Los flujos de grupos de personas de un país a otro, son acontecimientos que han existido desde el origen de la humanidad, y son, por múltiples razones, factor determinante en el desarrollo social, cultural y económico del ser humano. En el caso de nuestro país, que cuenta con una larga historia, los motivos son por la necesidad mejores oportunidades, empleo mejor pagado o mejora en el desarrollo individual.

La vecindad con una de las potencias económicas más fuertes del mundo, Estados Unidos, también ha tenido etapas como la que en un inicio incentivaba la migración y la legalizaba, hasta la actual que les persigue y deporta.

Igualmente, con el tiempo, las actividades en las que se desempeñan los migrantes mexicano han cambiado. Los primeros migrantes se empleaban en actividades agrícolas, construcción de vías férreas y los menos en alguna profesión en Estados Unidos. Con el tiempo los migrantes mexicanos se emplean: en la industria de la construcción, la hotelería y el entretenimiento; son profesionistas o trabajadores administrativos, en el sector manufacturero, comercio o educación y la salud, y en menor medida en la agricultura.

La comunidad mexicana migrante, además es solidaria con sus familiares, sus comunidades y con su país. Así lo demuestran los elevados niveles de remesas, que son la principal fuente de divisas y el pilar que sostiene la economía local y nacional del país, superando los 40 mil millones de dólares en 2020.

En agosto pasado, funcionarios de México y Estados Unidos revisaron el fenómeno migratorio hacia Estados Unidos. Sin duda, el interés central de nuestro vecino del norte es frenarlo. De octubre de 2020 a julio de 2021, Estados Unidos realizó 1.2 millones de arrestos de inmigrantes irregulares, en tanto que nuestro país recibió una cifra record de 64,378 solicitudes de asilo de migrantes. Las cifras muestran un incremento en los flujos de personas del sur de Estados Unidos, particularmente de México y de países de Centroamérica.

La realidad es que esos flujos se incrementarán a causa de la pronta reactivación de la economía de Estados Unidos, frente al lento e irregular proceso de vacunación en México y la persistencia de la crisis económica. Lo que resulta claro es el endurecimiento de las medidas de contención desde la frontera sur de México.

Pese a que México y Estados Unidos coinciden en la necesidad de impulsar medidas económicas en los países del denominado Triángulo Norte de Centroamérica, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, para combatir la pobreza y la inseguridad, además de frenar los desplazamientos migratorios hacia el norte del continente, lo cierto es que los efectos de cualquier medida económica no tendrán un impacto inmediato que ayude en ese sentido.

Es innegable la enorme contribución que los migrantes realizan a la riqueza de Estados Unidos y al sostenimiento de la economía de México. En correspondencia, esperaríamos del gobierno mexicano una férrea defensa de la población migrante mexicana que se mantuvo activa a pesar de la pandemia en las actividades calificadas por el gobierno estadounidense como “críticas para la salud pública y para la seguridad económica y nacional”, como los servicios médicos, producción agrícola, transporte y distribución de bienes esenciales, servicios de cuidado a las poblaciones vulnerables, actividades de mantenimiento y limpieza, y generación de agua y electricidad.

Hay actividades, como la producción agrícola y los servicios, donde los migrantes mexicanos mantienen importante presencia con su trabajo: Datos del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, señalan que existen 2.5 millones de trabajadores agrícolas, de los cuales el 75 por ciento son inmigrantes, en su mayoría mexicanos.

Es gracias a la fuerza laboral de los migrantes mexicanos que los alimentos se cosechan, empacan, transportan y comercializan y lleguen a la mesa de los hogares estadounidenses y que el desarrollo en regiones de Estados Unidos y México es posible gracias al trabajo de esos flujos migratorios.

Por todo lo anterior, resulta fundamental un cambio en la visión sobre la forma en que se atienden las problemáticas de los trabajadores migratorios mexicanos. El esfuerzo que diariamente realizan merece la implementación de una firme estrategia diplomática enfocada en alcanzar un amplio acuerdo migratorio que genere resultados concretos en el respeto a sus derechos humanos, valorar su contribución a la generación de la riqueza de los países y a mejorar su situación laboral y el estatus bajo el cual se encuentran en territorio de Estados Unidos. Merecen tener las condiciones para una migración ordenada y regular, en condiciones de seguridad y respeto a su dignidad.

Google News

TEMAS RELACIONADOS