Alan Antonio Almeralla Barreto

La inasistencia del gobernador puede verse como la consecuencia de una apretada agenda o bien, como la indiferencia evidente de atender lo importante por lo urgente…; se olvida que los cimientos de la estructura política y de gobierno recaen en los operadores de ese ente de gobierno.

El pasado 20 de diciembre del 2019, la Academia Estatal de Estudios Superiores en Seguridad Pública del estado de Morelos, egresaron 110 cadetes que tendrán que integrarse como policías preventivos estatales a la Comisión Estatal de Seguridad y en su caso algunos otros como elementos preventivos municipales1.

En la clausura de tan importante evento el gran ausente fue el gobernador del estado de Morelos: Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien aún y cuando estaba anunciado como invitado de honor a la ceremonia, simplemente no asistió.

La inasistencia del gobernador puede verse como la consecuencia de una apretada agenda o bien, como la indiferencia evidente de atender lo importante por lo urgente.2 Y aunque si bien se entiende que lo político tiene como propósito conseguir acuerdos y convenios que serán medulares para buscar estrategias en el combate de los problemas que le son coyunturales a los distintos niveles de gobierno; se olvida que las cimientes de la estructura política y de gobierno recaen en los operadores de ese ente de gobierno (elemento humano).

En el caso de los 110 cadetes que aquel 20 de diciembre del 2019 terminaron su Programa de Formación Inicial para policía preventivo de nuevo ingreso, poco se dice que dichos elementos no sólo se integran de forma inmediata a la Comisión Estatal de Seguridad como nuevos policías, sino que en ellos se han invertidos recursos materiales, económicos e intelectuales –principalmente-, mismos que constituyeron 976 horas de formación teórica y práctica y que concentran lo verdaderamente importante del problema de inseguridad que padece en gran medida nuestro estado y en general nuestro país: la profesionalización policial.

Poco muy poco se habla y se atiende la profesionalización policial y mucho pero mucho se invierte en ello, tanto en recursos federales (FASP, FORTASEG o antes SUBSEMUN), como estatales y municipales. Se buscan resultados inmediatos, casi mágicos con recursos poco efectivos. Se atiende lo urgente y abandona lo importante. Para el estado de Morelos, la integración de nuevos policías es obligatoria; su estado de fuerza es apenas suficiente (3370 policías estatales y municipales).

El gobernador Cuauhtémoc Blanco dejó pasar una oportunidad valiosa para conocer de cerca a los elementos que a partir de este año 2020 serán encargados de disminuir y atender la incidencia delictiva del estado, de escuchar las necesidades, experiencias y expectativas de cadetes que además de la formación que reciben de acuerdo con la malla curricular establecida en el Plan Rector de Profesionalización del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad; recibieron por primera vez una capacitación basada en principios y valores que se centraron el desarrollo humano (ontológico), como eje de su capacitación.

Perdió además el valor de presentarse frente de las mujeres y hombres que darán cara a la ciudadanía en la calle, atendiendo los problemas que él prometió resolver en su periodo de campaña, pero esencialmente falló al no generar ese vínculo de confianza y apoyo que todo jefe de gobierno debe incentivar entre su personal y con ello hubo muchos que ante la decepción de no ver al “ídolo del pueblo”, cortaron tajo el sentido de pertenencia a la institución que apenas los abraza.

Ojalá que alguna voz prudente, que esperamos sea la del propio Comisionado Estatal de Seguridad, le revele la importancia de lo importante al gobernador del estado. Que el gran reto que es y que aún le depara este 2020 y lo que resta de su gestión de gobierno, se pueda voltear a ver a los policías, esos que tanto se señalan y en los que poco se confía, pero que no se conocen ni de sus nombres, rostros y necesidades.

Que su administración sea marcada por la atención puesta a su capital humano, el fortalecimiento de las capacidades y competencias policiales, la apuesta fuerte a la profesionalización y desarrollo policial y la puntual atención a conocer las historias, experiencias y necesidades de la policía del estado de Morelos, su policía.

Que sea el reto que asuma el gobernador del estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, este 2020, que haga suyas las oportunidades de crecimiento de los policías del estado, que de ello depende la eficacia de la misma institución, el combate inteligente y estratégico de la inseguridad, la disminución de los índices de violencia y delincuencia, la mejora en capacitación y profesionalización policial, el sentido de pertenencia y crecimiento profesional y humano de los policías y ya de pasada el probable éxito de su gestión, porque por ahí reza el dicho “que si a él le va bien, a todos nos va bien”.

1 https://radioformulamorelos.com/encabeza-ortiz-guarneros-graduacion-de-110-nuevos-policias/

2 Ese mismo día por la mañana, Cuauhtémoc Blanco Bravo, gobernador de Morelos y el presidente municipal de Cuernavaca, Antonio Villalobos Adán, firmaron el convenio para que el modelo de Mando Coordinado, Policía Estatal Morelos, inicie operaciones de inmediato en la capital morelense con el claro objetivo de restablecer la paz social. Sin embargo a la misma reunión asistiría el Comisionado Estatal de Seguridad, José Antonio Ortíz Guarneros, quien horas más tarde sí presidiera el mismo evento. https://heraldodemexico.com.mx/estados/cuauhtemoc-blanco-antonio-villalobos-acuerdo-seguridad-morelos/

Director General del Observatorio Ciudadano de Morelos
@AlanAlmeralla
@OBCIJU

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