“...se debería de dar a lo inalámbrico toda la libertad de desarrollo.” Nikola Tesla, 1919.

La red 5G se ha formalizado esta semana en la telefonía móvil de México, pero ¿qué significa y por qué es importante ver hacia el futuro más que hacia el presente?

En general, este tipo de tecnologías de quinta generación habilitan a los dispositivos conectados a la red móvil a mandar comandos y recibir acciones más rápido. Esto acompañado, obviamente, de más datos y mejores experiencias. Pero el logro se queda, como todo en el mundo de la tecnología, corto.

Las redes 5G traen consigo beneficios como menor latencia (velocidad entre una respuesta a un estímulo) y mayor tasa de transferencia de datos. Sin embargo, no debemos dejar de observar los beneficios de los 6 gigahercios (GHz). Eso es muy emocionante. Como sabemos, viene las redes 6G, que se pueden otorgar como concesión o se pueden abrir al uso público.

El confinamiento nos mostró la importancia de buscar conexiones más fuertes, estables y en lo posible, bajo cierto control del usuario. En especial en las redes WiFi donde podremos reducir aún más los tiempos de latencia y la cantidad de datos que enviamos y recibimos. En México, más de 6 de cada 10 personas conecta su smartphone a redes WiFi de manera regular. Esto muestra la congestión de tráfico de datos que sufren los routers. Aquí la importancia de entender el gran beneficio de que el WiFi de la casa cuente con la capacidad de usar espectro en bandas no licenciadas como la de 6 GHz.

“Hay, sin embargo, razones excepcionales por las que se debería de dar a lo inalámbrico toda la libertad de desarrollo. En primer lugar, ofrece unas perspectivas inconmensurablemente mejores y más vitales para el perfeccionamiento de la vida humana que cualquier otro invento o descubrimiento del hombre”, afirmó Nikola Tesla en 1919.

El estudio “Estimación del valor económico del uso no licenciado de la banda 6GHz en México” (enero 2021) concluye que la designación de la banda de 6 GHz para uso no licenciado en México “generará un valor acumulado entre 2021 y 2030 equivalente a más de 150.27 mil millones de dólares”, distribuido en: contribución al PIB, la mitad, aproximadamente; en excedente del productor, un 30%, que incluye márgenes para proveedores mexicanos de tecnología, ahorro en gastos de telecomunicaciones para empresas y ahorro en la inversión de capital de operadores celulares; y digamos que, un 15%, en beneficios para consumidores en términos de bajo costo por Mbps y velocidades de banda ancha más elevadas.

Este llamativo retorno económico es tan solo uno de los beneficios que tendríamos al poder utilizar esa banda. Conexiones más estables que permiten a juegos procesar más escenarios e interactuar con contactos de forma virtual e instantánea a la distancia; acercarnos a la sociedad de creación más que de extracción, tan necesaria para el futuro de nuestra especie. Como dijo Tesla: “Solo a través de la aniquilación de la distancia en cada aspecto, como en la transmisión de información, en el transporte de pasajeros y suministros, y en la transmisión de energía, se alcanzarán algún día las condiciones que aseguren una duración permanente de las relaciones amistosas”.

Como plantean James Abib y Tony Seba en “Rethinking Humanity” veremos que las autoridades eligen, entre mucho #ruidoblanco, el permitir los aceleradores o los frenos del desarrollo hacia tecnologías; en este caso aquellas que nos permiten experiencias más envolventes, significativas y expectantes reciben a ese avance de la vida humana y la información. Probablemente en lo que empezamos a visualizar cómo el metaverso, construido por diferentes participantes de infraestructura física y de desarrollo de software, interactúa con creadores de contenido de valor y usuarios.

Nota: La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.

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