Comenzamos la semana con los reportes de inflación al consumidor y al productor en México. Los resultados y las perspectivas son desfavorables, puesto que en abril, a tasa anual, la del consumidor fue de 7.68% continuando al alza desde enero; además, si consideramos que la subyacente, que excluye los componentes volátiles y que no corresponden a condiciones del mercado agropecuario, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno, fue de 7.22% y que viene subiendo ininterrumpidamente desde finales de 2020, no se espera que cambie la tendencia.

Aunque se ha logrado moderar la variación del precio de los energéticos (5.91% en tasa anual) y la de los precios administrados por el gobierno (3.4%), la inflación se ha disparado por los componentes de frutas y verduras (15.84%), pecuarios (13.21%); así como por alimentos, bebidas y tabaco (10.88%).

Por su parte, la inflación al productor no ha modificado su tendencia de alza y en abril se ubicó en 10.35%, e incluso la de bienes intermedios fue de 12.77%, por lo que irremediablemente se terminará por trasladar los costos a los consumidores con todo y Paquete contra Inflación y la Carestía (Pacic).

Esta situación llevará a la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) a decretar un alza de 50 puntos base (pb) el día de hoy para ubicar la tasa de interés en 7%, no sólo por los datos de inflación, sino también en respuesta al alza de 50 pb aplicada por la Reserva Federal (Fed) el pasado 4 de mayo. No hacerlo daría la señal de que no se está enfrentando el problema, afectando la confianza en la autoridad monetaria cuyo objetivo prioritario es mantener la inflación baja y estable, a su vez se alteraría el tipo de cambio, al no mantenerse el diferencial de tasas con Estados Unidos. Mantener la estabilidad cambiaria contribuye a controlar la inflación importada, pero se generan decisiones en disyuntiva (trade-off) al afectar a las exportaciones, así como a la inversión y al consumo por la vía de tasas de interés más altas, y encarecerá la deuda pública.

Por su parte, en Estados Unidos (EU) se anunció la inflación de abril y fue de 8.3% respecto al mismo mes del año pasado, mejorando respecto al 8.5% de marzo; pero ello no cambia el vaticinio de que la Fed continuará con un alza de tasas de 50 pb en la próxima reunión de junio, lo que ha generado la preocupación de una desaceleración de la economía a futuro.

En EU, la Fed y los analistas están apostando a un aterrizaje suave, esto es, no bajar de golpe la inflación con alzas agresivas de las tasas de interés que frenen la inversión y el consumo ocasionando una recesión. Se estaría buscando que no se generen mayores expectativas de inflación y que pudiera descender paulatinamente en un horizonte de mediano plazo considerando el elevado nivel en que se encuentra. Esto implica, cambiar de paradigmas, pero, en contrapartida, el ala dura considera que la Fed afectaría su credibilidad si no combate con más decisión la inflación.

Para bajar la inflación, el presidente Joe Biden anunció un plan que consiste en alentar la oferta energética, de alimentos y mercancías diversas. Se anuncia controles de precios de medicamentos considerando que la industria farmacéutica opera en condiciones oligopólicas y con algunos productos como monopolio. Se busca mejorar el funcionamiento del Obamacare, para que las compañías de seguros no encarezcan desmedidamente los gastos de salud, así como cobrar una mayor tasa de ISR a los multimillonarios para reducir el déficit fiscal y mejorar el gasto social.

El gobierno mexicano ha insistido que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) pueden funcionar simultáneamente, a pesar de las objeciones de MITRE. Por ese motivo, desde 2021 modificaron las rutas aéreas de navegación, lo que ha significado mayores gastos por rutas más largas, o desvíos a otros destinos ante el agotamiento del combustible.

La semana pasada, el gobierno primero negó que estuviera forzando a reducir el número de vuelos diarios de 61 a 50 mediante un decreto. A su vez, la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA, por sus siglas en inglés) alertó a sus agremiados sobre los incidentes que se están registrando en el espacio aéreo en la CDMX. El gobierno rechazó que se hubiesen registrado tales eventos porque no le fueron reportados; sin embargo, el peligro se evidenció el sábado pasado al difundirse un video de riesgo de accidente entre dos aviones de Volaris, en el que se observa que el que va a aterrizar aborta la operación porque el piloto se percata que el otro que está en la cabecera va a despegar en la misma pista.

En respuesta, el gobierno decidió enviar el transporte aéreo de carga y los chárter al AIFA. Esto eleva el costo para las empresas, porque AIFA no tiene la infraestructura y la logística suficiente, incluso la decisión se aplicará hasta dentro de tres meses, porque no están listas las instalaciones de aduanas.

Sin embargo, no se resuelven los problemas de fondo, la saturación del aeropuerto de la CDMX y la seguridad del espacio aéreo al operar simultáneamente dos aeropuertos cercanos. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) hace un año cambió la categoría de los aeropuertos mexicanos de 1 a 2. Difícilmente, se regresará a la 1 y la FAA ya advirtió que no se la otorgará al AIFA.

Llama la atención que, en lugar de que las autoridades del transporte de México resuelvan la crisis, el asunto se le encargó a la Secretaría de Gobernación, y mediante un acto de autoridad aplicó lo que se quería implementar con el decreto.

El AIFA es un elefante blanco y el gobierno quiere que funcione a fuerza, en contra de un elemental principio de realidad y ocasionando una pérdida de competitividad. Lo barato a la larga saldrá caro, porque al costo hundido del cancelado aeropuerto de Texcoco, que todos los organismos internacionales habían considerado como el lugar idóneo y que hubiese permitido que funcionara como un Hub regional y para operaciones de carga; habrá que agregar los crecientes gastos para que el AIFA funcione adecuadamente.

La propaganda oficial ha puesto como ejemplo, los dos aeropuertos de Nueva York; pero no dice nada de las condiciones orográficas del Valle de México ni de que las formas de operación son muy diferentes, así como de las dificultades de conectividad entre uno y otro, ubicados a una distancia terrestre considerable, y que un tren interurbano en construcción no la va a resolver eficiente ni eficazmente.

En conclusión, si es factible el funcionamiento de dos aeropuertos, pero se elevará el costo de la industria de transporte considerablemente, con una rentabilidad menor y un creciente impacto para el erario público, y con un aumento del pasaje aéreo mucho menor que el que permitía el NAIM de Texcoco, por lo que las perspectivas para el turismo serán más restringidas.

ADENDA

1) Que Musk declare que va a permitir el regreso de Trump a Twitter es un pésimo augurio, con una empresa que fue muy complaciente con los discursos de odio y fake news del expresidente.

2) Con las cifras a febrero, se muestra que la inversión en construcción viene a la baja desde agosto pasado, a pesar del rebote registrado en enero. Bien dicen que un buen o mal dato, no es suficiente para cambiar tendencias.

Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx


 

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