Mario Maya Olvera

“Hay muy poca rotación entre elementos porque tenemos un arma para tres policías”. Ese fue uno de los comentarios que escuché en una entrevista con policías de un municipio del país. Mucha voluntad y entrega para trabajar, pero pocos recursos para operar y atender uno de los temas más urgentes en México: la seguridad pública.

Hablemos de violencia y del gasto destinado para atenderla. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a noviembre de 2019 se registraron 31 mil 688 víctimas de homicidio doloso y 916 feminicidios, una cifra jamás registrada en México que perfila al 2019 como el año más violento de su historia.

Sobre el gasto, mientras que en los países miembros de la OCDE se gasta un promedio de 1.7% del PIB en seguridad pública, México apenas destina un 0.96%.1 El Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) tuvo una disminución del 26% entre 2013 y 2019, y el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (FORTASEG) dirigido a municipios, disminuyó en un 31% en el mismo periodo de tiempo. 2

Las policías de los estados y municipios son la institución más cercana a los problemas públicos, no sólo de seguridad. ¿Pocos resultados?, sí, ¿poca confianza hacía los policías locales?, es lo que indica la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE). Pero, seamos empáticos y pongámonos en los zapatos de los policías, ¿qué hacer cuando te enfrentas a una alta incidencia delictiva que pone en riesgo tu vida y que, para enfrentarlo, cuentas con equipamiento insuficiente, infraestructura básica, largas horas de trabajo y un sueldo promedio de 15 mil pesos al mes?

Aunque en México tenemos corporaciones policiales que destacan por su profesionalismo y resultados, muchas otras -la gran mayoría- tienen múltiples carencias como consecuencia del debilitamiento institucional. No hay que olvidar algo, la policía, por su formación, es la institución encargada de la seguridad pública. El argumento que señala a los militares y los marinos para asumir la responsabilidad de la seguridad pública porque son las instituciones en las que más confía la gente, es incorrecto.

La formación militar es la necesaria para atender problemas de seguridad nacional. Es decir, cuando se requiere de acciones inmediatas y directas para mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano que conlleven a: proteger al país frente a riesgos y amenazas externas; preservar la soberanía, independencia, territorio y la unidad de la federación; y defender a la nación frente a otros Estados.3

En cambio, la seguridad pública “alude a la protección que se proporciona a través del mantenimiento de la paz pública mediante acciones de prevención y represión de ciertos delitos y faltas administrativas, mediante el sistema de control penal y el de policía administrativa. Incluye también acciones de prevención de riesgos naturales y de los generados por el hombre para lograr el orden y la tranquilidad pública.”4

Otra forma para explicar y entender las diferencias5 entre ambas instituciones puede ser a partir de las siguientes características:

La formación de la policía ve al presunto culpable como responsable de un hecho ilícito que transgrede a la ley, no como un enemigo para la nación, como lo sería para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El uso de la fuerza tiene diferentes enfoques: si un policía usa la fuerza de manera indebida puede ser procesado como responsable de un abuso; por el contrario, si un elemento de las fuerzas armadas priva de la vida a un enemigo, se entiende como un cumplimiento al deber.

El policía es un elemento que se forma y profesionaliza para procurar la cohesión de una comunidad. Las fuerzas armadas se forman para garantizar la seguridad de la nación.

Un policía se forma para ser primer respondiente a un problema público, sigue un procedimiento para resolverlo y, además, atiende temas de prevención social; es decir, un policía procura y fomenta el Estado de Derecho. En cambio, las fuerzas armadas tienen como función principal, salvaguardar el territorio nacional cuando se rebasa el Estado de Derecho.

Además de estas diferencias que explican porqué la policía debería ser la encargada de atender la seguridad pública, la Constitución Política es muy puntual: el artículo 21 señala que “las instituciones de seguridad serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.

No se debe cometer la equivocación de usar las deficiencias que presentan las policías civiles para pensar en la opción de una institución militar para ser la encargada de la seguridad pública. Se debe fortalecer a las policías locales.

En noviembre de 2019, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que a través del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios (FORTAMUN) se incrementó de un 20% a un 50% el monto de recursos contemplados para seguridad y para el mejoramiento de las policías municipales; sin embargo, en término reales, este aumento sigue siendo insuficiente para el gran reto que tenemos en seguridad pública

A partir de la oportunidad que tuve al conocer y platicar con algunos policías (como parte del trabajo que desarrollamos en el Observatorio Nacional Ciudadano sobre un modelo de policía orientada a la solución de problemas con capacidades de mediación en los municipios de México) pude notar que existe voluntad, vocación y entrega para trabajar, pero un arma para tres policías está muy lejos de ser lo suficiente y necesario para atender de manera efectiva el grave problema que enfrentamos en seguridad pública.

Desde la participación ciudadana exijamos el fortalecimiento de las policías locales a través capacitaciones. Demandemos una mejor infraestructura y apoyemos mejores condiciones económicas para quienes se encargan de nuestra seguridad. La acción de la policía acompañada de una participación social que promueva una cultura de la denuncia son los elementos clave para prevenir los delitos y disminuir la crisis de seguridad pública a la que hoy nos enfrentamos.

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
@MarioMayaol

1 CIEP & ONC, 2019 “Gasto en Seguridad Pública. Una mirada a la ruta de los recursos”

2 Causa en Común, 2019, “Lineamientos para el desarrollo y fortalecimiento Institucional de las Policías”.

3 IEXE, 2018, “Seguridad Pública, Seguridad Nacional y Seguridad Interior ¿cómo se definen y cuáles son sus diferencias?”

4 Diccionario jurídico

5 Hidalgo, 2019, “Diferencias entre formación policial y militar”

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