La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó el Paquete Económico para 2026 el lunes cerca de medianoche. Cuadrar un Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) es una tarea complicada y seguramente hubo negociaciones de última hora y ajustes del mensaje que retrasaron su entrega.

Las estimaciones del marco macroeconómico para 2025 quedaron distantes de las propuestas el 15 de noviembre pasado. Se proyectaba un crecimiento de 2.5% y ahora se reduce a 1%, aunque el Banco de México y los analistas creen que será alrededor de 0.6%, cercano a la cota inferior de la SHCP (0.5%). Se propuso un déficit público ampliado de -3.9% del PIB, luego de que en 2024 se disparó a -5.7% como resultado de un enorme gasto en programas sociales con un propósito electoral y echando toda la carne al asador para concluir los proyectos emblemáticos como el Tren Maya y Dos Bocas con sobrecostos impresionantes. El primero estaba proyectado en 156 mil millones de pesos (mp), ya van cerca de 500 mil y para 2026 se pidió un monto adicional de 30 mil mp; la refinería se dijo que costaría 8 mil millones de dólares (md) y la erogación ya supera los 21 mil md.

Para tranquilizar a las calificadoras y a los inversionistas, las autoridades prometieron un profundo ejercicio de consolidación fiscal reduciendo la inversión pública y recortando el gasto. Lo primero no resultaba complicado, porque al principio de una administración los nuevos proyectos no están en la etapa de ejecución y la base de comparación resultaba favorable con los que estaban en su etapa terminal; en lo segundo recortes de gastos en actividades funcionales de Educación, Salud, entre otras, incluso Seguridad Nacional como lo muestran los cuadros de Gasto programable devengado del Sector Público. El retroceso en infraestructura también fue ostensible, a pesar de que en el mensaje del Primer Informe se mencionan algunas obras particulares.

Sin embargo, el proceso de consolidación fiscal fue menor porque en lugar de que se alcance -3.9% del PIB será de -4.3% en 2025. No obstante, Standard & Poor’s (S&P) antes de que se presentara el Paquete mantuvo la nota de la deuda soberana de largo plazo en moneda extranjera de México en “BBB”; mientras que un poco después Moody´s Ratings subió la calificación de Pemex de B3 a B1 con perspectiva estable, reconociendo el apoyo que le está otorgando el gobierno destacando la emisión de Notas Pre Capitalizadas. Se pasó por alto que la deuda pública como porcentaje del PIB en 2025 no sea de 51.4% como estaba previsto y ahora se estime en 52.3%.

El bajo crecimiento del PIB, la SHCP se lo achaca a la incertidumbre procedente del exterior, de manera destacada a la aplicación de aranceles de Estados Unidos (EU) y de la revisión del T-MEC en 2026. Ya no se mencionan que los “factores idiosincráticos” causaron volatilidad, en alusión al Plan C, esto es, a los cambios legales en cascada realizados en el segundo semestre de 2024, que han generado desconfianza por la falta de certeza jurídica y que se refuerzan con la pérdida de autonomía e independencia del Poder Judicial. El asunto es tan evidente que los funcionarios del gobierno destacan cuando conversan con los inversionistas nacionales y extranjeros que se mantendrá e incluso fortalecerá el Estado de derecho con las reformas aprobadas.

Cabe comentar, que las estimaciones de ingresos y gastos de 2025 y 2026 las hizo la SHCP con estimaciones y proyecciones de crecimiento de 1% y 2.5% respectivamente por lo que los resultados observados podrían ser distintos si no se cumplen estos supuestos. En el caso de los ingresos petroleros, se esperaba que fueran 3.2% del PIB en 2025 y ahora se estima que sean equivalentes a 2.7%, esto es, 175.2 mmp por debajo de lo programado, debido a una menor producción de hidrocarburos. Se calcula que en 2026 la plataforma de producción promedio crezca 4.7% a 1,794 mbd, en contra partida que la de exportación caiga 15.4% a 521 mbd. Por ende, es muy probable que los ingresos petroleros queden por debajo de lo proyectado.

En lo que respecta a la relación comercial con EU, se insiste que México salió mejor librado que el resto de los países, ya que la tasa arancelaria efectiva para México fue de 4.7% en julio, siendo una de las más bajas, por lo que se consolidó como el principal socio comercial. Faltaría hacer algunas precisiones, la aplicación de aranceles ya afectó el valor de las exportaciones de la industria automotriz, el déficit comercial de EU con México ha seguido empeorando, por lo que se endurecerán las negociaciones y algunos de los efectos no se han reflejado en las cifras externas, porque algunas medidas comenzaron en agosto.

En lugar de buscar una reforma fiscal, para 2026 el gobierno apuesta a seguir combatiendo la evasión y la elusión, sobre todo apretando al sector financiero y a las FinTech, a una miscelánea fiscal donde destacan los impuestos saludables para reducir el consumo de bebidas saborizadas y tabaco, y los videojuegos violentos, apoyada por una reforma aduanera y aranceles a países sin acuerdos de libre comercio. A su vez, aplicarán una serie de medidas diversas, yéndose sobre las plataformas digitales de intermediación.

El gasto neto total ascenderá a 10,114.8 mil mp, lo que equivale a un incremento de 5.9% real respecto al aprobado para 2025. El gasto programable crecerá 5.1% y el no programable 7.9%, siendo 9.4% más elevado el costo financiero por el incremento de la deuda pública. El gasto público está siendo impulsado por las nuevas obras prioritarias (trenes) que se refleja en un crecimiento de 20.1% en el gasto de inversión y en la ampliación de los programas sociales. Sin embargo, como la deuda pública crecerá en la misma proporción que el PIB se espera que como porcentaje sea 52.3% y que así se mantenga los próximos cinco años.

Se continuará con el proceso de consolidación fiscal en 2026, así el déficit público más amplio como proporción del PIB será de 4.1%, ligeramente menor al estimado para este año (4.3%). Sin embargo, ese propósito será difícil que se alcance porque hay una creciente presión del gasto, por los programas sociales, los pasivos contingentes y los mayores apoyos para mantener funcionado a las empresas estatales como Pemex y CFE o las recientes como la del Tren Maya, Mexicana de Aviación, entre otras, que requiere de subsidios porque no son proyectos rentables, como la mayoría de los analistas lo habíamos previsto.

En conclusión, con este paquete económico, el gobierno seguirá gastando poco y mal por niveles de ingresos tributarios bajos comparados con otros países, incluso de América Latina. Se desaprovechó un momento político favorable para hacer una reforma fiscal, porque no quiere que nada arruine su popularidad. Por su parte, las finanzas públicas seguirán en un proceso de deterioro progresivo, ante una creciente carga de los programas sociales y de la inversión pública, no sólo en el sector energético, sino en otras actividades económicas en las que antes no participaba. No nos extrañe entonces, que la economía informal sea la única que crezca.

Adenda

1. Con la inflación al productor a la baja, podemos estar tranquilos en el corto plazo.

2. Descontado que la Fed bajará 25 pb la tasa de fondos federales el próximo miércoles.

*Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad

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