A todos los mexicanos.

El 26 de noviembre próximo se cumplen cien años del fusilamiento del incólume General Felipe de Jesús Ángeles Ramírez , identificado en los círculos castrenses como el general Felipe Ángeles, un militar más allá de liberal, de visión democrática y espíritu justiciero.

Muchas cosas, nunca suficientes, se han escrito sobre este estratega militar y nadie duda que fue un hombre excepcional: auténtico hombre de la Revolución Mexicana , pero, ante todo, una persona leal, hasta la muerte, con sus convicciones políticas e ideológicas.

Hablar de este personaje militar en los tiempos actuales no solo representa un homenaje a su trayectoria y lucha por los ideales de la Revolución Mexicana , sino un recordatorio necesario de que Nación y Patria son consustanciales al hombre libre que lucha por la justicia.

Nació en Zacualtipán, estado de Hidalgo, en 1869 y sus primeros estudios los realizó en Huejutla, de donde pasó a la escuela Molango y posteriormente al afamado Instituto Literario de Pachuca.

A la edad de 14 ingresó al Heroico Colegio Militar, de donde egresó como artillero, práctica que le dio prestigio y reconocimiento al ser considerado, con el paso de los años, como “El Mejor Artillero de México” .

Su fuerte raigambre nacionalista, que lo llevó a seguir el camino de las armas para exigir justicia y libertad para un pueblo oprimido, lo colocan como un estratega militar de fuerte influencia en diversos momentos de la historia mexicana del siglo XX.

Bajo los gobiernos de Porfirio Díaz, Felipe Ángeles fue Cadete y oficial de Carrera; junto con Francisco I. Madero, fue director del Colegio Militar de Chapultepec y alto oficial del Ejército, y con Francisco Villa, fue integrante de la División del Norte.

Padeció el exilio en Francia , pero nunca perdió arraigo ni su profundo sentido de la lealtad y del honor.

Fiel a sus principios humanistas y firme en su determinación de honrar carrera, grado y uniforme, el general Felipe Ángeles siempre se distinguió por su alto sentido de la responsabilidad militar. Se le llegó a citar como “caballeroso soldado hidalguense” .

Con el gobierno de Francisco I. Madero, llevó a cabo una campaña militar para pacificar el sur del país, una vez que los zapatistas entraron en rebeldía al inconformarse con la promulgación del Plan de Ayala .

En esos episodios Felipe Ángeles nunca buscó avasallar a los contrarios, ni mucho menos pretendió una guerra sangrienta, si no por el contrario, actuó con un gran sentido humanista al dejar de lado prácticas como el fusilamiento de reos. Llenar de sangre surcos y caminos, no era una salida para México, pensaba.

A los zapatistas, registra la historia, los combatió según las normas del honor, nunca del exterminio, lo que siempre marcó su carrera y su vida.

Asesinado Madero, impuesta la traición contra la patria, Felipe Ángeles se pliega a la causa constitucionalista bajo el mando de Venustiano Carranza, sin embargo, se mantiene fiel a los ideales de justicia y con esa convicción sigue la lucha armada hasta que es aprehendido en 1919 , en Chihuahua, en donde un Consejo de Guerra decreta su muerte por fusilamiento .

Guiado por un pensamiento justiciero, el general brigadier Felipe Ángeles Martínez se declaró enemigo del neoliberalismo y su doctrina generadora de injusticias para las mayorías y privilegios para unos cuantos, pero también en su carrera militar fue claro en sus conceptos en contra de las amenazas norteamericanas hacia la soberanía del país.

Este espíritu nacionalista lo llevaba en la sangre puesto que su padre, el coronel Felipe Ángeles Melo , fue un combatiente contra la invasión norteamericana de 1847 y la francesa de 1862. La defensa de la patria, del territorio y de la autonomía como nación, forjaron los ideales del general Ángeles Martínez desde niño hasta su muerte.

Es memorable un escrito que hizo estando preso, en donde se refiere a Porfirio Díaz como el hombre que buscó crear instituciones que dieran fuerza a una nación incipiente, pero no dejo de señalar la inclinación del general oaxaqueño hacia el caudillaje y la tiranía en contra del pueblo mexicano.

Un hecho histórico retrata de pies a cabeza al legendario general hidalguense.

A pesar de que fueron adversarios en la batalla, Emiliano Zapata le escribió una carta, en 1918, para reconocer su respeto a la institución militar, a la vida del oponente y su calidad humana para tratar, sí, a los contrarios, pero sobre todo a mexicanos.

Zapata le escribió:

He tenido ocasión de ser informado de la correcta actitud que usted ha sabido conservar, sin manchar en lo más mínimo sus antecedentes de hombre honrado y militar pundonoroso, que hace honor a su carrera. De hombres así necesita la revolución ”.

Muchas lecciones debemos de aprender de este personaje, en quien el presidente López Obrador se inspira y por ello le prodiga gran respeto, por su condición de hombre-militar-pensador, herencia de su ejercicio y comportamiento, quien siempre puso por delante el respeto al prójimo, pasión por la patria y entrega por la nación, a cambio de nada.

Activista social y titular del Fondo Mixto de Promoción Turística la CDMX Lara Paola

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