Cuando se publique este artículo, la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos (BEA, por sus siglas en inglés) habrá divulgado las estimaciones de avance del producto interno bruto (PIB) del segundo trimestre (2T). Mañana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) difundirá las de México. En esta ocasión los crecimientos serán muy parecidos: las perspectivas para los próximos meses podrían ser de desaceleración, pero a una velocidad diferente y con una dosis importante de incertidumbre, sobre todo en el caso mexicano.

En Estados Unidos (EU) se estima un crecimiento de 8.5% del PIB en el 2T en tasa anualizada respecto al 1T (variación porcentual elevada a la cuarta), por lo que se confirma la tendencia de aceleración que se ha venido presentando desde al año pasado, ya que en el 1T creció 6.4% y 4.3% en el 4T-2020. Como ya lo hemos comentado antes, por convención así se difunde en EU, por lo que hay que tener cuidado con las comparaciones.

Se espera una moderación en la actividad económica debido a que algunos apoyos se reducirán, a que los consumidores mantienen cautela y, por precaución, prefieren mantener sus ahorros y no gastar. Los indicadores de coyuntura, tanto de la actividad manufacturera y de servicios (ISM) de junio muestran un menor dinamismo, lo que es considerado como algo favorable porque reduce las presiones inflacionarias.

A su vez, la compra de casas nuevas cayó 6.6% en junio respecto al mes anterior a una tasa anualizada de 676 mil, siendo la tercera baja consecutiva, en una señal de que las restricciones por el lado de la oferta están limitando este mercado de la construcción.

Cabe comentar que el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la actualización de las perspectivas económicas mundiales de julio, subió sus proyecciones para EU. Para 2021 estima que crecerá 7.0% y 4.9% en 2022. Consideran correcta la decisión de la Reserva Federal (Fed) de no elevar las tasas de interés porque las presiones inflacionarias son temporales. Esperan que el Congreso apruebe los apoyos fiscales para mejorar la infraestructura, aunque pudieran aprobarse en montos menores a los solicitados.

Incluso, el FMI destaca que la revisión a las proyecciones de los países avanzados obedece a un mejor panorama de EU, que ha avanzado mucho en la aplicación de las vacunas, por lo que es factible que las actividades se normalicen en el segundo semestre, de manera que la propagación de la variante Delta del Covid-19 no sería tan grave.

Todo lo contrario para los países en desarrollo, donde los programas de vacunación van muy atrasados, por lo que es muy probable un tropiezo económico provocado por la pandemia. El FMI menciona que el mundo crecerá a dos velocidades: mientras que en las economías avanzadas se normaliza la situación, en las en desarrollo las estimaciones se revisan a la baja.

Respecto a México, el martes pasado el Inegi dio a conocer el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de mayo, reportando un crecimiento mensual de 0.6%. La semana pasada se había dado a conocer el Indicador Oportuno de la Actividad Económica de junio, informando un crecimiento 14.7% respecto al mismo mes de 2020.

Si combinamos las dos cifras, esperaríamos que el Inegi anuncie un crecimiento del PIB de 2.1% en el 2T respecto al trimestre anterior. Si lo pusiéramos con la metodología de EU, sería de 8.6%, es decir, muy similar al de nuestro vecino del norte. Es decir, el dinamismo es mucho mejor de lo que parece a primera vista.

No va a faltar quien presente el crecimiento del 2T en variación anual, que sería cercano a 20.5%, pero, obviamente, es parte de un efecto estadístico por el desplome económico registrado el año pasado a causa del confinamiento ocasionado por la pandemia, el cual paralizó las actividades en muchas ramas que no fueron clasificadas como esenciales.

Sin embargo, lo preocupante es que esto implicaría una caída de -0.2% del IGAE en junio respecto a mayo que se anunciará el 25 de agosto. No se trata de qué vaso se quiera ver: medio lleno o medio vacío. Lo que hacemos los economistas es observar los cambios en el margen y las tendencias. En este sentido, las gráficas que proporciona el Inegi sobre el IGAE son de gran utilidad. Se observa una importante recuperación, pero todavía en niveles bastante menores a los que había antes de la pandemia. Veamos qué pasa por sectores:

La actividad primaria tiene una tendencia de alza moderada a pesar del fuerte crecimiento mensual en mayo (8.4%). La secundaria, con menor dinamismo y un bajo crecimiento (0-1%). Mientras que en las actividades terciarias, donde están presentes el comercio y los servicios, fuertemente afectadas por las medidas de distanciamiento, la tendencia de alza es franca y crece 0.8% en el mes; sin embargo, todavía no alcanza los niveles pre-Covid.

El FMI también revisó al alza las proyecciones de México. Ahora estima un crecimiento del PIB de 6.3% en 2021 y de 4.2% en 2022, basándose en que el dinamismo de la economía de EU ayudará a reactivar sus exportaciones. Las referencias hacia México son escuetas. Reconoce que ha tenido que ajustar su política monetaria por las presiones inflacionarias, provocadas por el precio de los energéticos y de los alimentos, así como por los choques de oferta (chips y semiconductores), pero no deja de expresar su temor por la propagación de la tercera ola de Covid-19 y su efecto en las actividades de hospedaje, de servicios de alimentos y recreativas.

Los resultados de la balanza comercial de mercancías de México de junio se ven en general favorables; sin embargo, hay dos aspectos preocupantes al observar las cifras ajustadas estacionalmente y que tienen que ver con señales de desaceleración: la caída mensual de 6.0% de las exportaciones automotrices y su tendencia descendente, y la baja de 4.2% de las importaciones de bienes de capital como un indicador de menor inversión.

En conclusión, en México se va perfilando un escenario de menor crecimiento y mayor inflación, por lo que no se descarta que Banxico vuelva a elevar la tasa de interés de referencia y, en contrapartida al FMI, los analistas revisen las proyecciones del PIB a la baja en el último trimestre del año.

ADENDA

1) Si bien la inflación de la primera quincena de julio en tasa anual fue de 5.75% y más baja que el máximo reciente de 6.12% alcanzado en la segunda de abril, lo que preocupó fue que se mantiene alta y que la subyacente llegó a 4.64% y con tendencia ascendente.

2) La desaparición del outsourcing ha sido mucho más complicada de lo esperado, al punto que el IMSS ofreció dar una prórroga de 90 días naturales para que las empresas cumplan sus obligaciones en materia de seguridad social; por su parte, el senador Ricardo Monreal propuso extender a septiembre el plazo para el registro en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social como empresas en servicios especializados, que de todos modos se queda corto.

3) La reciente baja de calificación a Pemex por parte de Moody’s complica el manejo de las finanzas públicas.

Catedrático de la EST-IPN 
Email: pabloail@yahoo.com.mx 

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