Las señales de alarma sonaron el viernes pasado con el anuncio de la inflación al consumidor en Estados Unidos (EU), que fue de 1% en mayo y de 8.6% en tasa anual vs. 8.3% de abril, cuando parecía que en marzo había tocado un techo de 8.5%. Aunque la inflación “core”, esto es, la que no considera los componentes volátiles de alimentos y energía, fue de 0.6% en mayo y 6% en tasa anual bajando por segundo mes consecutivo, los analistas comenzaron a especular que la Reserva Federal (Fed) podría subir 0.75% la tasa de referencia el siguiente miércoles 15, lo cual ocurrió, en lugar del alza preanunciada de 0.50%, o 50 puntos base (pb) como se le denomina convencionalmente. Independientemente, de ello el consenso que hubo fue que la Fed actuaría más agresivamente con mayores tasas de interés, que podrían ocasionar un escenario recesivo el próximo año.

El ambiente ya era preocupante. A principios de junio, Janet Yellen, secretaria del Tesoro, había hecho declaraciones en el sentido de que una recesión era bastante probable ante los efectos colaterales de la guerra de Ucrania, por el alza de precios de alimentos, combustibles y materias primas en todo el mundo, así como las presiones inflacionarias que había ocasionado la interrupción en la cadena de suministro por las medidas de confinamiento total que había aplicado China para frenar el resurgimiento de la Covid-19. Yellen incluso sugirió reducir algunos aranceles a productos chinos que estaban encareciendo los productos finales.

Posteriormente, la secretaria del Tesoro trató de matizar señalando que confiaba en que las autoridades monetarias lograrían un aterrizaje suave no pretendiendo bajar la inflación de golpe con alzas demasiado elevadas y que la está podría irse reduciendo paulatinamente en un horizonte más amplio de tiempo, aclarando que no interferiría con las decisiones de la Fed. No olvidemos que Yellen fue presidenta de la Fed, designada por Barack Obama, pero que no fue ratificada por Donald Trump para continuar otro periodo, nominando a Jerome Powell, quien comenzó su primera gestión en febrero de 2018, y que sí fue ratificado por Joe Biden para que continuara al frente de la Fed.

Los medios especializados también han cuestionado a la Fed y al gobierno de Estados Unidos por el manejo de la política económica, puesto que, al bajar fuertemente las tasas de interés, al estimular con liquidez y ampliar el gasto público, ocasionaron el sobrecalentamiento de la economía, porque ante los choques de oferta que generó la pandemia, los desequilibrios con demanda se ampliaron. Esto es, se quiso aplicar la receta de la recesión de 2008-2009, cuando no había que estimular tanto la demanda en esta ocasión.

Las autoridades monetarias han reconocido que se equivocaron en considerar que la inflación sería transitoria, pero en su descargo argumentaron que no tenían previsto la agudización de los conflictos geopolíticos ni el resurgimiento de la pandemia con el ómicron en China, variante que no podía ser frenada con las vacunas chinas.

El martes pasado, la precaución sobre la inflación se reactivó con la divulgación del índice de precios al productor de Estados Unidos. Subió 0.8% en mayo, luego de que en abril fue de 0.4%, situándose en 10.8% a tasa anual en mayo respecto a 10.9% de abril, siendo el sexto mes consecutivo con alzas de dos dígitos. La preocupación que ocasionó el dato, es que los productores seguramente trasladarán a los consumidores una parte importante de los costos, para no dañar los márgenes de ganancia y aprovechando que la demanda está muy fuerte. Recordemos que hace un mes con los reportes de Target y Walmart, se indicó un preocupante incremento de sus costos, lo que generó una gran preocupación por los márgenes netos de ganancia esperados para las demás empresas. Esta advertencia y el escenario de menor crecimiento y mayor inflación metió al S&P 500 en un mercado de baja (Bear Market), que se produce cuando un índice se reduce más de un 20% respecto a su máximo anterior, que en este caso fue en noviembre del año pasado.

La Fed para hacer frente a la pérdida de credibilidad ante el combate a la inflación decidió subir 75 pb la tasa de referencia de fondos federales a un rango entre 1.5 y 1.75%, siendo la primera vez desde 1994, que toma una decisión de esta magnitud. La decisión se tomó por 10 votos a 1, puesto que la presidenta de la Fed de Kansas se manifestó por un alza de 50 pb.

Con esto la Fed lleva acumulados en el año incrementos de 150 pb y se espera al menos que la tasa de fondos federales se ubique a finales de año en 3%. Cabe comentar que las expectativas del alza dieron un vuelco impresionante. Hace una semana la probabilidad de un alza de 75 pb era de solo 8%, pero antes de la reunión los futuros ya marcaban una probabilidad del 96%. Las cifras de inflación de mayo vinieron a modificar el panorama.

La decisión de la Fed fue bien recibida por los mercados. Las bolsas reaccionaron al alza y el tipo de cambio al mayoreo del peso contra el dólar se apreció al cierre de ayer a 20.4383 frente a 20.6371 del martes.

¿Cómo repercutirá la decisión de la Fed en el Banco de México (Banxico)? Obviamente, se refuerza la postura de replicar el alza en 75 pb para mantener el diferencial de las tasas, apoyada por el mal dato de inflación de la segunda quincena de mayo. La inflación en tasa anual rompió su racha de baja y se ubicó en 7.72%, similar a la de segunda quincena de abril, aunque no faltó quien dijera que era más alta: 7.722% es mayor a 7.221% de la segunda de abril, lo que francamente considero una exageración. Pero lo que sí es más preocupante, es que la subyacente -que excluye los componentes más volátiles de productos agropecuarios y los precios administrados por el gobierno, como los energéticos- fue de 7.34% retomando su tendencia ascendente. Ayer EL UNIVERSAL señalaba que, si no fuera por el subsidio a la gasolina, su precio sería 7 pesos mayor, por ejemplo.

Hace una semana pensaba, que Banxico sólo subiría la tasa de referencia 50 pb en su próxima reunión. Sin embargo, el mal dato de inflación de mayo, vuelve muy complicado que se cumpla su pronóstico del segundo trimestre de 7.6%, ya que en tasa anual tendría que ser de 7.47% en junio (7.68% en abril y 7.65% en mayo), lo que considero poco probable. La autoridad monetaria tiene que recuperar la credibilidad en la lucha contra la inflación, por lo que creo que en votación dividida subirán la tasa a un día 75 pb. De lo contrario, el tipo de cambio se les podría disparar.

En conclusión, la situación es muy complicada en Estados Unidos y en el resto del mundo. Un escenario de estanflación, esto es, de bajo crecimiento con mayor inflación es el que se está volviendo el más probable. Para Biden, la repercusión en las elecciones de noviembre es muy preocupante.

ADENDA

1) Las fuertes granizadas que cayeron el domingo en la Ciudad de México, son apenas una muestra de que el cambio climático puede hacer estragos más serios.

2) Está claro que el rescate de Altán es para cumplir con una promesa del PND 2019-2024. Queda la duda de si funcionará. Expertas/os en la materia, creen que no.

Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx



 

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