Al interior de Morena en el Senado de la República, nos comentan que un grupo de legisladores busca impulsar reformas constitucionales para promover que ciudadanos independientes accedan a candidaturas en los partidos políticos, y que lleguen a dichas candidaturas a través de un proceso de elección primaria. Se buscará, nos explican, que la militancia elija a los candidatos a través de elecciones primarias generales organizadas y vigiladas por el Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales Electorales. Estas reformas, consideran, podrían beneficiar particularmente a Morena que, a pesar de sus resultados en procesos electorales, no cuenta con cuadros propios suficientes y por ello, en los pasados comicios tuvo que “reciclar” a figuras de otros partidos, que les han traído más problemas que satisfacciones y de cuyas acciones el partido y el gobierno se han tenido que avergonzar. ¿Será que los democráticos métodos de la tómbola y el dedazo acabarán en Morena?

Cada quien sus preocupaciones

Nos dicen que el objetivo primario que tiene el PRD para 2021 es no perder su registro como partido político nacional, y por ello, está dispuesto a aliarse hasta con el que fuera su principal adversario: el PRI. Nos comentan que el grupo que se ha quedado prácticamente con el cascarón del partido del sol azteca, “los chuchos” —que encabezan el líder nacional Jesús Zambrano y su inseparable Jesús Ortega— buscan con energía un gran acuerdo para ir juntos con el tricolor en al menos en la mitad de las candidaturas a diputados federales y en todas las candidaturas a gobernadores que se puedan construir. Así, mientras para Morena su preocupación se centra en no perder la mayoría en la Cámara de Diputados, para el PRD sus pendientes son: primero, no quedar fuera del mapa político al perder el registro. Y segundo, que el PRI no vaya a negociar en lo oscurito con Morena y deje a los perredistas chiflando en la loma.

El Inai, una apuesta muy riesgosa

Cada día está más cerca el relevo en la presidencia del Instituto Nacional de Acceso a la Información. Nos cuentan en el propio Inai que en la contienda interna hay quienes han decidido ya que apoyarán al comisionado Óscar Guerra Ford, con la idea de que su simpatía por la autollamada Cuarta Transformación ayudará a que la actitud de menosprecio y descalificación que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tenido para el Inai hasta ahora, finalmente cambie. Sin embargo, nos hacen ver que si esa es la decisión que toman la mayoría de los comisionados, estarán haciendo una apuesta de alto riesgo, pues solo tienen que recordar las palabras del Presidente de la República, quien dijo que solo hay dos tipos de personas, las liberales que están con él y su 4T, y las conservadoras y corruptas que están en contra. Y por naturaleza, un órgano garante de la transparencia, como de lo debe ser el Inai, nunca podrá ser cómodo para el titular del Ejecutivo. ¿Qué va a pasar si el Inai no le cumple al cien por ciento? ¿Qué va a pasar si no hay lealtad ciega?

Esta semana, destape para el Politécnico

En el Instituto Politécnico Nacional se cumplen 11 días sin que se haya nombrado a quien habrá de sustituir al director general, Mario Alberto Rodríguez Casas, quien el pasado 19 de noviembre cumplió los 3 años y finalizó su encargo. Aunque don Mario tendría derecho a ser designado para un nuevo periodo, desde dentro se ve difícil, se le descarta luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se buscará al mejor perfil para que las cosas “mejoren” en el Politécnico y que, por supuesto, fue nombrado por el expresidente Enrique Peña Nieto. Por ley, es el presidente quien tendría que designar al sucesor de don Mario y aunque aparentemente la determinación caería en la cancha del secretario de Educación, Esteban Moctezuma, el anuncio lo dará el presidente en una mañanera, y se espera que ocurra esta misma semana. No hay que descartar, nos dicen, que sea una mujer en quien recaiga la designación presidencial.

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