Texto Diana Lastiri
Fotos: Valente Rosas

Cuando no se encuentra calmando el estrés de los médicos que permanecen en la primera línea de batalla contra el Covid-19, Harley El Tuerto es un perro doméstico normal al que le gusta jugar, acurrucarse en un rincón de la sala de su casa o recibir atenciones y cariño de su dueña.

Quien visita a la doctora Lucía Ledesma, del área de Siquiatría del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), es recibido por el entusiasta Harley, que salta sobre los invitados y da volteretas alrededor de ellos.

El perrito de raza pug, de tres años, se ha vuelto famoso por acudir a dar terapia a los médicos que atienden a pacientes con Covid-19 en el 20 de Noviembre, y quienes ya presentan cuadros de ansiedad y agotamiento sicológico por todo lo que implica luchar contra una pandemia.

Su tierna imagen, con goggles, impermeable y botitas, ha tenido gran respuesta en redes sociales, tanto que desde que llega a las inmediaciones del hospital donde trabaja, el personal le toma fotos o video y no faltan los entusiasmados que se acercan a acariciarlo porque al fin lo conocieron en “persona”.

Es uno de los dos perros en el mundo que se han dedicado a apoyar al personal médico que atiende a pacientes con Covid-19; el otro está en Denver, Colorado, en Estados Unidos, pero su dinámica es distinta.

Harley vive con su hermano Mayimba El Negro en la casa de la doctora Ledesma y su esposo, en la Ciudad de México.

“Llegó como cualquier otro cachorrito de familia y una vez que llegó lo educamos como un perrito de convivencia con cada uno de nosotros, pero empezamos a notar algunas características en su temperamento perruno que nos llevaron a la idea de irlo preparando para ser un perrito coterapeuta”, indicó la sicóloga en entrevista con EL UNIVERSAL.

Aunque su nombre lo debe a la famosa marca de motocicletas, curiosamente su dueña no es fanática de estos vehículos y, aunque ha viajado en ellas, no es una actividad que disfrute.

Este es Harley... ¡el perro terapeuta!
Este es Harley... ¡el perro terapeuta!

Su apodo lo debe a que sufrió un accidente hace un año que le costó su ojo derecho, pero esto no le ha impedido actuar como un perro normal e, incluso, le ayudó a acostumbrarse, desde entonces, a los goggles.

“Para nosotros, se adaptó sorprendentemente de forma muy rápida, prácticamente después de perder su ojito hacía sus cosas con total normalidad y en sicología decimos que este tributo se llama resiliencia, es decir, que es esa capacidad de sobreponerse a la adversidad, y este perrito la tiene”, afirmó.

En casa, Harley suele jugar con un pez de plástico rosa que pasea por todo el departamento donde vive, sin intenciones de prestárselo a nadie.

Salta para saludar a cualquier persona que se encuentre cerca o disfruta también brincar sobre su “mamá humana” para que lo acaricie y le dé mimos.

Él y su hermano son madrugadores, pues desde las 5:30 horas se despiertan para su paseo matutino, el desayuno y juegan un rato.

Este es Harley... ¡el perro terapeuta!
Este es Harley... ¡el perro terapeuta!

A su regreso a casa, duerme otro rato para volver a jugar con su hermano y tomar su segundo paseo del día antes de cenar.

Como un niño pequeño, a las 10:00 o 10:30 de la noche cae en un profundo sueño para reiniciar su jornada al día siguiente.

“Evidentemente se cansa, como cualquier otro ser vivo, tenemos identificados los indicadores de cansancio al respecto y por eso tenemos medidos qué tiempo deben tener las intervenciones para que las realice bien, las disfrute y tenga sus tiempos de descanso y recreación”, explicó Lucía.

El programa de apoyo sicológico a trabajadores de la Salud durante la emergencia surgió desde febrero pasado y para cuando los responsables decidieron incorporar a Harley a las terapias, ya habían recibido casos de médicos que lloraban antes de entrar a trabajar, que dejaban de dormir y manifestaban miedo a contagiarse.

Como buen perro doméstico, Harley también ayuda a calmar el estrés de su dueña, pues, como parte de la primera línea de acción contra el Covid-19, reconoció que ella ha experimentado altos niveles de estrés.

“Tener a Harley ha representado un bálsamo para mí, que creo que, como parte de los resultados preliminares que tenemos con los compañeros, también creo que será un bálsamo para todos los que están sometidos a un nivel de estrés importante”, comentó.

“Ha sido una gran compañía para mí y para los que vivimos en esta casa, no esperábamos que tuviera este impacto en redes y en medios de comunicación, pero realmente, personalmente, es un perrito conmovedor, sensible, se aproxima de forma natural cuando experimenta que puede haber tensión en el ambiente o que uno pueda tener”.

Otros hospitales han buscado a Lucía para pedirle que lleve a Harley; sin embargo, las condiciones de seguridad que se requieren no lo han permitido y, hasta ahora, el can ha visitado sólo las instalaciones del 20 de Noviembre

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