En estas fiestas se presenta la oportunidad de disfrutar lecturas inteligentes, amenas y bien escritas. Si a usted le gustan los novelistas de profundo alcance emocional y psicológico, lo invito a revisar la obra del escritor británico Ian McEwan. McEwan es uno de esos narradores con la capacidad de retomar las grandes tradiciones novelísticas del siglo XIX en referencia al análisis de los conflictos sentimentales y morales de la humanidad. Historias aparentemente sencillas con personajes ordinarios, pueden dar origen a fascinantes reflexiones de hondo calado sobre las pasiones de los individuos. La envidia, la codicia, la lujuria, los celos, la ira y la tristeza figuran en la obra de McEwan bañadas por un simpático sentido del humor que les resta solemnidad. La traducción de todas sus obras al español está disponible en editorial Anagrama.

La obra cumbre de este escritor es, indiscutiblemente, Expiación, llevada al cine en una adaptación protagonizada por Keira Knightley. En esta novela, exploramos la oscura relación entre dos hermanas de una rancia familia aristocrática en el período previo y durante la Segunda Guerra Mundial. El final de esta narración sorprende al más perspicaz y se ha convertido en libro consentido de numerosos lectores alrededor del mundo.

También está La Ley del menor, un minucioso cuestionamiento a los alcances del poder judicial en el Reino Unido frente a las objeciones de conciencia. Fiona Maye, la protagonista, es una juez que se enfrenta al problema de una familia cuyas convicciones religiosas los obligan a negar transfusiones de sangre para su hijo enfermo de leucemia. ¿Deben las autoridades judiciales revocar la potestad paterna en aras de salvar la vida de un menor de edad y aplicar el tratamiento clínico en contra de la voluntad del paciente?

Otro notable ejercicio narrativo de McEwan es Cáscara de Nuez, una ficticia y muy divertida anécdota sobre un feto, un intelectual pretencioso que piensa sobre todo tipo de asuntos desde el útero de su madre. El feto, narrador del relato, combina sus consideraciones filosóficas, el estudio de la música clásica y la poesía, con la observación de los planes de su madre, quien planea junto con su amante el homicidio del padre del feto.

Una gran novela de McEwan que apareció este año se titula Máquinas como yo. Este libro, ambientado en una alternativa década de 1980, cuenta las vidas de una pareja que decide adquirir a Adam, un androide con inteligencia artificial. Adam fue creado por Alan Turing, quien en esta realidad alternativa no murió en 1954, sino que ya en el gobierno de Margaret Thatcher se ha convertido en una celebridad científica y un exitoso empresario. La pareja compró a Adam con el propósito de usarlo para tareas domésticas, pero se desata un triángulo amoroso entre ellos. Conforme Adam desarrolla sentimientos y pensamientos más parecidos a los de sus dueños, el androide empieza a deprimirse por su decepción ante la dudosa fibra moral de la condición humana.

El libro más reciente del autor británico se llama La cucaracha, una breve pero durísima sátira crítica del Brexit y del actual Primer Ministro del Reino Unido. Mediante un homenaje explícito a La metamorfosis de Franz Kafka, McEwan recrea los pasillos y personajes del gobierno británico mientras éstos analizan y discuten las políticas públicas más ridículas. Aparece en el libro un presidente estadounidense obsesionado con Twitter. En suma, un perturbador y aleccionador retrato de la política internacional contemporánea. Si usted está buscando regalos memorables para sus seres queridos, revise la obra de Ian McEwan. Vale la pena.

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