TEXTO: Guadalupe Jimarez Martínez 
FOTOS: Cortesía

 

“La naturaleza no se apresura, pero todo lo logra”, afirmó el filósofo chino Lao-Tse. Y es que en las dunas de Sisal, en ocho meses, un grupo de estudiantes de la Unidad Académica Yucatán (UAY) de la UNAM habrá restaurado la vegetación con ayuda del reciclaje de PET en más de 9 mil metros cuadrados con más de 10 mil plantas en dicho ecosistema a través del proyecto Reciclando Dunas.

Toda duna “es un ambiente de biodiversidad, en donde habitan vegetales y animales, por lo que es posible encontrar roedores , coyotes, nidos de tortugas, de aves. Asimismo, hay reptiles, víboras e insectos”, comenta el doctor del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, Juan José Kasper.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

Juan José Kasper, explica que una duna “es un depósito sedimentario que se forma a partir del transporte y la acumulación de arena, sobre todo en desiertos y costas”. Algunas poseen una altitud muy cercana al suelo; sin embargo, otras pueden tener hasta 30 metros de altura. Por ejemplo, las dunas de Sisal miden dos metros; mientras que algunas de las dunas de la Reserva del Vizcaíno, Baja California Sur miden 15 metros.

Así, los estudiantes Luis Perea, Baruch Aguilar, Erika Sánchez y Omar Pérez, como todo habitante de Sisal, Yucatán, poseen otra piel; aquella formada por la brisa del Golfo de México, la misma que les inspiró a impulsar un proyecto que busca recuperar las funciones de una duna como: evitar la pérdida del suelo; filtrar agua al subsuelo para mantener una calidad adecuada en él y disminuir el desarrollo de huracanes.

Todo inició en febrero del 2019; la clase “Conservación de la diversidad” de la licenciatura Manejo Sustentable de Zonas Costeras estableció que para aprobar, debían organizarse en equipos y crear un proyecto capaz de competir en un concurso.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

La amistad existente entre Luis, Baruch, Erika y Omar hizo que, después de varias reuniones y caminatas por la playa, eligieron a las dunas blancas como tema a desarrollar. “Conocer la dinámica del pueblo nos ayudó a elegirlas. Además, uno de nuestros objetivos es contribuir con el mejoramiento ambiental como una forma de agradecerle a Sisal, que nos adoptó”, explican, pues son oriundos de la CDMX.

El siguiente paso fue encontrar una convocatoria factible. Para este punto, los fundadores cuentan que comenzaban a “tenerle fe”, pues consideraban que se trataba de una estrategia necesaria y de mucha viabilidad. Así, el 21 de marzo de 2019, Reciclando Dunas fue el ganador, entre 35 proyectos, de la convocatoria “Se impulsan Ideas” de la Fundación Bepensa.

Con el dinero, pusieron manos a la obra, eligiendo las zonas más afectadas debido a la apertura de caminos particulares para entrar a la playa, haciendo que se fragmentaran varias partes de la dunas. “Entonces, buscamos reconectar esas zonas, cerrar los caminos no establecidos y recuperar esa cobertura de vegetación”, narra Luis.

¡A trabajar!

Es martes por la noche. Adriana, Luis y Baruch preparan los tubos que fungen como postes para delimitar el área a restaurar que este grupo eligió; cortan las barras de plástico tipo PVC de 6 metros, que previamente compraron, en pedazos de 1.5 metros; les hacen agujeros para que, con una cuerda, formen una especie de cerca para proteger a las nuevas habitantes vegetales.

Como cada miércoles, Baruch se levanta a las 8 de la mañana; un poco más temprano que lo usual, pues necesita ir por la cuatrimoto y el remolque; El ruido del motor de dicho transporte sirve de compañía camino a la escuela a Baruch y compite con el oleaje del mar.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

Dicho transporte le pertenecen a Richard Wilson, habitante de Sisal, quien se ofreció a prestarlas para que pudieran llevar las plantas que irán llenando los vacíos de la arena en la duna. De igual forma, les donó cerca de 100 metros de cuerda recuperada del mar, para cercar la zona de restauración.

Una vez en el invernadero de la Unidad Académica Yucatán, eligen a plantas como canavalia rosea (haba de mar); sesuvium portulacastrum (verdolaga de playa) o suriana marítima (tabaquillo) que tienen las características necesarias para subsistir y adaptarse a la vida en exterior. En dicho lugar, se realiza desde la germinación de las semillas previamente recolectadas a lo largo de las salidas para la playa, asesorados por Patricia Guadarrama.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

Las transportan por medio de hieleras para llevarlas al laboratorio del instituto y someterlas a la escarificación química, que es un proceso en el cual, las sumergen en una caja de petri con ácido clorhídrico por un día. Después, las colocan en charolas donde podrán florecer. En sí, las exponen a una simulación de lo que tienen que vivir al aire libre.

“Por ejemplo, hay semillas que necesitan de la insolación o del roce de la arena para romper su cáscara llamada “testa” y pueda germinar la planta, entonces, lo que hacemos en el laboratorio es simular estos procesos que se dan de manera natural, llevándolas a situaciones como frotarlas, someterlas a ácidos, todo esto para que puedan crecer en el invernadero sin necesidad de esperar a que germinen en la playa”, afirman.

