media y alta, gasto desorbitado desde la oposición en algunos casos. Sin embargo, las fallas internas o el socavamiento desde adentro también figuran en los informes que empezaron a llegar a Palacio desde la noche de los comicios.

Estos señalamientos tiraron de su puesto a Gabriel García, el responsable de la aplicación de programas sociales; un hombre clave en Palacio, estrechamente ligado al Presidente. Se le acusó de ineficacia de su estructura para garantizar la llegada de ayudas. Pero también, dicho en pocas palabras, de haber fracasado en traducir los apoyos gubernamentales a un número equivalente de votos. Y en pocos lugares esos apoyos son tan amplios y maduros como en la capital.

No parece sustentado el señalamiento de que la señora Sheinbaum reclamó para sí toda la operación electoral y marginó a los liderazgos de Morena, bajo la coordinación de su dirigente, Mario Delgado. Los activistas de éste recorrieron las colonias, acudieron a reuniones con los equipos de candidatos… aunque todos se recargaron en los mismos dirigentes, una estructura que ha envejecido, adicta al dinero en efectivo y muy volátil ante las tentaciones desde otros partidos… o de agrupaciones mafiosas.

Una alerta que se repite en los referidos informes alude a la operación del llamado “Grupo Corona”, al que se liga con el líder senatorial Ricardo Monreal, que habría hecho labor de zapa en varias alcaldías donde se dijo adiós a Morena. Entre otros, el resultado de ello es que Palacio ha empezado a dejar sentir su peso en una dura batalla legal ante tribunales, que busca la anulación de los comicios en la alcaldía Cuauhtémoc, donde se asienta la principal base política capitalina de Monreal.

Apuntes:

Hugo López Gatell, el malogrado vocero del combate a la pandemia, decidió apostar su resto en busca de protección en el ala radical de la 4T. Así deben leerse sus declaraciones, propias de cretinos, al llamar “golpistas” a los padres de niños con cáncer que denuncian escasez de medicamentos. Pero mientras más se afana en recuperar los afectos presidenciales, más tóxico se torna. Tras sus 15 minutos de gloria, quien fuera el niño mimado de Palacio sigue en espera del premio que él cree merecer. Todo indica, sin embargo, que el futuro lo llevará a enfrentar en solitario señalamientos por una estrategia desastrosa contra el covid-19 y el manejo faccioso de Cofepris, entre otras áreas a su cargo. El mote de “Doctor Muerte” que se cierne sobre él da cuenta del derrumbe.

rockroberto@gmail.com

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