Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que los primeros dos años de la presente administración federal se han caracterizado por el ascenso en el número de víctimas de homicidios dolosos [1]. En 2020, el total de víctimas de homicidios dolosos podría superar a las más de 34 mil víctimas que se registraron en 2019.

Fernando Acosta Chávez

Dentro de la desagregación de las víctimas de homicidio doloso por rango de edad, sobresale que entre 2015 y 2020, en promedio 78% de las víctimas eran adultos de 18 años o más y 3.5% eran menores de edad (personas con hasta 17 años). En tanto, el porcentaje de menores de edad víctimas de homicidio doloso ha disminuido de 4.3% del total en 2015 a 3.2% en 2020 (enero a noviembre); el número de personas menores de edad víctimas de este delito ha pasado de 767 en 2015 a más de mil personas en promedio en los últimos dos años.

Si bien, cada una de las víctimas de homicidio doloso representa una pérdida valiosa, aquí queremos llamar la atención en cuanto a las características de los homicidios dolosos de menores de edad. En primer lugar, sobresalen los cambios en las modalidades. En 2015, 50.8% correspondía a víctimas con arma de fuego; 32.3% con otro elemento; 12.3% con arma blanca y 4.6% no especificado.

En contraste, de enero a noviembre de 2020, 75.7% de las víctimas menores de edad de homicidio doloso corresponden a la modalidad con arma de fuego; 16% con otro elemento; 6.9% con arma blanca y sólo 1.4% no especificado. Lo anterior refleja que el patrón de los homicidios dolosos de menores de edad se asemeja cada vez más al de las víctimas adultas, en quienes predomina la modalidad con arma de fuego (75% en promedio entre 2018 y lo que se tiene registrado para 2020).

Además, entre 2015 y 2020 se registran cambios importantes en la distribución geográfica de las personas menores de edad víctimas de homicidio doloso. Guanajuato pasó de contribuir con 6.1% de las víctimas del total nacional en 2015 a 17.0% en 2020. Morelos y Oaxaca también incrementaron sus participaciones al pasar de 1.6% y 0.9% a 3.6% y 2.9% respectivamente en los años referidos.

Por el contrario, las entidades del norte y centro han disminuido sus aportaciones. Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas concentraban 25.6% de los homicidios dolosos de menores en 2015 y 22.7% en lo registrado hasta el momento en 2020. El Estado de México y la Ciudad de México en conjunto aportaban 19.7% en 2015 y para 2020 sólo 13.4%.

Hay que señalar también que la tasa anual de homicidios dolosos por cada 100 mil menores de edad se ha incrementado sustancialmente. En 2015 el dato se ubicaba en 2.0 homicidios dolosos por cada 100 mil menores y para lo que se tiene registrado de 2020 la tasa alcanza 2.7, un incremento de más de 30% en el periodo. El incremento es aún más relevante si se tiene en cuenta que la población total de menores de 18 años se redujo en alrededor de 2% entre 2015 y 2020.

Más allá de la descripción del ascenso de los homicidios dolosos de menores de edad en México, los hechos muestran la falta de una estrategia para su disminución. Los datos evidencian que no se han instrumentado acciones tendientes a abatir las múltiples causas de este delito.

Todas las vidas humanas que se pierden son valiosas, pero sin duda las de aquellas personas menores de edad reflejan con mayor intensidad la deuda del gobierno en materia de prevención e instrumentación de políticas públicas para atender este problema. Cada día, los menores de edad en nuestro país enfrentan mayores riesgos de ser víctimas de la violencia homicida.

Subdirector de Investigación del Observatorio Nacional Ciudadano 
@Fernand0_Acosta  
 
Referencias 
SESNSP (2020). Cifras de víctimas del fuero común, 2015 - noviembre 2020. Cifras nueva metodología. Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1o5Zv_VsXZmxyMe3-Mh-Pj8_Fr2KWyiUj/view 

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