El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer la inflación al consumidor y al productor de febrero, que en variación anual fueron respectivamente de 3.76% y 6.75%. El panorama inflacionario ha comenzado a cambiar si consideramos que en diciembre pasado eran de 3.15% y 3.71%, en ese orden. Incluso, la situación es más preocupante si consideramos que la del productor de bienes intermedios llegó a 8.49% en febrero, cuando dos meses antes su tasa anual era de 3.63%.

La fuerte alza de los precios al productor ha hecho pensar en el traslado de los costos al consumidor. De hecho, en febrero los principales productos de consumo que tuvieron una mayor incidencia fueron la gasolina de bajo octanaje, con una inflación mensual de 4.59%, y el gas doméstico con 4.28%, que se debe a que son bienes importados que han registrado incrementos notorios.

Cabe comentar que hace unos días, cuando Banco de México (Banxico) dio a conocer el último Informe Trimestral, estimaba una inflación al consumidor de 3.8% en el primer trimestre de 2021 (implícitamente, en marzo sería de 4.1%), que seguirá subiendo a 4.5% en el segundo por un efecto aritmético, para bajar abruptamente en el tercero a 3.2% y subir a 3.6% en promedio en el cuarto. Este último repunte lo explica considerando que no va a registrarse un efecto de baja de precios por El Buen Fin como en 2020. A su vez, el brinco del segundo trimestre se ve por la comparación con el año pasado, cuando la abrupta caída de la demanda tuvo un efecto deflacionario por la pandemia, que llevó la inflación en abril a 2.15%, cerca de su mínimo histórico (2.13% en diciembre de 2015).

Banxico también reconoce que se está dando un efecto de aumento de costos, pero está confiando en que sea un repunte temporal. Sin embargo, la recuperación de la economía mundial está llevando a una fuerte alza de las materias primas, lo que más pronto que tarde tendrá un impacto en los precios de consumo final. Un indicio claro de esto es que la inflación al productor del sector minero en variación anual en febrero fue de 41.2%. Salvo el sector terciario, en el que se localizan principalmente servicios que no son bienes comerciables, se observan presiones inflacionarias.

Aunque Banxico reconoce que la trayectoria esperada para la inflación es incierta, apuesta a la baja porque considera que los choques serán de corto plazo. Pero, como dice la Ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal, los riesgos al alza pudieran presentarse. A saber, una mayor depreciación cambiaria, porque las tasas de largo plazo siguieran subiendo ante el previsible repunte inflacionario ocasionado por el fuerte crecimiento esperado en Estados Unidos (EU).

Las proyecciones del crecimiento del PIB de EU ya rondan 6% para 2021, apoyadas en un impulso fiscal destacado a pesar del retroceso que se presentará en este primer trimestre y en la continuidad de una política monetaria laxa al menos por un año más.

No obstante, Banxico confía en que el traspaso del tipo de cambio a los precios sea menor al habitual, ante la holgura que persiste en la economía. Además, hay un componente importado, como es el precio de la gasolina, que podría ser amortiguado por mayores subsidios ante la promesa del gobierno de que el precio de ese combustible no suba más que la inflación general. Estamos en año electoral y el Presidente ha enfatizado mucho en este punto, que tiene un alto costo político: es decir, los gasolinazos.

También considera riesgos que pudieran provenir de problemas de logística, o que se incrementen los precios relativos de ciertos bienes en el contexto de la contingencia sanitaria, ante una escasez de ciertos productos y servicios. A esto le sumamos que los precios de los energéticos se sitúen en un nivel más elevado que los anticipados.

Banxico no espera que el alza salarial de 15% tenga un impacto inflacionario, considerando la debilidad del mercado laboral y de la actividad económica. Aunque reconoce el riesgo de “que no se llegue a un acuerdo sobre la regulación de subcontratación que permita, al mismo tiempo, proteger el empleo y los derechos de los trabajadores y lograr una asignación eficiente y flexible del trabajo”; confía en que no sucederá. En caso contrario, podrían darse presiones laborales no contempladas en su escenario base.

México no debe seguir apostando a un modelo de desarrollo excluyente, basado en tener competitividad internacional con bajos salarios. Continuar por esa línea seguirá perpetuando un mercado interno débil y dañando la cohesión social. Además, esto va en contra del T-MEC; ¿dónde quedó la responsabilidad social de las empresas?

Como en los informes anteriores, Banxico reitera su llamado a: “fortalecer el Estado de derecho, combatir la inseguridad, la corrupción y la impunidad, y garantizar el respeto a los derechos de propiedad”. Sin embargo, esto es lo que ha desalentado la confianza de los inversionistas y en la encuesta de expectativas del sector privado son mencionados como los factores por los que no se invertiría. En ese sentido, resulta extraño que haya elevado su pronóstico de crecimiento del PIB a 4.8% para este año, con todo y el fuerte crecimiento de EU y el efecto estadístico, cuando estos riesgos de gobernanza han aumentado.

En conclusión, considero que la proyección de la inflación de Banxico es muy optimista, porque se basa en algunos supuestos que podrían no presentarse, como que la volatilidad cambiaria sea temporal, cuando podría presentarse un cambio de tendencia más acentuado. No se puede aspirar a un peso fuerte mientras la recuperación económica no se consolide. El secretario de Hacienda reconoció que ello dependerá de que el proceso de vacunación sea exitoso, y ese es el problema. Además, es condición necesaria, pero no suficiente, si no se recupera la confianza del sector privado para invertir. Pero si el discurso oficial sigue insistiendo en que el crecimiento no es importante, ni cómo ayudarlo.

ADENDA

A finales de año el gobierno decidirá si reelige al Dr. Alejandro Díaz de León como gobernador de Banxico otros seis años. La negativa podría alentar más la incertidumbre.

La mala es que continuó la crisis del turismo internacional en enero; la fea es que no hay visos de mejoría hasta abril, y más por un efecto estadístico con relación a 2020.

Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx

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