La decisión está tomada y nadie podrá cambiarla. El presidente de la República va a reanudar sus giras por el interior del país cuando, supuestamente, corren los días en que la pandemia de coronavirus hace sentir su mayor rigor y produce las cifras más negras de contagios y pérdida de vidas humanas. Él tiene sus motivaciones; muchos, sus temores.

Estos, a los ojos de la Opinión Pública, según algunos sondeos, se hallan en la tradición y la Historia. El presidente no debe exponer su salud bajo ninguna circunstancia. ¿Por qué?

Porque él es el centro de todo. Encarna la vida, la dinámica y el curso de la vida nacional. Él es la pieza central de la República, sin la cual quedaría expuesta a las condiciones más adversas.

En otras palabras, quienes piensan que debe guardarse, temen por él, pero también por sí mismos. Intuyen y/o conocen bien los riesgos que acecharían a México sin su figura política más importante.

Pero no consideran ni visualizan las explicaciones que Andrés Manuel López Obrador ofrece para recorrer el territorio nacional.

Estas, él las ha expuesto con claridad. En principio, irá a dar el banderazo de arranque de las obras de construcción del Tren Maya para ratificar su indeclinable voluntad de hacer lo que para muchos es inviable, incosteable e inoportuno, sobre todo tomando en cuenta la explosión del Covid-19, que reclama incuantificables recursos económicos.

Hacer realidad su empeño, implica probar que tiene la razón, que se equivocan quienes lo critican. La posibilidad de demostrarlo, es para él una cuestión de acierto, firmeza y certeza, por oposición al error, la debilidad y la duda en la que encuentra a sus oponentes. Pequeña gran diferencia entre el que sabe y puede, y los demás.

Lo que adicionalmente desearía patentizar es que, en las decisiones que toma, le asiste la razón y que por eso es el presidente. Y este, en los usos y costumbres de la política mexicana, simple y sencillamente es infalible.

Por eso, desde que comenzó la pandemia, Andrés Manuel López Obrador ha dicho que la sociedad y el país saldrán bien librados de la pandemia. Con valentía, y quizás hasta con temeridad, ha corrido todos los riesgos, acaso para dar una demostración de que, frente al peligro, para él como jefe político, el temor no existe. Su optimismo va más allá del que la mayoría de la población puede albergar, sobre todo a la luz de lo que se está mirando.

Y, ¿qué sociedad no quiere ver a su líder político a la cabeza de cualquier peligro, lucha o desafío? El surgimiento de este, tuvo sus causas precisamente en esas cualidades. Por eso se lo sigue y se lo apoya.

Aun así, quienes conducen a las sociedades han requerido de una estrategia y de una orientación con las que tengan visualizado el camino que transitarán y cómo y a dónde habrán de llegar. Para hacer la tarea menos ardua, el verdadero estadista, teniendo la prudencia como una de sus virtudes, se los habrá de mostrar.

Sotto Voce…

Definitividad y contundencia en la comunicación de las decisiones para que haya concierto y eficacia nacional contra el coronavirus, son dos elementos que cambiarían las cosas…El Pacto Fiscal por el que pugnan los gobernadores, será debatido en su momento. Por lo pronto, la anuencia presidencial para hacerlo, desactivó un conflicto. En esa misma dirección, podría ir el tema de las energías renovables a fin de resolver el problema de la saturación en la transmisión y distribución de energía que enfrenta la Comisión Federal de Electricidad…Extraordinario, el esfuerzo que deberán hacer las distintas autoridades en la CDMX, para vigilar que el proceso de reapertura de algunas empresas, el primero de junio, sea correcto y conveniente.

Google News

TEMAS RELACIONADOS