Está por discutirse en el Congreso una reforma para incorporar a la Guardia Nacional al Ejército. Los opositores temen que se traduzca en abusos a los derechos humanos. Argumentan, además, que delegar la seguridad pública a las fuerzas armadas no se ha traducido en una disminución de la violencia. El presidente ha explicado que el objetivo del cambio constitucional es prevenir que sus miembros cometan actos ilícitos como ha ocurrido con algunos integrantes de la Policía Federal.

Su militarización o no requiere de un análisis profundo por todas las implicaciones que conlleva. Pero mientras eso ocurre, la corporación se enfrenta a una realidad compleja. Seguramente a sus integrantes hoy les preocupa más cómo van a protegerlos, antes de definir cómo es que van a reformarlos.

La Guardia Nacional fue víctima el viernes pasado de una agresión en Guerrero que no puede pasar desapercibida. Poco antes del mediodía, un grupo de normalistas llegó hasta la caseta de Palo Blanco en la Autopista del Sol. Dijeron que su objetivo era realizar ahí un mitin informativo. El problema es que es algo que se ha convertido en recurrente. Prácticamente cada fin de semana se instalan en las casetas para cobrar una cuota a los automovilistas. Esta vez la Guardia Nacional buscó impedirlo. Elementos de esta corporación formaron una valla humana y les cortaron el paso. Los estudiantes los atacaron con piedras, palos y petardos.

Luego de casi una hora de enfrentamiento, un grupo de normalistas lanzó un trailer contra elementos de la Guardia Nacional. La imagen es brutal. Se ve al trailer sin conductor que avanza por la autopista, cruza la caseta y finalmente se impacta contra un módulo de asistencia turística. Se ve también a los agentes correr para evitar ser arrollados por el trailer. “¡Quítense, quítense!” es el grito desesperado de quien los alerta para que salven la vida.

La corporación explicó lo ocurrido en una tarjeta informativa: “Desde el primer momento, la Guardia Nacional intentó establecer un diálogo con los manifestantes y ante la negativa, se inició una acción de repliegue, apegada al uso proporcional de la fuerza y con respeto a sus derechos humanos, en la que los manifestantes iniciaron agresiones contra la autoridad, lanzando cohetones y piedras hacia los elementos, quienes no portaban armas de fuego, únicamente el equipo protector, resultando lesionados 14 integrantes de la Guardia Nacional, con contusiones, quemaduras en el cuerpo y uno de ellos con fractura de tibia, a los que ya se les brinda atención médica”.

La Secretaría de Gobierno de Guerrero informó que 14 elementos de la Guardia Nacional y 8 de la policía estatal resultaron heridos. Es un saldo lamentable, aunque pudo haber sido mucho peor. Un trailer en marcha sin conductor es un arma letal. Por fortuna no hay víctimas mortales, pero la sobrevivencia de los agentes policiacos no puede depender de la buena suerte. Esta fue una clarísima afrenta a la autoridad. Si queda impune, el mensaje será terrible.

@PaolaRojas

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