Nos cuentan que en la UNAM tomaron nota y subieron la guardia tras conocer la iniciativa del diputado morenista Armando Contreras para reformar la Ley Orgánica de la Universidad con el objetivo de que el próximo rector sea elegido por la comunidad universitaria y no por la Junta de Gobierno. La propuesta con fecha de ayer iba a ser presentada en la sesión ordinaria, pero luego de que lo adelantó este diario, el legislador guinda decidió bajarla y dejarla “hasta nuevo aviso”. La pregunta es si el diputado Contreras le hizo honor a su apellido yendo en contra de los deseos de la cúpula de su bancada o, si como ha ocurrido en otros temas, era plan con maña para “medir el agua a los camotes”. Nos recuerdan que en 2020 otro morenista, Miguel Ángel Jáuregui, había presentado un proyecto similar, el cual también fue retirado tras las reacciones en contra. Ayer, varios morenistas manifestaron su desacuerdo con la iniciativa. Por lo pronto, con la sucesión en Rectoría programada para septiembre próximo, las aguas se van agitando.

Nuevo paquete para el canciller Ebrard 


Ahora que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió subirse al ring electoral con los republicanos de Estados Unidos y que estos le respondieron llamando a los mexicanos a que la próxima vez que voten “recuerden que México es un infierno”, nos hacen ver que al canciller Marcelo Ebrard se le viene una tarea delicada: evitar que la relación con el vecino del norte se descarrile. Estos tambores de guerra electoral binacional llegan a la cancha de don Marcelo cuando están a tope las tensiones con el gobierno del demócrata Joe Biden en los temas de seguridad, migración y comercio —con el diferendo por la prohibición mexicana de importar maíz transgénico—. Y con los procesos de sucesión presidencial a la vuelta de la esquina en ambas naciones, nos comentan, el canciller mexicano tendrá que tejer muy fino para que el nuevo paquete que le acaba de caer no se convierta en paquete-bomba.


Primeros rounds de la batalla entre el gobierno y el INE

Otra batalla que tiene que ver con autonomía es la que libran el gobierno del presidente López Obrador y el INE, con el Poder Judicial como árbitro. Nos hacen ver que Edmundo Jacobo podría regresar esta misma semana a la Secretaría Ejecutiva del instituto electoral si el noveno tribunal colegiado le otorga una suspensión definitiva contra su destitución a raíz de la publicación del Plan B, apenas 5 días después de que Roberto Heycher asumió como encargado de despacho. Aún falta resolver, en los próximos días, los juicios electorales que promovieron don Edmundo y el INE, y que están en manos del Tribunal Electoral. Nos hacen ver que el pleito judicial tiene muchas etapas por delante. Y el pleito político, ese, no se ve para cuándo acabe.


Ahora nadie tiene los acuerdos México-Cuba

Nos comentan que quienes se echan la bolita de la lista de acuerdos que firmaron los gobiernos de México y Cuba en Campeche, en febrero pasado, son los responsables de transparencia en Presidencia de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores. Nos detallan que al hacer una solicitud vía Transparencia sobre la lista completa de estos acuerdos que firmó el presidente López Obrador con su homólogo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, Presidencia se declaró “no competente” para atenderla y remitió a la cancillería, la cual respondió de la misma forma. ¿Se les habrá perdido la lista o será más bien que no quieren revelar detalles de esos que vienen en la letra chiquita de los acuerdos? Ahora habrá que solicitarlos al órgano que esté encargado de la transparencia y el acceso a la información pública en Cuba. Seguro ellos sí los entregarán.  

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