Estamos convencidos de la urgente necesidad de cambiar el modelo económico para sacar al Sur-Sureste mexicano de la postración, la pobreza y la falta de oportunidades. Para desterrar el colonialismo interno y construir una sociedad justa y equitativa. Frente a la crisis económica internacional y la del país, esta región se debe convertir en una solución y no en un problema. Debe ser la opción y la alternativa viable y sustentable para crear redes de valor comercial e incorporarlas a la cadena productiva y exportadora del ahora Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Nuestra vecindad nos da ventajas comparativas.

Es momento de concebir y hacer de la globalización y la regionalización comercial el instrumento y palanca para construir un Mercado Comercial Satélite e incorporar esta región del país a los beneficios que genera el T-MEC. El modelo económico que estamos proponiendo se sustenta fundamentalmente en crear en esta zona un Programa de Facilitación y Estímulos Fiscales y de todo tipo para la inversión privada, mixta y de gobierno, nacional e internacional, para echar andar el motor de la economía.

A nuestros vecinos del norte les conviene reactivar la economía. Tanto a los gobiernos norteamericano y canadiense como a inversionistas y organismos financieros internacionales les urge reactivar el proceso productivo y comercial; sin economía no hay negocios. Esta es una coyuntura que debemos aprovechar. La presencia de China como potencia económica y comercial es otro factor que juega a favor de esta propuesta.

El plan Marshall es un ejemplo real y contundente. Con enormes recursos, millones de dólares, echó a andar la reconstrucción de la devastada Europa. No fue un acto generoso ni una ocurrencia magnánima: era la necesidad de reactivar la economía mundial, esencia de la supervivencia capitalista.

El gobierno federal, como estrategia de trabajo y racionalización de recursos, puede empezar con Chiapas como plan piloto y aplicar el nuevo modelo económico con el siguiente decálogo de acciones:

1. Convertir al estado en una gran zona de facilitación y estímulos fiscales para la inversión privada, mixta y de gobierno.

2. Instalar 50 empresas interconectadas con las compañías exportadoras del T-MEC.

3. Construir el sistema de riego del Soconusco.

4. Impulsar el desarrollo turístico sustentable de Palenque, Yaxchilán, Bonampak y Agua Azul.

5. Construir infraestructura carretera.

6. Llevar el Tren Maya de Palenque a Tapachula y Tuxtla Gutiérrez.

7. Instalar 300 viveros, de una hectárea cada uno, para producir plantas para el Programa Sembrando Vida.

8. Promover y fomentar la instalación de empresas generadoras de energías limpias.

9. Concretar la descentralización de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Chiapas.

10. Iniciar el Programa de Corresponsabilidad Productiva a través de contratos de coproducción entre gobierno y productores agrícolas.

Presidente López Obrador: el tiempo pasa a velocidad de vértigo, en un suspiro transcurre la vida y concluyen los sexenios de gobierno. En momentos de tormenta son pocas las oportunidades de trascender; salvar y proteger la nave del mar proceloso se convierte en una impronta de vida o muerte.

Sin embargo, esta iniciativa política puede florecer y está al alcance de una negociación entre México y Estados Unidos. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón; la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín; y Ricardo Monreal Ávila, por parte del Senado de la República, pueden concretar con sus contrapartes esta propuesta de desarrollo regional. Vale la pena. Ojalá sea atendida y evaluada. Es el rescate de miles de almas que deambulan como fantasmas en la oscuridad, tristes, sin esperanza y destino. No hay alternativa: legado y gratitud o reclamo popular

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