El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmó que el producto interno bruto (PIB) cayó 0.1% en 2019. Este resultado se debió a que hubo sectores económicos (ocho) que registraron caídas en su PIB, mientras que otros tuvieron una desaceleración marcada (10), esto es, crecimiento a menor tasa y sólo dos presentaron un mayor crecimiento el año pasado que en 2018.

Entre los ocho sectores que decrecieron destacan minería (-5.1%) impactada por el desplome de la petrolera (-6.7%) afectada por la reducción de la extracción de crudo, mientras que la no petrolera tuvo una leve caída (-0.9%), pero con señales de reactivación durante el segundo semestre al crecer 1.3%.

La construcción se contrajo 5.0% afectada por la reducción de la inversión, ya sea porque la obra pública se detuvo el año pasado y que algunos de los proyectos de infraestructura no se han implementado, como porque los inversionistas privados siguen teniendo una fuerte desconfianza con las decisiones del gobierno, así como porque las elevadas tasas de interés han desalentado la construcción de viviendas.

El sector de corporativos cayó 3.7%; sin embargo, su impacto no es tan significativo porque representa 0.59% del PIB. En tanto, el comercio al por mayor se redujo 3.2% siendo un sector clave vinculado al sector externo y en general a la actividad productiva. La baja es preocupante considerando que representa 8.62% del PIB.

Obviamente, entre los sectores más afectados estuvo el de actividades gubernamentales con una baja de 2.4% derivado del ajuste al gasto público que ejecutó la 4T en la lógica de mantener la disciplina de las finanzas públicas.

Por lo que respecta a los sectores que se desaceleraron destaca la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, que de crecer 7.5% en 2018, el año pasado solo aumentó 2.3% como reflejo de una menor actividad económica y menor demanda agregada.

Las industrias manufacturas solo crecieron 0.2% en 2019 (1.8% en 2018) como resultado del debilitamiento del sector exportador. Este sector representa 16.66% del PIB y evidentemente tiene un peso estratégico en la economía en su conjunto y en las actividades secundarias.

Sin embargo, si consideramos la variación en tasa anual del cuarto trimestre del PIB, el panorama de la mayoría de las industrias luce muy preocupante. La fabricación de equipo de transporte se redujo 6.6% arrastrada por una contracción de la industria automotriz y por una fuerte reducción de las exportaciones tanto de vehículos como de autopartes. La fabricación de maquinaria y equipo se contrajo 11.3% a consecuencia de la menor inversión; en ese mismo sentido, la fabricación de productos metálicos se contrajo 6.5%.

En contrapartida, las industrias que crecieron en el cuarto trimestre fueron las que tienen el típico desempeño defensivo, como la alimentaria (2.2%) y la de bebidas y tabaco (2.6%), apoyadas en la recuperación de poder de compra de sectores de población de ingresos bajos.

La fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos creció 1.4% y la fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica, 1.0%, lo mismo que la industria química. Persiste una fuerte demanda por estos productos que son objeto de frecuentes cambios tecnológicos.

Mención aparte es la de la fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón que subió 7.9% como resultado de los esfuerzos del gobierno federal para reactivar producción de gasolina, ya que durante el cuarto trimestre de 2018 la refinación sufrió considerables paros técnicos como resultado de la falta de mantenimiento de las plantas. Es decir, el piso de comparación era muy bajo.

Los servicios financieros y de seguros tuvieron un fuerte tropiezo. Mientras que en 2018 su PIB creció 5.0%, en 2019 cayó 0.2% a consecuencia de que durante el segundo semestre bajó 4.0% en un radical cambio de tendencia.

El PIB de los servicios de salud y de asistencia social, que en 2018 creció 3.0%, en 2019 apenas subió 0.3% porque durante el segundo semestre se redujo 0.8%. La misma tendencia negativa se observa en los servicios educativos, que en 2018 aumentaron 0.5% y el año pasado ya se redujeron 1.1%.

Finalmente, sólo dos sectores registraron crecimientos mayores en 2019 que el año anterior. Servicios de apoyo a los negocios y manejo de residuos y desechos, y servicios de remediación (4.9% vs. 4.5%) y comercio al por menor (2.7% vs. 2.6%). En el primer caso los servicios de reparación y manejos de residuos se intensificaron; en el segundo, el consumo de bienes no duraderos estimuló el comercio minorista, aunque prácticamente fue el mismo dinamismo que el año anterior.

Espero que en 2020 el PIB crezca 1.1%. Hay dos señales esperanzadoras de reactivación: el indicador global de la actividad económica a diciembre registró dos crecimientos mensuales consecutivos, y el indicador adelantado del Inegi se ha reactivado en los últimos meses de 2019.

ADENDA

El coronavirus (Covid-19) puso a temblar a los mercados a principios de la semana. Por el lado de la oferta, se teme que el daño a la cadena de suministro sea más fuerte de lo que se pensaba y, por el lado de la demanda, el golpe al turismo y al transporte aéreo será severo.


Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx

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