El movimiento revolucionario abrió una brecha para las mujeres, quienes tuvieron que adaptarse a las circunstancias que trajo consigo la etapa armada, lograron romper con los roles tradicionales, empezaron a realizar más tareas, ocupar nuevos espacios y sentar las bases de la lucha feminista en el México actual.

Introducirse en los anales de la época revolucionaria es encontrar aquellas plumas críticas de mujeres que rompieron con los estereotipos formados por la sociedad de esos tiempos, de la mujer abnegada, sumisa, limitada a las tareas del hogar.

Tal es el caso de Cecilia Zadí , seudónimo de Haydeé Escobar de Félix Díaz , quien desde 1887 se ocupó en participar en la prensa por medio de producciones literarias y periodísticas y en 1898 se empezó a preocupar por el rol que algunas mujeres desempeñaban en la sociedad mexicana; para 1908 acuño el término feminista en México.

Desde la antesala de la Revolución se convirtió en una mujer combativa, libertaria, belicosa, no sólo una distinguida poetisa, sino que además mostraba gran conocimiento intelectual incursionando en el ámbito político con ideas democráticas.

Su análisis político de la realidad mexicana en El Correo de la Tarde , de Mazatlán, y en El Pueblo , que se publicó en Veracruz y luego en México, dio cuenta de su convicción en contra de los poderes dictatoriales.

Cecilia Zadí se había convertido ya en una propagandista tan juiciosa como ardiente de las grandes tendencias revolucionarias, y es así como su nombre se ha colocado en un puesto de vanguardia entre los luchadores de la gran causa del pueblo, que Calles y Obregón se encargaron de desaparecer. El investigador sinaloense Agustín Velázquez Soto en su estudio introductorio a “Versos de un Ángel”, considera a Cecilia Zadí como una de las escritoras más importantes de Iberoamérica.

Cecilia Zadí enfrentó, por diversos medios la situación política del país, la revolución, el constitucionalismo, el pueblo, el deber patriótico, con inteligencia, razón y fuerza moral a las estructuras antidemocráticas del régimen de Porfirio Díaz , y demostró un equilibrio en las propuestas que permanentemente ofreció al pueblo, para la concepción de una sociedad más humana.

Con la formación de sus críticas, colmadas de aceptación, rechazo y reflexión, también enfrentó a la dictadura e incompetencia de Victoriano Huerta, que representó un retroceso en el camino de la sociedad mexicana hacia el cambio democrático y que en gran medida se convirtió en una dictadura más dañina que la de Díaz.

Mostró gran inclinación hacia Venustiano Carranza a quien le colocó la Banda Presidencial y se convirtió en su consejera, en su cerebro, en su asesora personal que tenía que ver con la repartición de tierras y negociaciones políticas con los obreros.

El poeta mexicano Amado Nervo, quien empezó a ejercer el periodismo en Mazatlán, encontró en Cecilia Zadí una aliada, que pertenecía al círculo político e intelectual más crítico de la época.

Su estudio introductorio a “Versos de un Ángel”, considera a Cecilia Zadí como una de las escritoras más importantes.

Dedicó en su tumba y en el primer aniversario de su muerte al “Apóstol de la Democracia”, Francisco I Madero, la poesía titulada “Resurrección”, el 22 de febrero de 1914.

Una mujer combativa que rompió con estereotipos de la época, que aportó las más grandes críticas al sistema antidemocrático de México en la etapa revolucionaria y las prosas y poemas más importantes que se han dado en nuestro país, la primera que enfrentó al régimen con convicción y sentó las bases para la lucha feminista contemporánea.

Activista social

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