El pasado 6 de junio se realizaron elecciones intermedias en el país donde se registraron 47,227,271 votos (52.6% de participación ciudadana). Sin duda, una participación histórica que cobra mayor relevancia dado el contexto de pandemia que enfrentamos. Lamentablemente, este proceso democrático también se caracterizó por la violencia. Al respecto, el Observatorio Nacional Ciudadano, en el marco del Fondo de Apoyo a la Observación Electoral 2021 se dio a la tarea de caracterizar el comportamiento de comunidades en las redes sociales asociado a la violencia política y violencia política contra la mujer en razón de género.

Por: Daniela Cristóbal y Néstor Guerrero  

La pandemia por Covid-19 cambió la manera en la que los candidatos se relacionan con la ciudadanía. Las redes sociales fueron un espacio donde la comunicación y las relaciones humanas encontraron una alternativa para seguir construyéndose ante las restricciones de hacerlo físicamente. En nuestro estudio, para el caso de violencia política en razón de género, se seleccionaron algunos casos y mediante la elaboración de etnografías digitales se pudo observar que la violencia contra la mujer también se reproduce en entornos digitales.

Antes de 2020, la violencia política en razón de género no era una conducta sancionable por la vía penal, electoral o administrativa. El marco jurídico actual considera sanciones que van desde la amonestación pública hasta la cancelación de registro como candidato o partido político.

Datos del Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género al 7 de julio señalan que hubo 63 personas sancionadas por cometer este tipo de violencia. Destaca que 83% de los sancionados fueron hombres, mientras que 85% de las sanciones tuvieron lugar en el ámbito municipal y 11.4% de las sanciones fueron contra candidatas.

El caso de Biby Rabelo, presidenta municipal electa de Campeche resulta un claro ejemplo de cómo la violencia política en razón de género se reproduce también en entornos digitales, específicamente en la red social Facebook. Biby realizó actividades de campaña del 14 de abril al 2 de junio y recibió su constancia de mayoría el 11 de junio. En dicho periodo realizó 416 posts, para los cuales recibió comentarios que la ridiculizaban y descalificaban (color amarillo del “violentómetro” del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México), la difamaron y calumniaron (color naranja), pero sobretodo la acosaron, hostigaron sexualmente y agredieron a sus familiares y amigos (color rojo).

A lo largo de 59 días, la candidata electa fue víctima de violencia política en razón de género en 41 de ellos a través de comentarios en Facebook. Conforme se acercaba la fecha de la elección, la violencia iba subiendo de tono y el 2 de junio, día de cierre de campaña, fue el día más violento. Comentarios donde la acusaban de corrupta, cuestionaban su preparación académica o experiencia para ocupar el cargo, la hostigaban sexualmente, cuestionaban la paternidad de su hija, su estado civil y su forma de acceder a la candidatura caracterizaron la violencia contra Biby.

La hoy presidenta municipal electa denunció en marzo a Jhonny Jayro Saucedo por violencia política en razón de género y el Tribunal Electoral del Estado de Campeche determinó procedente la denuncia ya que el denunciado difundió en una publicación de Facebook expresiones en contra de la candidata en las cuales se critica a su persona, su sexualidad y su apariencia física. El agresor tuvo que colocar durante 15 días la resolución del Tribunal en sus perfiles de Facebook y Twitter, y quedó inscrito por 4 meses en el Registro Nacional de Personas Sancionadas.

Sin duda, como nos ilustra este caso, el entorno digital tendrá cada vez más un papel relevante en nuestra manera no sólo de comunicarnos, sino de relacionarnos y de crear pautas de convivencia digital. Las mujeres deben hacer uso de las vías institucionales para denunciar este tipo de violencia y asegurarse de que tanto en espacios físicos como digitales sus derechos políticos y electorales sean plenamente respetados porque en una verdadera democracia los actores políticos compiten en espacios justos y equitativos.

Investigadores del Observatorio Nacional Ciudadano  
@dani_cristob @nestorgrmx 

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