Las elecciones intermedias del 6 de junio de 2021 serán las más grandes y, creo, más trascendentales en la historia de México. Votaremos por más de 21 mil cargos públicos, incluyendo 1,926 presidencias municipales en 29 estados, 16 alcaldías en la Ciudad de México y las gubernaturas de 15 estados. En 30 estados se renovarán los congresos locales. Renovaremos también la Cámara de Diputados, en donde se disputarán 500 diputaciones federales—la Cámara está hoy compuesta por 50.4% de diputados de Morena, 15.4% del PAN, 9.6% del PRI, 9.2% del PT, 5.4% de MC, 4.8% del PES, 2.4% del PRD y 2.2% del PVEM.

Las elecciones serán un día después de que se celebre el Día Mundial del Medio Ambiente. Al votar, los electores tendrán en mente muchas prioridades y preocupaciones; tal vez un ambiente sano no sea una de ellas. No obstante, como se puede apreciar en los compromisos enlistados abajo, queda claro que votar por candidatas y candidatos comprometidos a cuidar el medio ambiente es votar por lo que más preocupa a los mexicanos: la economía, la salud, la seguridad. Por eso, más allá de diferencias ideológicas o partidistas, el ambiente debería ser una prioridad para todas las fuerzas políticas.

En ejercicio de mis derechos ciudadanos, exhorto a aquellos que aspiran a cargos de elección popular a que asuman públicamente 10 compromisos por el bienestar de ésta y las generaciones futuras de mexicanos.

“Yo, candidata, candidato a un puesto de elección popular este 6 de junio y en el ámbito de mis responsabilidades, me comprometo con mi familia, el electorado, ésta y las generaciones futuras de mexicanas y mexicanos a hacer todo lo que esté a mi alcance para:

Colocar

el cuidado del medio ambiente como eje de las políticas públicas y definir metas e indicadores de cumplimiento para cada dependencia pública municipal, estatal y federal, en congruencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

Destinar

2% del PIB nacional al desarrollo científico, tecnológico y a la innovación para generar soluciones a los desafíos relacionados con la seguridad alimentaria, hídrica y energética, así como la salud pública, la contaminación, el cambio climático, la movilidad y la pérdida de biodiversidad.

Actualizar

las normas de calidad del aire y distribución de diésel y gasolinas de ultra bajo contenido de azufre, reducir la emisión de compuestos orgánicos volátiles (precursores de ozono), óxidos de azufre y nitrógeno, y modernizar el parque vehicular de carga y pasajeros.

Garantizar

que, para finales de esta década, por lo menos 35% de la energía utilizada en México provenga de fuentes renovables (mini hidro, eólica, solar, geotérmica) e instrumentar planes de descarbonización y adaptación al cambio climático con enfoque de género.

Cumplir

, sin excepción, los ordenamientos ecológicos y las manifestaciones de impacto ambiental para dar certidumbre jurídica al ambiente, la sociedad y los inversionistas.

Reducir 

paulatinamente, hasta eliminarlos, los subsidios que afectan al ambiente, bajo criterios de justicia social y reorientando el gasto público a la compensación de los grupos más vulnerables y de menores ingresos.

Proteger

20% de la superficie terrestre y 30% del mar territorial del país para salvaguardar la biodiversidad, los servicios ambientales y asegurar el bienestar de ésta y las siguientes generaciones de mexicanos.

Sumar 

a la sociedad civil a los esfuerzos municipales, estatales y federales de protección al medio ambiente, y promover alianzas públicas-privadas-sociales transparentes que estimulen el uso sostenible de nuestros inmensos recursos naturales.

Establecer

una Comisión Presidencial para el Medio Ambiente y la Sustentabilidad, presidida por el Ejecutivo Federal y acompañada por los Ejecutivos Estatales. Una Comisión que garantice la transversalidad de las políticas públicas, la rendición de cuentas y asegure la participación de todos los sectores de la sociedad.

Consolidar 

el liderazgo regional y global de México en materia de medio ambiente y sustentabilidad”.

Por su parte, el electorado debería comprometerse a analizar, a conciencia, las propuestas de las candidatas y candidatos, y a votar este 6 de junio por aquellos que asuman, públicamente, la responsabilidad de velar por el futuro de nuestras familias y de esta y las próximas generaciones de mexicanas y mexicanos.

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