Las ventanas retumbaban con fuerza… hasta que no soportaron más. Los iracundos golpes del viento tronaron los cristales en pedazos que, imparables, comenzaron a volar como mortales flechas. Joel corrió hacia el clóset de su cuarto, convertido en una improvisada guarida para intentar sobrevivir. Pero él sabía que la puerta era frágil, además de su único escudo ante los miles de objetos voladores que ponían en riesgo su vida. Como intentando contener la entrada de un imbatible ejército que asalta un débil palacio, Joel presionó la puerta con la espalda, sintiendo cada uno de los golpes de las cosas de su habitación que fueron arrastradas por el viento. Súbitamente, la luz se fue y el agua comenzó a entrar por debajo de la puerta. Y ahí, en la profunda oscuridad de su vulnerable refugio, Joel sacó su teléfono celular.

Intentó llamar a su esposa, pero se percató que no tenía señal. El huracán entró también en su mente; las emociones volaron. Por algunos momentos cayó presa del pánico, pero en otros intentaba rezar y mantenerse en calma. “Dios, por favor, dame otra oportunidad.” Recordó el cariño de sus padres y el día que conoció al amor de su vida. Lloraba, reía y supuso que ese sería el final. Mientras tanto, Otis continuaba rugiendo con furia. Entonces, Joel decidió despedirse: sacó nuevamente su celular y de frente a la cámara se grabó en video.

La infraestructura crítica de un país son todas aquellas instalaciones estratégicas que mantienen el desarrollo y otorgan los servicios vitales a la población. Cualquier daño que éstas enfrenten puede afectar gravemente la estabilidad. En este sentido, el huracán Otis dañó mucha de esta infraestructura en el estado de Guerrero y sobretodo en Acapulco: múltiples vías de comunicación quedaron inhabilitadas, daños en las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad  dejaron zonas enteras sin servicio de luz, el acceso al agua potable se vio reducido, así como a los alimentos, servicios financieros, de salud y de telecomunicaciones.

Es bajo este contexto que, entre muchas otras cosas, cabe reflexionar acerca de la importancia de las telecomunicaciones como parte de la infraestructura crítica en México y por lo tanto como un asunto de seguridad nacional.

Insertos en la era digital, despertar una mañana sin acceso a telefonía móvil e Internet, representa viajar décadas atrás en el tiempo. El inicio del uso de la telefonía móvil en México se remonta a 1981, cuando arrancó la comercialización del servicio del “Teléfono en el auto”. Gracias al uso de estos primeros teléfonos celulares, el periodista Jacobo Zabludovsky pudo informar sobre el terrible daño causado por el terremoto del 19 de septiembre de 1985.

El poder destructor del huracán Otis barrió con muchas de las antenas de telecomunicaciones necesarias para brindar los servicios de telefonía e Internet inalámbricos. La más importante afectación fue dejar incomunicada a la población: miles de personas vivieron la angustia de no poder contactar a sus seres queridos y por lo tanto de desconocer si se encontraban a salvo. Además, la incomunicación representó el primer reto para que los distintos actores pudieran implementar las acciones de recuperación iniciales.

Pasado el devastador golpe del huracán, el Gobierno Federal comenzó de inmediato a sumar esfuerzos para reestablecer la infraestructura crítica de Guerrero, incluyendo la normalización del suministro eléctrico. Por su parte, las empresas de servicios de telecomunicaciones se dieron a la tarea de empezar a reestablecer sus servicios.

Mientras esto ha ido ocurriendo en pocos días de forma paulatina, se han establecido puntos de acceso gratuito a Internet en albergues, plazas, parques, así como en tiendas y centrales telefónicas de empresas de servicios de telecomunicaciones, que también se han solidarizado con sus consumidores a través de datos, llamadas y mensajes ilimitados sin costo. El objetivo es reconectar lo más pronto posible al pueblo de Guerrero.

De la misma forma que miles de guerrerenses quedaron sin acceso a las telecomunicaciones de forma temporal, por años en el país habían permanecido olvidadas comunidades y pequeños poblados que, sin huracán de por medio, carecían de estos servicios. Hombres y mujeres que, por una histórica falta de infraestructura, habitaban en cápsulas del tiempo. Por estos motivos, es importante reconocer el destacado trabajo que ha hecho la actual administración a través de CFE Internet para Todos, pues en cuestión de pocos años se ha logrado reducir las cabeceras municipales de comunidades que no contaban con conectividad de telefonía e Internet, de 531 en 2018 a 117 a inicios de 2023.

Uno de los muchos recordatorios que nos hace haber enfrentado el desastre natural de Otis, es la importancia de las telecomunicaciones como herramienta de empoderamiento del pueblo. La conectividad como derecho fundamental y habilitador de otros derechos como la educación, el trabajo, el acceso a la información y la libertad de expresión. Conectar a los no conectados, para no dejar a nadie atrás, como un acto de bienestar y de justicia.

Después de más de tres horas refugiado en el armario convertido en cueva, y como casi la totalidad de la población de Guerrero, Joel fue otro sobreviviente de este desastre natural. Su grabación, me comentó, la vio varias veces y finalmente decidió no compartirla con nadie. ¿Qué dijo en ese video? Eso es un secreto que sólo conocen él y su teléfono celular.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS