Debido a las características de mi trabajo, cotidianamente estoy en comunicación con diversos ejecutivos corporativos dedicados a temas de responsabilidad social y sustentabilidad de grandes y pequeñas empresas, lo que me ha ayudado a identificar y comprender tangiblemente los beneficios de dicha responsabilidad social enfocados en la empresa.

Vemos a la responsabilidad social empresarial en todas partes y de diferentes formas, ya que no existe un modelo único. Cualquier acción, alienada a su estrategia comercial, que realice una empresa para retribuir a la sociedad o al medio ambiente puede caer bajo su espectro. Un estudio de Harvard Business Review (2016) define este tipo de prácticas como aquellas que: 1) como mínimo no dañan a las personas ni al planeta y, en el mejor de los casos, crean valor para los grupos de interés, y 2) se centran en mejorar el desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) donde la empresa tiene un impacto ambiental o social material. Respecto al retorno de la inversión de los esfuerzos socialmente responsables integrados a menudo se tiene como resultado un impacto positivo en el desempeño comercial.

Cada vez más, los grupos de interés -en especial clientes e inversionistas- buscan establecer mayores compromisos con este tipo de empresas. Existen diversos estudios que demuestran cómo una empresa socialmente responsable tiene un mejor desempeño económico frente a sus pares cuando se integran factores ambientales y sociales en sus decisiones. Además, al incorporar factores no financieros en su estrategia están mitigando potenciales riesgos futuros, lo que provoca interés por parte de los gestores de activos que cuentan con estrategias de inversión responsable para colocar sus fondos en este tipo de empresas. Por esto y más, cada vez más empresas -de todos los tamaños- están respondiendo a una mayor adopción de responsabilidad social empresarial y diseñando tácticas de responsabilidad social alienadas a su estrategia comercial, además de reportar su información a diferentes grupos de interés.

Cada año aumenta la presentación de informes sobre los esfuerzos de responsabilidad social y sustentabilidad. De acuerdo con G & A Institute (2020), el 90% de las empresas del índice S & P 500 publicó informes de responsabilidad social y sustentabilidad en el 2019; en comparación con el 2011, cuando solo un 20% publicó este tipo de informes. Ese porcentaje creció al 75% en 2014 y al 86% en 2018. Adicionalmente, sostiene que el 65% de las empresas incluidas en Russell 1000 publicaron informes de responsabilidad social y sustentabilidad en 2019, un aumento del 60% en 2018.

Respecto a la información de empresas en general que hacen pública su información respecto a su responsabilidad social y sustentabilidad, KPMG (2021) destaca que el porcentaje de las que elaboran un informe específico de este tipo es muy similar a nivel global (72%), en América Latina (79%) y en México (76%). De acuerdo con KPMG, en México, los estándares de la Iniciativa de Reporte Global (GRI, por sus siglas en inglés) son la metodología más utilizada por el 75% de las empresas analizadas en su estudio para la elaboración de este tipo de informes.

Si aún hay empresas que no tienen una estrategia de responsabilidad social empresarial o no reportan su desempeño ambiental y social, deberían comenzar a hacerlo. Una empresa socialmente responsable es una empresa resiliente, lo cual brinda fortaleza en periodos de incertidumbre como el que estamos viviendo actualmente. La responsabilidad social empresarial no solo beneficia a la propia empresa, sino que también beneficia a todos mediante un efecto replicador ganar-ganar entre empresa, sociedad y medio ambiente. No es necesario ser una empresa de Fortune 500 para comenzar a retribuir a la sociedad y beneficiarse de las ventajas que las estrategias socialmente responsables puede proporcionar.

Quizás la señal más alentadora en medio de esta pandemia es que aparentemente el mundo está experimentando el comienzo de lo que podría convertirse una era de capitalismo más consciente debido a la creciente demanda de acciones sustentables y socialmente responsables que nos obliguen a avanzar a una nueva normalidad basada en el desarrollo sostenible. Es ahora cuando las empresas deben explorar nuevos nichos de mercado y oportunidades que estén alineadas a mejores prácticas que generen valor económico, social y ambiental a los grupos de interés, y adicionalmente mitiguen su huella ecológica.

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