Eugenio Garza Sada decía que para vencer la pobreza no debía repartirse la riqueza, sino reinvertirla y crear más empleos. El credo de Garza Sada es consecuente con la historia de éxito económico neoleonés. No hay en México otro ejemplo semejante de desarrollo regional y florecimiento de la competitividad económica. Monterrey, ciudad industrial e industriosa, creó las más grandes empresas mexicanas. Por eso Luis N. Farías, exgobernador, escribió que no se puede gobernar Nuevo León sin los empresarios ni contra los empresarios. Mientras el resto del país se hundía en crisis interminables, Nuevo León despuntaba. No sorprende que los neoleoneses recelen del centro.

Los neoleoneses repiten una exigencia para su próximo gobernador(a): arraigo. Arraigo geográfico e ideológico en las tradiciones que hicieron ejemplar al estado. Un candidato, para ser exitoso en Nuevo León, necesita proyectarse resistente ante las imposiciones del centro, un norteño que no agacha la cabeza al gobierno federal. Hay dos escenarios. Primero, una alianza multipartidista de oposición a Morena con PAN, PRD y MC. El rumor apunta a Ildefonso Guajardo, quien sumaría al PRI, o Carlos Salazar Lomelín. Otros, como el diputado Juan Espinoza, pronostican una competencia reñida entre cuatro: PRI, PAN, MORENA y MC. “El ganador obtendría alrededor de 25% del voto” explica Espinoza.

Por el PRI destacan el actual alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza y Cristina Díaz, alcaldesa de Guadalupe. Por el PAN se oye Víctor Fuentes, senador, si bien el panismo se dice abierto a candidatos ciudadanos. De Morena suena insistentemente Tatiana Clouthier, ex panista, quien tendría a su favor (¿y en contra?) el dedazo presidencial. Los neoleoneses cuestionan su escaso arraigo local y su sometimiento al centro. Suena entonces por Morena Clara Luz Flores, ex priista y alcaldesa de Escobedo, de apoyos significativos en la zona, con acercamientos a Yeidckol Polevnsky. Otro factor de poder será el Bronco. En una competencia reñida, cualquier apoyo u obstáculo del gobernador resultará decisivo.

Unos y otros mencionan con envidia al senador Samuel García de Movimiento Ciudadano. Jorge Álvarez Máynez describe a García como “un candidato muy regio.” García es una celebridad exitosísima en redes sociales, atractivo para los votantes jóvenes. Sus oponentes lo subestiman al acusarlo de personaje mediático. Es un norteño echado para adelante. Domina la conversación en su tierra con la exigencia de salirse del pacto fiscal. Le pregunto sus aspiraciones y responde “sería muy irresponsable hablar de cuestiones electorales en una coyuntura de emergencia… pero también sería muy tonto descartar la posibilidad de alianzas.” Lo presiono más duro “si no es usted ¿quién?” Contesta categórico “Luis Donaldo Colosio.” García es un político astuto y si genera un escándalo, lo hace intencionalmente. El senador García sugiere que “para hacer frente a la crisis económica en puerta, quien quiera que sea el próximo gobernador precisará recursos. Por eso mi propuesta del pacto fiscal. Nuevo León recibe mucho menos de lo que le aporta a la federación.”

La popularidad de García y Colosio contrasta con las pugnas internas del PRI, PAN y Morena. Si MC gana Nuevo León, lo sumaría a Jalisco y gobernaría dos de los estados con padrón más grande frente al 2024. José Fuentes Mares escribió “norteños fueron casi todos los principales caudillos de la Revolución y la marea de la guerra cristera se detuvo allí mismo. Parece incuestionable que el hombre del Norte fue y es, entre los mexicanos, el más anti tradicionalista, y en suma el más moderno de todos ellos.” En Nuevo León, estado norteño por antonomasia, podríamos atestiguar el retroceso de Morena y la consolidación de Movimiento Ciudadano.

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