Ni los repetidos espaldarazos con los que AMLO lo distingue en cada una de sus giras al Estado de México, sacan a Alfredo del Mazo del sótano al que cayó en la clasificación de desempeño de los 32 gobernadores del país, realizada por la encuestadora Mitofsky la semana pasada.

Acaso por la inconmensurable cauda de corrupción que trae tras de sí la camarilla de la que forma parte (el grupo Atlacomulco, con su primo Enrique Peña Nieto como distinguidísimo miembro), y su partido (el PRI), Alfredo del Mazo –con la aprobación de solamente 14.5% de los encuestados y la desaprobación de 84.3%–, está incluso por debajo del inexistente gobernador de Morelos, el pesista Cuauhtémoc Blanco, quien se ubica en el penúltimo lugar (14.8%-84.8%); del fanfarrón independiente de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco” (17.8%-79.7%); y del tan diluido como su partido (el PRD) Silvano Aureoles, de Michoacán (19.2%-80.2%).

Estos cuatro gobernadores están dentro de la clasificación de los “muy bajos” con una aprobación menor a 20% y una desaprobación de 80% o más, que contrasta con los colocados en el rango “sobresaliente” (con 50% por ciento o más de aprobación) y que son los que ocupan los primeros seis lugares.

Se trata de tres panistas, dos morenos y un priista. En el primer lugar está clasificado el blanquiazul gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, con una altísima aprobación de 72.8% que, dicho sea de paso y toda proporción guardada, es mayor al 70% que AMLO tuvo en su mejor momento y que ayer había caído a 55.6%.

Los otros dos panistas son: Carlos Mendoza Davis, de BCS, quien se ubica en el cuarto lugar con una aprobación de 58.2% y Francisco Domínguez, de Querétaro, quien está en el sexto lugar, con 50.2%. Lo anterior sugiere que la oposición blanquiazul empieza a echar mano de sus jóvenes políticos para renovar liderazgos y sacar al partido del letargo en que ha caído con el opaco Marko Cortés, herencia del derrotado candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés.

En el segundo lugar de aprobación está un priista. La medición, por inverosímil que parezca, le da a Quirino Ordaz, de Sinaloa, una aprobación de 62.9% y un poco de aire a la alicaída gestión de Alejandro Moreno al frente del tricolor.

En el tercero y quinto lugar están los dos mandatarios de Morena medidos como sobresalientes: la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, con una aprobación de 60.2% y el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, con 50.5%. Los dos muy cercanos a los afectos de AMLO. Ella, por supuesto, más que él. Y ambos enfrentando problemas potencialmente dañinos para sus gestiones. Claudia por el aumento de la inseguridad y los feminicidios en la ciudad de México y las protestas desatadas por el de la joven Ingrid Escamilla y el asesinato de la niña Fátima; y Rutilio tras arremeter el domingo pasado contra normalistas que protestaban en Tuxtla por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.

Instantáneas

1. CONDENA. Por cierto, Rutilio Escandón recibió el reclamo público de AMLO por lo que consideró un abuso de autoridad al reprimir con la policía a normalistas y familiares de Ayotzinapa que llegaban a la capital chiapaneca a visitar la Normal Rural de Mactumactzá. “Condeno lo que sucedió en Chiapas, fue un abuso de autoridad que debe ser investigado y castigado”, señaló ayer en la conferencia mañanera.

2. AL BANQUILLO. Y ya que hablamos de hechos de represión, ¿recuerda la ocurrida en Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio de 2016? Para responder sobre aquel violento desalojo de maestros y estudiantes que protestaban contra la reforma educativa y que dejó un saldo de ocho muertos y 108 heridos, la FGR citó a comparecer el próximo jueves 27 de febrero al exgobernador de Oaxaca, Gabino Cué. Su policía, que fue la que arremetió primero, y la Policía Federal –según quedó aclarado– llegó después. Acaso por eso sea equivocada la versión de que también será citado el entonces Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, quien, nos aseguran, no ha sido oficialmente requerido.

3. LIDERAZGO. La aspiración de Napoleón Gómez Urrutia de convertirse en el Fidel Velázquez de la 4T, parece diluirse. Le va ganando la partida Pedro Haces, secretario de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), quien fue anfitrión de AMLO el martes pasado. Su convocatoria sumó a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, y a pesos pesados de Morena como Ricardo Monreal, pero también a opositores como Josefina Vázquez Mota y a los líderes de las cámaras empresariales. Por el contrario, López Obrador no ha asistido a ninguno de los eventos organizados por Gómez Urrutia con quien tuvo un distanciamiento tras la intentona del líder minero de reglamentar la subcontratación y someter al control de su confederación obrera a las empresas de outsourcing o a quienes las contraten. El golpe a Napito sería más severo si, como asegura Carlos Aceves del Olmo, AMLO asiste el próximo domingo 23 de febrero al aniversario número 84 de la CTM.

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