El resultado electoral que obtuvo Morena en los comicios puede ser una miríada de oportunidades para el presidente de la República si la enfoca hacia la recreación de su partido en el poder. Si aprovecha el momento y decide dar un golpe de timón (change of direction) para lo que queda al sexenio, lo consolidará, lo reafirmará y le dará continuidad en 2024.

Con los números que arrojaron las urnas, pormenorizados, Morena se territorializó con las 6 gubernaturas que tiene, las 11 que ganó y las tres o cuatro que podría obtener el año entrante.

Visto sólo ese dato, los gobernadores de Morena se empeñarán en transversalizar al partido; es decir, sembrarán la ideología y los objetivos morenistas en todas direcciones y concientizarán a la gente de que es la opción política que debe seguir gobernando.

Si hacen ese trabajo con base en obras de beneficio colectivo, le darán más consistencia a la 4T; será más fácil si, como se prevé, el gobierno federal les dará recursos y los gastan en procurar la mejoría de la población, como deben hacerlo.

La construcción de la mayoría en la Cámara Baja, que no alcanzó y de lo no hay que escandalizarse porque no la tenía, es factible con base en la negociación política, como se ha hecho siempre.

Esta vez, el precio será más alto porque los mercenarios tienen más peso, pero con dinero y concesiones, la mayoría para aprobar las reformas de Morena será posible cada vez que se requiera.

Si bien en la Ciudad de México Morena registró bajas sensibles, la jefa de Gobierno está a tiempo de redireccionar sus políticas públicas, recuperar las posiciones perdidas y generar apoyo para su partido, que ella misma podría cosechar dentro de tres años.

Toda consideración respeto de un régimen parlamentario, el electorado emitió un voto de censura que, en el caso del mexicano, que es presidencialista, es de confianza para el gobierno de AMLO, lo que le da oportunidad de un giro abrupto, para lo que tiene poco tiempo.

Si decide tomar esa alternativa, está obligado a considerar dos factores fundamentales sin los cuales ha gobernado y contra los cuales no podría terminar bien.

Uno es el sector privado, con el que no ha llevado buena relación y que, en alguna medida, habría pugnado por la derrota de Morena en Nuevo León. El otro son los medios de comunicación, a los que considera sus enemigos.

En ningún lugar, ningún mal resultado de la gestión pública puede ni debe atribuirse a una campaña de desprestigio. Los señalamientos y críticas que se publican son, en buena medida, el sentir de la sociedad y no pueden soslayarse ni proscribirse.

Lo que se difundió sobre el accidente del Metro, deriva de que la Ciudad de México es una caja de resonancia donde la actuación política tiene más visibilidad, por lo que debe tenerse presente que los riesgos de una sobreexposición errática pueden tener consecuencias y sorpresas desagradables.

Así, la situación poselectoral puede ser la última gran ocasión que tenga el presidente para reafirmar su Proyecto de Nación considerando, incluso, que lo que ganó la oposición no fue por ella, sino el mensaje del electorado de que debe haber cambios.

Si el presidente los hace, relanzará su gobierno y consolidará a Morena, con lo que podrá tomar, en su momento, las grandes decisiones para que, quienes queden, den seguimiento a su Cuarta Transformación...

SOTTO VOCE…

Mario Delgado se reafirma en el liderazgo de Morena por el indiscutible papel de factótum que hizo a favor de su partido en las elecciones. Aparte de su profundo conocimiento como financiero, ratificó su amplia y eficaz habilidad política… Muy bienvenido para el capital, la propuesta presidencial de que Rogelio Ramírez de la O asuma la secretaría de Hacienda. Consejero y asesor del presidente desde hace mucho tiempo, no habrá sido fácil convencerlo.

ombeluniversal@gmail.com
@mariobeteta

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