Como si fuera una obra teatral pero de un guion de guerra orquestado en secreto, cuatro actores clave parecen haberse puesto de acuerdo en la flecha del tiempo para dividir a las naciones de la Unión Europea:
Han buscado pues tanto J.D. Vance como Donald Trump que se ponga los dedos en una de las llagas geopolíticas: la estrategia de defensa y energética de Europa, que desde el inicio de la guerra en Ucrania ha tratado de reducir drásticamente su dependencia de los hidrocarburos rusos. Si bien se han aplicado sanciones y restricciones progresivas, algunos países mantienen vías de importación que, según Washington, socavan la presión internacional contra el Kremlin.
Las declaraciones del Vicepresidente Vance, las acciones ofensivas de V. Putin, la psicosis de que la guerra ruso ucraniana de Putin se extienda a otra nación europea, el cada vez más creciente papel de China y Rusia a través de los BRICS, y las exigencias/ofensivas y presencia pragmáticas de Trump en Europa, profundizan los dilemas de tomadores de decisión, expertos y líderes militares y gobernantes de naciones europeas, en torno a si Europa debe o no alinearse con los BRICS -y por lo tanto con China y Rusia- o independizarse de o plegarse definitivamente a Estados Unidos.

Por ahora, la Unión Europea camina por todas las vías intermedias, bilaterales y multilaterales posibles para defender sus soberanías e intenta construir una estrategia de no codependencia: hasta julio de 2025 Bélgica, Bulgaria, República Checa, Estonia, Grecia, España, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Finlandia, reclamaron al Fondo Europeo SAFE, disposición de recursos para que puedan destinarse a la adquisición de municiones, misiles y sistemas de artillería, además de protección de infraestructuras críticas, ciberseguridad y movilidad militar o sistemas de defensa antiaérea y antimisiles.
Es reveladora la decisión europea de construirse su propio sistema de defensa común con los resultados de una encuesta realizada a 12 países para el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores: la mayoría está a favor de aumentar el gasto en defensa en Polonia (70%), Dinamarca (70%) y el Reino Unido (57%), mientras el apoyo fue menor en otros países, pero grandes minorías en Alemania (47%), España (46%) y Francia (45%) también respaldaron mayores presupuestos militares. Italia fue un caso excepcional: solo el 17% se mostró a favor de un mayor gasto, frente al 57% en contra.
Enfatizamos un caso especial. Este resultado confirma a Polonia en su propia necesidad de defenderse ante su sensación de saberse una presa codiciada y objetivo potencial de los intereses geopolíticos y de la postura agresiva de la Rusia de V. Putin contra esa nación y contra Europa, mientras se aplican y activan políticas europeas de reclutamiento para reactivar el servicio militar de jóvenes y se recrudecen los liderazgos y movimientos político electorales de extrema derecha, en apoyo o imitación del de Donald Trump.
Lo que es un hecho es que los espacios aéreos polaco, rumano y estonio han sido violados durante este mes de septiembre, obligando a las defensa aéreas de la OTAN a activar sus baterías antiaéreas Patriot y evitar que se escalen a confrontaciones mayores con V. Putin, maniobras que han sido leídas por gobernantes europeos y líderes militares como actos de provocación para sembrar el pánico y de presión a efecto de que aliados europeos tomen distancia y eviten apostar a favor de Ucrania.
Nos queda claro el rumbo veloz que Donald Trump le imprime a los Estados Unidos como líder civilizatorio.
En la recomposición hegemónica en donde pone freno al impulso chino, el resto de los bloques deben manifestarse, Europa principalmente.
¿A dónde va Europa ahora? ¿Seguirá cohesionada? ¿Es viable?
En términos de PIB regional, crecimiento, defensa, envejecimiento poblacional, migración incontrolada y presión cultural propia, Europa debe repensar su futuro como el modelo cultural que iluminó el mundo durante siglos.
México resiste ante el embate trumpiano, quien avanza en imponer su modelo unilateral y vertical, justamente por su poderosa cultura original y milenaria.
No hay armas ni dinero que puedan comprar la libertad individual y la capacidad de recrearse como sociedad y nación integrada, de pensar y ser de los mexicanos.
Pedro Isnardo De la Cruz es Doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor en la UNAM. Publicó en 2017 Decisiones estratégicas presidenciales en EUA: El aprovechamiento de la ocasión en crisis de Seguridad nacional y Terrorismo. George W. Bush y Barack Obama (2001-2012).
Juan Carlos Reyes Torres es Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con estudios en Ciencia Política y Administración Pública por la UNAM y profesor de Teoría del Estado.
Coautores de Para entender la 4T (2019), con el sello editorial de Stonehenge México.