Con ayuda de botellas recicladas, han hecho escudos para proteger a algunas plantas y para crear terrarios, que permiten simular las condiciones artificialmente del hábitat de aquellas que aún no están listas para dar “el gran paso” hacia la playa. Esta magia la hace posible la recolección de botellas de PET por parte del grupo liderado por Doña Julia. Aproximadamente, usarán 7 mil de estas para lograr su cometido.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

Alrededor de las nueve de la mañana, se dirigen a la zona de restauración, que se encuentra entre 15 o 20 metros del inicio del mar. Así, ya en el campo, Adriana Ramírez y Guadarrama, se dedican a sembrar; mientras, Luis y Baruch cavan los agujeros para enterrar los postes que un día antes cortaron. Por lo general, plantan entre 80 y 150 ejemplares cada miércoles, de las cuales, el 80% sobrevive. El resto, no lo logra debido a que no echan raíces, les hace falta agua o los visitantes las pisan al pasar.

Los iniciadores comentan que siembran diferentes especies de acuerdo con la distancia que hay del inicio del mar a partir de la playa. Primero, plantan vegetación de duna embrionaria, pues es la más resistente a las condiciones de la duna. Al final, colocan especies similares a los arbustos “que sirven para dar sombra a las especies más pequeña, y algunas otras como la uva de mar, se pueden volver árboles”,

A lo largo de los meses, se han ido sumando estudiantes de la UAY como Alitzel Juárez, Alejandro Villanueva, Saúl Jaramillo, Estela Pérez y Luis Martínez quienes conforman la “artillería pesada” en la labor de reforestar las dunas.

“Es muy emotivo ver el desarrollo de las diferentes especies de plantas; brindarles amor y cuidados dentro del invernadero, más cuando recuerdo que todas ellas serán algo más, pues lograrán tener un papel importante en la concientización de la sociedad”, cuenta Adriana, quien es la responsable de llevar un registro de toda la flora que se va plantando y darle seguimiento puntual.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

De granito en granito se forma la duna

Debido al incremento de oferta turística, con la construcción de hoteles, instalación de palapas, hay más caminos hacia la playa, lo cual, provoca que quien transite por ellos, aplaste las plantas que conforman la fauna de las dunas. Cifras de la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán lo confirman: En diciembre de 2019, el porcentaje de ocupación hotelera en el estado incrementó 2.4 puntos porcentuales con respecto al porcentaje de ocupación registrado durante el mismo periodo un año antes.

“La falta de información y de señalización para su cuidado es lo que las vulnera”, añade Baruch. Asimismo, se trata de la primera barrera de protección de la brisa de mar que tiene la población. Por tanto, reforestarlas es una tarea vital.

“Para que existan las dunas, se requiere de suficiente fuente de suministro de arena, generación por viento, clima seco para transporte de arena y terreno ligeramente accidentado”, aclara Kasper. Este tipo de elevaciones del suelo se dividen con base en la dirección y la velocidad del aire: “transversales, parabólicas, barján, longitudinal y estrella. Están compuestas por tres zonas; una llamada barlovento, cresta y sotavento.

Las dunas no solo se deben ver como un beneficio cultural porque forman un paisaje bonito. Entre su fauna se encuentran plantas como la riñonina que combate padecimientos renales o como la uva de mar, que sirve para hacer postres como los “bolis”.

Con la brisa de mar y muchas manos

Este equipo ha impulsado talleres y pláticas en las escuelas de Sisal sobre cómo cuidar del entorno y de las dunas así como en la Jornada de Puertas Abiertas de la UNAM. En 2019, en el marco del aniversario de los quince años de la UNAM en Yucatán, impulsaron una caminata ecológica mientras los participantes caminaban, recogían la basura en la playa. “Al final hicimos unas retas de futbol en la arena para que la gente vea que se puede divertir en la playa y conservar el medio ambiente”, comenta Baruch.

El comisario de la comunidad, Miguel Antonio Ek, también ha apoyado el proyecto. “Él es quien se ha encargado de poner carteles, adicionales a los nuestros, donde se les pide a los visitantes que no accedan a las dunas con vehículos motorizados o no tirar basura y las personas que no respetan esas leyes “no escritas” son multados”, narran.

Universitarios reforestan dunas en Yucatán
Universitarios reforestan dunas en Yucatán

A Luis, que desde siempre le ha gustado el mar, le gustaría que Reciclando Dunas se consolide, en un futuro no muy lejano, como un referente en el ámbito de la renovación de este tipo de ecosistemas. “Me gustaría que la gente lo hiciera suyo y que los chavos de las generaciones próximas se apropien del proyecto para que sigan generando conciencia ante los beneficios de las dunas”. Omar no titubea al asegurar que ve con mucha probabilidad que Reciclando Dunas llegue a lo grande y puedan restaurar la vegetación de zonas similares alrededor del mundo.

Por su parte, Baruch quiso ser biólogo, pero siempre deseó hacer algo que dejara huella, algo en pro de la gente” confiesa que no imaginó que este propósito tendría el impacto de hoy día. En un inicio, creyó que se quedaría en un nivel local. “Hay proyectos que fracasan porque no se lleva a cabo el trabajo de integración de la comunidad y equipo”, explica.

Mediante este proyecto, también habrá un fortalecimiento de las zonas de refugio |para tortugas y aves; así como la creación de nuevas zonas de polinización para mariposas y abejas. Ahora, solo queda seguir sembrando con la esperanza de que, uno de los muchos pulmones de México, pueda a respirar profundo, como lo hace cualquiera que vive en Sisal.

Google News

TEMAS RELACIONADOS