Con la partida de Francisco Toledo al viaje del que nadie regresa tengo la sensación, casi la certeza, de que se nos fue el último de los grandes pintores que ha dado este país.

Ahora que está tan olvidado por el gobierno actual el quehacer artístico de los grandes creadores mexicanos, así como la salvaguarda de nuestro patrimonio cultural, la figura de Toledo se enaltace aún más de lo que ya estaba. Un gran artista que ante todo fue un ser muy generoso. Con el dinero que ganaba con la venta de sus maravillosas obras hizo mucho por la cultura creando museos y centros de enseñanza artística en su estado, Oaxaca. En un plano internacional dignificó a México con su obra exhibida en muchos museos del mundo causando admiración.

Conocí a Toledo gracias a Juan Martín, en cuya célebre galería exponía Francisco Toledo su obra a principios de los años 70.

La fotografía que acompaña este texto la tomé cuando Francisco Toledo vivía en la Ciudad de México, casado con Elisa Ramírez. Esta fue la única vez que posó para mi cámara el artista oaxaqueño. Quizás fue una casualidad provocada. Resultó que Elisa me había llamado por teléfono para solicitarme una sesión fotográfica para retratar a su hijos.

Llegué puntual y mientras aparecían Elisa y sus pequeños hijos, me dispuse a preparar mi cámara de formato medio montándola en el tripié. Cuando levanté la vista, Toledo, que ya era un artista consagrado, muy joven y guapo (tendría alrededor de 32 años de edad), estaba a lo lejos, parado frente a un escritorio. Yo le grité que por favor no se moviera y que me permitiera hacerle una foto. Sin mediar palabra, con un leve sonrisa, para mi fortuna, se quedó inmóvil un instante y disparé. Pude tomar solamente una placa, pues discretamente desapareció para luego presentarse un par de veces más y unirse para la pose del retrato de su familia de entonces, compuesta por Francisco, Elisa, y sus dos hijos.

Salvador Elizondo, en su calidad de crítico de pintura, escribió muchas presentaciones para los catálogos de exposiciones y libros de muchos artistas, entre otros, a petición expresa de la Galería Juan Martín, escribió la presentación para el catálogo de una exposición de aguafuertes de Francisco Toledo que me permitiré publicar en parte en una segunda entrega sobre el tema... (Continuará).


***En la imagen Francisco Toledo, en su estudio en la colonia Roma, Ciudad de México, 1972. Foto: CORTESÍA PAULINA LAVISTA

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