Administrar y dirigir empresas sin saber diferenciar entre salario y salario base hará que los equipos quiebren.

Hoy es un gran día para el futbol femenil mexicano. Se va a votar en el Senado una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo que busca modificar el apartado deportistas profesionales con el fin de hacerlo más inclusivo en materia de género.

Sin embargo, empezando por la opinión de Javier Tejado Dondé, y muy probablemente más medios deportivos, parece que la industria del futbol mexicano se está ahogando en un vaso de agua por el simple hecho de no leer con detenimiento.

Dentro de varias cosas, la iniciativa que ha circulado establece que será “violatorio al principio de igualdad de salarios la disposición que estipule salarios base distintos para trabajos iguales, por género”. Esto de ninguna forma es una propuesta tajante de salario igual, porque es tal cual lo que dice, un salario base que en la práctica sería una retribución fija con la que una persona puede cubrir sus bienes y servicios esenciales. Adicionalmente al salario base, pueden existir otras compensaciones que conformen el salario bruto de las personas deportistas profesionales. Por ende, se están contemplando salarios en deporte profesional que reconocen las ya sabidas diferencias en patrocinios y “generación” de dinero. Diferencias que, como también apunta Tejado, están ancladas en una brecha de 115 años de diferencia con base en género. Al menos en lo que concierne al futbol profesional. Entonces, no. Lo planteado en el Senado no va a quebrar a los equipos porque no se está proponiendo que equiparen de la noche a la mañana salarios, sólo que se garantice una base digna. Si verdaderamente hay disposición a incluir a las mujeres en el deporte profesional, al menos el piso puede ser parejo. Eventualmente, las alturas de los techos se irán nivelando conforme a los mercados y una buena gestión financiera. No poder diferenciar entre salario y salario base, así como no comprender la temporalidad y grado de las medidas en las altas dirigencias es, por otro lado, preocupante. Gestiones basadas en análisis así de descuidados pueden quebrar no sólo equipos y ligas, sino a cualquier empresa.

Por otro lado, gestiones sin datos de ingresos, gastos, y viabilidad, sin importar la edad de la liga, son las que están destinadas a fracasar. En eso coincido con Tejado. Se debe buscar equidad salarial respecto al total de ingresos de las ligas mexicanas, sin importar el género. Pero la realidad es que esos datos financieros no son de conocimiento público, no importa la rama. Es más, las personas detrás de esta iniciativa tan lo sabemos, que por eso no estipulamos un monto específico para el salario base paritario. Como lo último que queremos es quebrar a los equipos, no pretendemos ahorcarlos con un monto que no podemos siquiera calcular porque la situación financiera del futbol mexicano no es transparente. Entonces no, no es populismo deportivo que “desmadra” el futbol nacional. Es un primer paso conducente a negociaciones deportivas que, si bien son comunes en las ligas mejor pagadas del mundo, no son normales en el país. La normalidad del deporte mexicano es una opacidad que “desmadra” no sólo salarios, sino buenas prácticas en el ambiente laboral. Más aún si se habla de deporte femenil.

Creo que en las altas dirigencias de Televisa hay una verdadera intención de ayudar a las mujeres deportistas. Vean al América. Por eso creo que, más allá de las filias y fobias partidistas, va a ser posible discutir esta iniciativa de reforma a lo largo del proceso legislativo correspondiente.

Reformas legislativas como esta no son cosas que suceden de la noche a la mañana, y hay espacio para que todxs lxs involucradxs intercambien ideas y posturas. Ojalá las federaciones se sienten en la mesa.

Paola López Yrigoyen | Ex futbolista de la Liga MX Femenil| Estudiante de la Maestría en Administración, Derecho Deportivo y Humanidades en el Deporte de FIFA

Noemi Monroy | Derecho Laboral y Deportivo integrante de ASAD MX



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