No habían pasado ni 48 horas tras el encuentro personal en Washington entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump que se vio y relató como cordial y satisfactorio, cuando el estadounidense volvió a amenazar a México con una intervención militar contra los cárteles de la droga y con un nuevo arancel de cinco por ciento si no se cubre “inmediatamente” la cuota de agua que se le debe a EE. UU. conforme al Tratado de Aguas que regula su uso y distribución en los ríos transfronterizos Bravo y Colorado.
Ya sabemos que así negocia Trump: primero apapacha y luego golpea, pero también sabemos que la estrategia dialogante de Sheinbaum -firme en lo que a la defensa de la soberanía se refiere- le ha permitido al país salir más o menos bien librado de un buen número de amagos del inquilino de la Casa Blanca.
Pero las recientes y anteriores amenazas palidecen frente a las que plantea Trump, no solo para México, sino para el mundo entero, en su Estrategia Nacional de Seguridad (NSS por sus siglas en inglés) dada a conocer el pasado viernes 5 de diciembre.
El documento de 33 páginas define la visión del mundo del gobierno estadounidense que lo presenta y que puntualiza lo que a su juicio son las prioridades y amenazas a su seguridad nacional, con el objetivo de guiar las acciones de sus agencias, sus fuerzas armadas y su diplomacia.
La estrategia marca, sin duda, una ruptura histórica al adoptar una posición disruptiva hacia aliados tradicionales como Europa y, por supuesto, México.
Esa interrupción brusca de las relaciones de cooperación para sustituirlas por la amenaza y el garrote respalda el concepto central de la NSS: el interés nacional estadounidense está por encima de cualquier otra consideración.
De ahí que busque asidero en la siempre amenazante Doctrina Monroe y su famoso apotegma de “América para los americanos”. La postuló el quinto presidente de los Estados Unidos, James Monroe, en 1832, asumiendo que americanos solo eran y son ellos.
El mundo era otro en el siglo antepasado y, en aquel momento, Washington ponía coto a las pretensiones colonialistas europeas sobre los países latinoamericanos que recién habían ganado su independencia. Solo Estados Unidos —en consecuencia— tenía la prerrogativa de imponer su hegemonía en el continente y desde entonces nos ven y tratan como su patio trasero. Y así, para darle continuidad a la Doctrina Monroe, recurren al petulante concepto de El corolario Trump.
Que nos dice el NSS: 1. Que Washington no tolerará la presencia en este hemisferio de potencias rivales, especialmente China, lo que se ha traducido en presiones directas para expulsar la influencia aquí del gigante asiático; 2. Que el comercio y el T-MEC se reconfigurarán y dejarán de ser un asunto puramente económico para convertirse en un instrumento de seguridad nacional; 3. Que, en ese sentido, la próxima revisión del T-MEC se realizará bajo una óptica mayormente geopolítica para garantizar que Norteamérica funcione como un bastión frente a China, mediante una especie de examen de lealtad; 4. Que la amenaza de la migración y el narcotráfico se confrontará mediante despliegues militares, incluso con fuerza letal, como ocurre hoy en Venezuela; y 5. Que es notoria la indiferencia y el desprecio que muestra hacia Europa (tanto a sus aliados tradicionales como a sus adversarios), para la que vaticinan una “anulación civilizacional” en los próximos veinte años por la caída de la natalidad, la incontenible migración y la pérdida de identidad.
Todo apunta hacia una desestabilización global muy peligrosa. El reto estratégico es enorme para el mundo y para México.
Instantáneas:
1. “DIÁLOGO PARA AVANZAR”. Llamó la atención que, tras asumir la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Medina Mora Icaza mostrara una actitud dialogante con el gobierno de la 4T cuando de él se esperaba una posición más crítica y confrontativa que la complaciente de su antecesor Francisco Cervantes. “Dialogar para avanzar” fue una idea reiterada por Medina Mora Icaza, quien, aun contra posicionamientos históricos de la COPARMEX (de donde proviene) respaldó, por ejemplo, el control estatal del sector energético. Dijo que su prioridad será elevar la inversión, meta a la que le puso números: hasta el 25 por ciento del producto interno bruto.
2. HOTELEROS INCONFORMES. Ante la inconformidad del sector turístico tras conocerse que la iniciativa de ley de ingresos 2026 enviada al Congreso de Quintana Roo ordena a los hoteleros el cobro del Visitax (impuesto a visitantes extranjeros), la gobernadora Mara Lezama y el secretario de Turismo, Bernardo Cueto Riestra, han señalado que continúa la mesa de negociación para buscar otras alternativas de cobro de ese derecho mediante consenso, tal y como las autoridades se comprometieron con el sector turístico, que es el motor de la economía estatal.
3. EXTORSION. Ya son varios los estados que han empezada a alinear su marco jurídico con la estrategia nacional de seguridad para combatir la extorsión que propuso la presidenta Claudia Sheinbaum. Uno de los primeros fue Guerrero, cuyo Congreso aprobó por unanimidad cuatro reformas que permitirán armonizar las normas locales con la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en Materia de Extorsión. De esa manera, se dota a la entidad de un marco más moderno y robusto para combatir ese delito de alto impacto.
4. NO QUITAN DEDO DEL RENGLÓN. Nos dicen que en la FGR están viendo desde su Oficialía Mayor la manera de sí adjudicar el contrato a las empresas del llamado “Cártel de la Limpieza” (Aseo Privado Institucional en propuesta conjunta con Armot Seguridad Privada y Servicios) sin importar que ambas empresas no cuentan con la autorización de la Secretaría del Trabajo. Y es que el pasado 12 de noviembre les fue suspendido el Registro de Prestadores de Servicios Especializados (REPSE), requisito indispensable para este tipo de asignaciones. Pareciera que en los nuevos tiempos de la FGR las prácticas del pasado son las mismas del pasado.
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