La semana pasada en una encuesta de The Wall Street Journal entre economistas había el consenso de que una fuerte recuperación económica en Estados Unidos (EU) dependía en gran medida de que las políticas para contener al virus SARS-CoV-2 fueran efectivas y sostenibles.
Esta reacción provenía del resurgimiento de los contagios en estados como Arizona, Florida y Texas (republicanos), que se caracterizaron por aplicar medidas demasiado relajadas al principio de la pandemia y que, posteriormente, se apresuraron a reanudar las actividades económicas como restaurantes, cines, bares y demás sitios cerrados donde se puede expandir fácilmente por los sistemas de aire acondicionado —recordemos que es una zona muy calurosa— e incluso, los gobernadores rechazaron el uso obligatorio del cubrebocas hasta que la realidad los obligó a cambiar de postura.
En México, las autoridades de Nuevo León decidieron imitar a su vecino Texas y relajaron las mediadas de confinamiento. El caso de una boda en Monterrey, en la que 80 invitados se contagiaron de Covid-19 se hizo viral, pero en realidad era un botón de muestra de preocupantes rebrotes que obligaron a que se regresara al semáforo rojo. La presión de los grupos económicos para reactivar las actividades ha sido intensa en el estado fuertemente vinculado a EU.
En cambio, países de Europa y del este asiático suprimieron la ola de la pandemia primero y posteriormente decidieron abrir la economía con los protocolos y procedimientos adecuados y de manera cautelosa. Incluso, estas naciones que supuestamente tienen algunos de los peores indicadores relativos, ya no son de preocupación para la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque efectivamente la curva se ha aplanado y han dejado de presentarse fallecimientos por Covid-19. En cambio, en EU, Latinoamérica e India la situación está lejos de ser controlada. Este señalamiento, generó fuertes molestias al gobierno mexicano.
La semana pasada se presentaron cifras elevadas de contagios y de muertes. Si bien en términos relativos no es tan grave, porque los fallecimientos crecen a una tasa de 2% y todavía no ha puesto en riesgo la saturación hospitalaria, que es la variable que más preocupa a las autoridades, el asunto fue destacado por los medios de comunicación.
Ante la noticia de que México ya había desplazado a Italia y que fue resaltada por los medios, el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra la prensa amarillista y tendenciosa y señaló que México estaba mucho mejor situado en términos de millón de habitantes, es decir, recurrió al argumento de “yo tengo otros datos y los míos son mejores”.
Posteriormente, en las redes sociales comenzó a circular con intensidad una gráfica de muertes acumuladas confirmadas de Covid-19 por millón de habitantes de la Central Europea para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), agencia oficial de la Unión Europea, que aparentemente le daban la razón al Presidente, puesto que México se situaba por debajo de la media tabla. Sin embargo, la propia gráfica mostraba que no había que echar las campanas al vuelo, porque varios de los países que estaban peor, como España, Italia y Francia, ya mostraban una curva aplanada, mientras que en los casos cuestionados por la OMS como Chile, Perú, Brasil y México la pendiente de la curva era más pronunciada. Son naciones donde la pandemia comenzó más tarde y algunas, como es el caso de México, de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, donde el número de camas disponibles por habitante es de los más bajos de la región.
El punto es que quienes circularon la gráfica no solo pasaron por alto el detalle de las pendientes de las curvas, sino que omitieron señalar que la ECDC difunde un mapa del mundo (https://bit.ly/30dcKZ9) donde presenta geográficamente la distribución de los casos reportados de Covid-19 acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes, que es un indicador del riesgo de la pandemia. Son cinco grupos: rojo (>120), naranja (<120 y >60), ocre (<60 y >20), amarillo (<20) y azul (sin casos reportados).
Países que, con la gráfica por millón de habitantes, que supuestamente están peor que México, como los europeos señalados, se encuentran en amarillo, es decir, el rango más bajo. Portugal está en ocre. Suecia, que según esto era un ejemplo de que no había que seguir estrictas medidas de confinamiento, está en naranja.
Los países que están en rojo son EU, Brasil, Bolivia, Perú, Panamá, Haití, Sudáfrica, Arabia Saudita, Israel y, aunque el mapa no lo indica, pero las cifras sí, agregaríamos a India y México, pero quitaríamos a Kazajstán. Moraleja: por eso siempre hay que checar los datos.
Las verdades a medias son muy peligrosas y las autoridades de la OMS y la OPS tenían motivos fundados para estar preocupados por México, y así lo hicieron saber a la opinión pública la semana pasada. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, tomó nota del asunto en la conferencia vespertina del viernes pasado y reconoció que había algunos rebrotes de contagio importantes en algunos estados.
En conclusión, los países que terminaron demasiado pronto el confinamiento y precipitaron el regreso de actividades económicas que involucra contacto personal están pagando las consecuencias y, por ende, tendrán que reactivar las políticas de confinamiento y contención, porque si no lo hacen, no podrán tener una recuperación económica sostenible.
Adenda
1) La Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Turismo del IPN realizó un sondeo sobre “Las intenciones de viaje Post Covid-19”. Colaboré con el análisis de los resultados (https://bit.ly/3j0k2bv).
2) Con esto del escándalo por los “moches” para apoyar la reforma energética en 2013, podríamos calificarlos en dos tipos: los cómodos, que se refieren al legislador que recibió dinero para que votara a favor, aunque ya lo estaba; y los incómodos, quien recibió el soborno para cambiar su intención de voto para aprobarla y sumarse a la mayoría.
Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx
