En una entrega anterior comentaba que el impacto de la pandemia de Covid-19 abrió opciones para la forma en que las empresas mexicanas puedan revivir y regresar al mercado, sobre todo, las pequeñas y medianas empresas que forman la gran base salarial y de empleo en el país.

Quiero retomar algunas de las ideas que el empresario vasco Koldo Saratxaga ha puesto en práctica en más de veinte empresas españolas, algunas como la armadora de autobuses Irizar, que llevó de la bancarrota a un crecimiento de más de 25% anual.

El principio subyacente a todas las ideas de Saratxaga sobre la forma de diseñar una empresa exitosa tiene que ver con poner a la persona en el centro del modelo de negocio. Después de hacer este planteamiento, tomó muchas decisiones y las implementó en sus organizaciones –en lugar de empresas– con resultados exitosos.

Primero, las organizaciones son planas. Esto quiere decir que no hay jerarquías, no hay “jefes” y no hay “empleados”. A los trabajadores se les denomina “operadores-propietarios”, quienes forman equipos autodirigidos para elegir a su líder en lugar de que se los asigne algún ejecutivo. Además de que cada uno de los integrantes del staff desempeña sus propias tareas, también colabora en áreas funcionales como mercadotecnia, finanzas o producción.

De hecho, organizaciones como Irizar no tienen departamentos tal como estamos acostumbrados a ver; son los mismos equipos de trabajo los que deciden los objetivos a lograr e incluso sus propios horarios laborales (no se paga tiempo extra porque consideran que el esfuerzo personal dentro o fuera de la jornada redundará en ganancias).

Incluso el espacio físico es abierto, no hay oficinas para nadie. La capacitación a nuevos integrantes de los equipos la dan ellos mismos. De manera interesante, no existen sindicatos.

Además de un estilo de organización plana, otra decisión estratégica en el diseño de Saratxaga, es que solo hay tres niveles de salario y ello asegura una igualdad mayor que en las empresas tradicionales.

El salario ofrecido asegura un nivel de vida decoroso, pero la mayor parte de los sueldos dependen del reparto de las utilidades generadas por la organización. Una de las políticas controvertidas ha sido la de “no despedir” a nadie, incluso durante la crisis financiera de 2008.

Coincidentemente, esta estrategia también ha sido aplicada durante mucho tiempo por Southwest Airlines, la única compañía aérea que no sufrió pérdidas después de los ataques terroristas del 9/11 en Estados Unidos.

En otras ideas interesantes que es posible rescatar de la filosofía de negocios de Saratxaga, es que no sólo las personas al interior de la organización son puestas en el centro del modelo de negocio, sino que “conocer, atender y agregar valor al cliente” es la tarea clave a cumplir y todas las actividades de los equipos de trabajo se alinean a ello.

Además, el enfoque es diseñar un solo producto para todos los mercados y después adaptarlo en las etapas finales a las necesidades particulares de los clientes. Esto, contrasta con la idea de mantener un amplio portafolio de productos que normalmente persiguen muchas empresas.

Otro enfoque interesante es “vivir” la experiencia de los clientes y de los proveedores. Por ello, los operadores-propietarios de Irizar visitan constantemente a los clientes para conocer sus necesidades y los problemas que tienen al utilizar los autobuses y también acuden frecuentemente a las compañías proveedoras para entender los posibles problemas durante el proceso de ensamble de las unidades.

Todas estas ideas pueden parecer utópicas si no fuera por el hecho de que han sido probadas en el mundo empresarial real. Podríamos decir con una buena dosis de escepticismo que “nuestra cultura no está preparada” para vivir la vida empresarial bajo estas ideas.

Sin embargo, si la pandemia de Covid-19 ha provocado una crisis económica mundial sin precedentes en la historia, aún tenemos la capacidad de tomar decisiones que ayuden a las empresas a recuperarse y a regresar al mercado. En esta situación no podemos darnos el lujo de desdeñar ninguna idea.

*Profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México
Email: pavel.reyes@anahuac.mx

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