Enojo e indignación entre los trabajadores mineros del norte del país produjo la conducta de Napoleón Gómez Casso, hijo del senador de Morena Napoleón Gómez Urrutia, por presumir en redes sociales una colección de 31 autos de lujo, como si fueran cambios de ropa para todo el mes. Por ejemplo, nos recuerdan, los trabajadores del gremio en Coahuila aportan cuotas sindicales y no saben si su destino es la compra de los coches, motocicletas, cuatrimotos y bicicletas, los caprichos de Napito Jr. Pero, nos recuerdan, el comportamiento del joven no dista mucho de la actuación de su padre, quien tiene propiedades y bienes en distintos estados del país, conservados durante su autoexilio en Canadá. Hoy, nos comentan, con la ostentación pública en redes sociales que hace Gómez Casso aplica el famoso refrán que alude a que el hijo es igual que el padre, aunque parece que hay una carrera para ver quién hace alarde de mayor ostentación.

AMLO habla bien del camello

Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador aplicó su versión de aquella broma que decía que no hay que hablar mal del camello si quieres vender el camello. La 4T presentó ayer el catálogo que se utiliza para promocionar la venta del avión presidencial en la módica cantidad de 130 millones de dólares. Y como nadie va gastar un dineral, el catálogo no regatea en exaltar el lujo y las prestaciones de la aeronave comprada por el expresidente Felipe Calderón, estrenada y utilizada por el expresidente Enrique Peña Nieto, y exprimida políticamente por el presidente López Obrador, quien en su campaña la puso como ejemplo del exceso e hizo el compromiso político de no utilizarla y venderla apenas llegara a la Presidencia. Ahora, un año después, nos hacen notar, que fue muy interesante ver al Presidente hablar bien del camello. “Este mapa es muy importante. Ahora que tengan esta información, porque esto es el alcance que tiene, es ir a Europa sin recarga de combustible, 10 horas, es todo el mundo. Esto sí es de clase mundial… tiene recámara…. extraordinaria calidad y confort, experiencia de lujo”, decía el presidente con un tono irónico citando el catálogo promocional. Ayer el avión Dreamliner 787 pasó de símbolo del exceso y el privilegio de los gobiernos neoliberales a “la aeronave más emblemática del continente” y “orgullo de una nación”, según lo describe el folleto. Ni modo, fue día de hablar bien del camello, para poder vender el caro, carísimo camello.

Gobernadores de fotografía

Después de todo un año de no dar sus brazos a torcer y de no asistir a varios eventos en materia de seguridad, ayer gobierno federal y gobernadores dijeron que van juntos y cerraron filas para combatir la inseguridad. Solamente que en la reunión celebrada, en esa que se tomaron acuerdos, dos gobernadores morenistas estuvieron ausentes: Jaime Bonilla, de Baja California, y Miguel Barbosa, de Puebla. Ah, pero no vaya a pensar que fueron descorteses, no llegaron a la sesión de trabajo, pero estuvieron puntualitos en Palacio Nacional para participar en la comida con el presidente Andrés Manuel López Obrador y salir en la foto. Lo bueno es que sus estados no tienen ningún problema de seguridad.

Pejelagarto en la Conago

Y a propósito de la comida de ayer en Palacio Nacional, nos dicen que de muy buen humor el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió en el Salón Morado de Palacio Nacional a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a la gobernadora de Sonora, a todos los gobernadores del país, y los convocó a trabajar en coordinación, pero sobre todo en unidad en beneficio de los mexicanos. Nos cuentan que el mandatario dio un agasajo culinario con un banquete cien por ciento tabasqueño, compuesto de croquetas de pejelagarto, cordero en salsa, tamal de chipilín, agua de matalí y postre de chocolate amargo. “¡Puro choco, pué!”

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